Lyarra Baelish no recordaba cuándo fue la última vez que nadó. Si se lo hubieran pedido en otro momento, la loba habría asegurado que no podría hacerlo, que no sabía flotar, que se ahogaría.
Sin embargo, Lyarra se echó al lago que bordeaba Altojardín sin pensar en su propia integridad. Atravesó el campo lleno de ceniza, madera ardiente y cadáveres y la gélida agua lamió sus piernas. No se dio cuenta de lo fría que estaba. Con la máxima rapidez que su vestido empapado le permitió, Lyarra nadó hasta alcanzar a ser Bronn, quien no pudo evitar soltar un grito de sorpresa en cuanto la vio.
—¿Lady Lyarra? —preguntó casi hundido, pero ella no contestó.
No tenía fuerzas.
A duras penas, tragando agua y temiendo que la Madre de Dragones apareciera en cualquier momento, Lyarra ayudó a ser Bronn a sacar a Jaime Lannister del agua. Estaba muy pálido. Parecía muerto, incluso, pero la joven no se permitió pensar en las opciones más catastróficas. Se arrastró a través del lago como buenamente pudo, tirando del brazo derecho de Jaime -el de la mano de oro- mientras el mercenario tiraba del izquierdo. El jubón le sumaba demasiado peso y tardaron tanto en tocar tierra con los pies, que Lyarra, agotada y llena de agua, pensó que había muerto.
Cuando llegaron a la orilla del lago y sus pies rozaron el fondo, Lyarra se mareó. Se dejó caer en la arena de la orilla, mojada, con el vestido tan acuoso que pesaba como nunca. Se le pegaba a la carne, y la tela y la piel se fusionaron en una misma cosa fría y húmeda. El corazón le iba a mil por hora por el esfuerzo.
—¿Pero se puede saber qué cojones hacíais?
La voz de Bronn fue la primera que inundó todo. Lyarra se dio cuenta de que Jaime acababa de abrir los ojos. El estómago le dio un vuelco.
—Acabar con la guerra —dijo el Lannister, que aún no la había visto. Estaba tumbado bocarriba, mirando el cielo—. Matándola.
—¡¿Visteis al dragón entre vos y ella?!
Por alguna razón, la desfachatez con la que Jaime hablaba hizo que Lyarra se enfadara. Había estado a punto de morir. De sacrificarse. Había estado a punto de...
—No pensaba que fueras tan idiota como para enfrentarte a un dragón solo. —Lyarra se levantó del suelo. El pelo rojo, mojado, se le pegaba en las mejillas—. ¿Cuántos libros has estado leyendo últimamente?
Jaime la miró. La miró. A ella. Y Lyarra le miró a él.
El silencio se hizo entre ambos.
Ojos verdes, confusos. Ojos negros, chispeando.
La mirada del león se reblandeció pronto y su color esmeralda se derritió. Lyarra, sin embargo, estaba algo enfadada y no podía creer lo que había visto.
—Eres un estúpido, Jaime Lannister.
Bronn carraspeó.
—Creo que es mejor que... bueno. —Se levantó de un salto—. Que me vaya.
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DESERT WOLF ━ Jaime Lannister.
FanficLa conocida como Lyarra Stark, loba del desierto, descubrirá lo que siempre ha ansiado: aquello que se esconde bajo la piel de la sociedad que rige Poniente; el poder, las traiciones, la mentira y el amor. Una vez dentro del juego de tronos, no podr...