Cuando abrieron la puerta de la carreta, Lyarra Stark permanecía dormida sobre la mugre y la boñiga. La joven despertó poco a poco y abrió los ojos con dificultad; su mirada no estaba acostumbrada a la blanquecina luz solar.
Fyrie, que era quien comandaba el batallón, le tiró una pequeña bota de vino a los pies.
—Es agua. Bebe.
Le dolían todas y cada una de las articulaciones, huesos y músculos del cuerpo, pero aquello no impidió que se lanzase hacia la bota con el ansia de una salvaje. El líquido deslizándose por su garganta (seca como una lija) era un dolor agudo y casi insoportable. Aun así, Lyarra bebía con tanta prisa que el agua se le escurrió por la barbilla y los brazos, metiéndose entre las heridas que los Bolton le habían abierto.
Todo había sido extremadamente precipitado.
Al principio, la loba se resistió. Después del incidente del oso Lyarra escapó del foso de la manera más disimulada posible, deseando huir o desaparecer o encontrar gente leal.
Sin embargo, los norteños la capturaron antes de que pudiera soñar con abandonar Harrenhal. La Stark luchó con uñas, dientes e Invierno, mas no fue suficiente. Los hombres de Bolton la golpearon hasta la inconsciencia y, al despertar, se encontró a sí misma atada y amordazada en una carreta sucia y oscura. Por aquel entonces aún no habían salido de Harrenhal ya que, según la lógica de Locke, era más prudente no seguir Brienne de Tarth y Jaime Lannister muy de cerca: No me arriesgaré a que el puto Matarreyes quiera hacerse el héroe otra vez.
—¿Y lord Bolton? ¿Qué piensa él sobre sus bestias? —Cuando le quitaron la mordaza la boca le sabía a sangre y todavía seguían en el castillo; esperarían hasta la noche, para procurar que ningún fiel de Robb les distinguiera entre los árboles.
Locke se acercó a ella con una sonrisa y le agarró de la barbilla con fuerza.
—Lord Bolton es quien nos ordena esto, moza. Si yo estuviera al mando... ya habrías deseado estar muerta.
Desembarco del Rey.
Ese era su destino; la capital. Lyarra Stark no tuvo que darle demasiadas vueltas para llegar a la conclusión de que le habían convertido en un regalo para Tywin Lannister. De nuevo, se convertiría en comida para leones. Se sintió estúpida, entre otras cosas, por no haberse percatado de que Roose Bolton era un traidor.
Él actuaba muy bien, Lyarra. Incluso te invitó a la boda.
¿Qué sucedería en aquella ceremonia, en aquella fiesta donde aliados de los Lannister se codearían con el Rey en el Norte?
Durante los primeros días de travesía hacia el sur, Lyarra Stark intentó escapar dos o tres veces. Ignoró sus heridas, el cansancio y el dolor de estómago y cuando la permitían tomar el aire trataba de escabullirse. Necesitaba encontrar a su familia, a Catelyn y a Robb Stark, advertirles de lo que se avecinaba, de que estaban en peligro, de que les habían traicionado.
No pudo ser.
Para su desgracia, los bosques de las Tierras de los Ríos estaban repletos de colinas, zarzas y barro fangoso que la impedían correr con facilidad. Fyrie la capturaba siempre. Como castigo, la prometieron que pasaría el resto del viaje encerrada y atada de manos y pies.
Cumplieron su palabra al pie de la letra, aunque, una semana después de iniciar el viaje, Lyarra Stark dejó de luchar. Lo hizo por un motivo de peso, por supuesto. Lo hizo porque, una vez más, la desgracia había tocado las puertas de su casa.
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DESERT WOLF ━ Jaime Lannister.
FanfictionLa conocida como Lyarra Stark, loba del desierto, descubrirá lo que siempre ha ansiado: aquello que se esconde bajo la piel de la sociedad que rige Poniente; el poder, las traiciones, la mentira y el amor. Una vez dentro del juego de tronos, no podr...