Problemas

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No era un secreto que yo dibujara, a veces dejaba de dormir por hacerlo, o no prestaba atención en clases por entrar en crisis y comenzar a dibujar. Muchos pensarían que es un don, y sí. Pero aunque me encantara, a veces era un castigo divino.

Llegué a casa, mi hermano se sentó a esperar que Benjamín viniera a buscarlo. En eso, mi cabeza empezó a dar vueltas, estaba entrando en una de las crisis.

Una hoja y un lápiz es todo lo que necesité para comenzar a dibujar.

Mi mano se mandaba por sí sola, no podía detener el pulso, es como si la hubieran hechizado. Imágenes pasaban por mi cabeza y yo las retrataba. Finalmente terminé y lo vi...

"Caos". De eso se trataba la obra que hice. Terminé por colocarle la fecha y mi nombre, fui a guardar ese dibujo al lado de otros tantos, al lado del que predijo el accidente de mis padres, al lado del que decía que Samuel estaba en camino antes que me lo dijeran... y ahora el que muestra a una chica con alas y ojos azul cielo...

Mi cuerpo se sentía agotado después de ese episodio, quise evitarlo, pero me desvanecí.

Desperté en mi cama, mareada y con Samuel a mi lado.

-¿Qué pasó? ¿Qué hora es?- Samuel iba a contestar, pero otra voz se precipitó a contestar.

-Te desmayaste, tuviste un episodio de visiones.- contestó Denis apoyado en el marco de la puerta.

-¿Qué haces aquí?- pregunté incorporándome.

-Él llegó a penas te desmayaste. Te levantó y te trajo aquí. Dijo algo sobre...- esta vez fue mi hermanito el que interrumpió. Denis carraspeó desde su lugar cortando su conversación.

-Megan, necesito que hablemos.- movió su cabeza para indicar que debía ser en privado.

-Lo que tengas que decir, puedes decirlo delante de Samuel.- contesté imponente.

-Como quieras.- se acercó hacia mi hermano.- Samuel, abajo están pasando tu película favorita.- le guiñó el ojo seguido de una sonrisa, en unos instantes, Samuel estaba abajo viendo TV.

-¿Qué quiere?¿Por qué te tomas el atrevimiento de entrar en mi casa?- negó con una sonrisa y se sentó en un banco al lado de mi cama.

-Meg...- le corté.

-Dime Megan, no me gustan los diminutivos.- rodó los ojos.

-Bien, Megan... No sé por dónde empezar.- 

-Solo dime.- suspiró.

-No eres humana.-

-¿Qué?- estaba anonadada. No podía creer semejante barbaridad. Este chico llegaba a mi casa, SIN INVITACIÓN, y se atrevía a decirme esta... ¿Estupidez?

-Es tu...- un ruido afuera nos alarmó.

-¡Samuel!- grité mientras me apresutaba a bajar. Él estaba ahí, absorto de todo el mundo, como si no hubiera escuchado nada.

Salí al patio delantero, él seguía sin notarme.

Llegué al lugar de donde el sonido había provenido.

-¿Qué carajo es eso?- pregunté aterrada al ver aquel monstruo ante mis ojos. Era alto, con contextura humana, encorvado, sin rastros de pelo y columna marcada.

 Denis me agarró y tapó mi boca. Me sentí tonta por sentir corrientes pese a la situación.

-No hables alto, se guía por los ruidos, no tiene ojos.- estaba asombrada.-Recuerda ¿nunca has visto algo así en tus dibujos?- volteé asustada a verlo y asentí.

Academia De Magia "La Profecía De Megan Adiuvat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora