Durante siglos, demonios, ángeles y toda clase de criaturas "mitológicas" han aprendido a coexistir en paz. Guías del reino de los cielos y el reino mortal han aprendido a llevar todo en un perfecto equilibrio.
No necesariamente todos los ángeles son buenos y no todos los demonios desean el caos... pero mi padre, Alejandro, era esa excepción y yo, debía acabar con él y su linaje de maldad.
Salí de aquel ecosistema y camino a mi habitación me encontré con Daniel, me miraba con algo de nostalgia pero no le dí importancia, tenía que ser breve y hacer entender lo que sabía.
-Daniel.- lo llamé y él entrecerró los ojos.
-Nunca me llamas así...- dudó.
-Escucha lo que tengo que decirte, es mucho más importante que cómo diga tu nombre.- aunque seguía molesta por su bipolaridad, la entendía, y había algo más importante que decir.- Necesito que reunamos a todos y que la voz comience a divulgarse.- ordené sin vacilar.
-¿De qué estás hablando?- respondiendo a su pregunta sin palabras, desplegué mis alas las cuales eran de un blanco impoluto, producto de la fortaleza del árbol, y mis ojos, que en algún momento se habían vuelto de un negro brillante ahora eran blancos y desprendían brillo.- ¿Cómo...? Oh... entonces ya sabes toda la verdad...- entendió con apeno.
-¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué si se supone que me proteges me sigues mintiendo?- espeté con enojo.
-Meg...an. Solo intento protegerte, sabes lo que le pasó a tus antepasadas....- lo interrumpí.
-A mis hermanas, Daniel. Hermanas que mi padre por un capricho y codicia mató sin importar si eran sus hijas.- escupí con furia y el asintió con pena.
-Megan, no sé cómo fue la vida de tus hermanas, no supe nada de esta profecía hasta que me designaron como tu guardián, lo único que sé es que deseo mantenerte a salvo y con vida, aunque eso suene egoísta, y lo es, por primera vez en mi vida quiero serlo...- agaché la mirada.
-Denis...- una pequeña sonrisa asomó su cara cuando volví a tratarlo con normalidad.- Mira... nunca tuve una vida fácil, incluso hay huecos en mi historia que no recuerdo. De lo único que estoy segura es que deseo salvarlos a todos, a todos los que quiero. Incluso a Sabrina.- comenté lo último con sarcasmo, aunque era verdad.
-Bien... solo promete que sabes lo que haces.- asentí con seguridad.- Entonces...¿Qué debo hacer?- sonreí.
-Lleva a nuestros cercanos al bosque, junto al gran árbol, por favor...- miré hacia un pasillo.- Yo debo encargarme de otra cosa...- estaba marchándome pero Denis no me dejó continuar con su agarre sobre mi muñeca. Lo miré y sin esbozar una palabra me atrajo y me abrazó.
-Lo siento...- apreté su abrazo, no sabía qué o cómo sentirme, pero él sabía que necesitaba eso.
Me aparté despacio y salí corriendo a mi destino, la oficina de la directora. Tenía que sacar a Shane de ahí para unirlo a nosotros.
La oficina sorpresivamente se encontraba abierta y Shane estaba atado a la silla, latigado.-¿Qué carajo...?- fue lo único que pude decir sin comprender cómo podrían estar haciéndole esto. Rápidamente me acerqué a él.
-Shane, soy yo, mírame.- se encontraba inconsciente y poco a poco fue despertando.
-Meg...- sonrió pero rápidamente su sonrisa se borró.- ¡Debes irte, por favor! Es una trampa... ella sabía que te encariñarías de mí, pero no contó que yo podría encariñarme, vete.- dijo alterado.
-¿De qué...?- no pude terminar mi frase, una risita detrás mío me puso la piel de gallina, era Sabrina junto con la directora.
-Te dije que tenías que seguir las reglas.- Sonrió la rubia mientras la directora mantenía un semblante serio.
-¿Qué están haciendo?¿Se dan cuenta que lo que va a pasar nos afecta a todos?- Estaba aturdida, a esto se refería mi visión... un puñal en la espalda.
-No, lo que va a pasar es que no harás nada.- contestó la directora.- La profecía te muestra al lado de él o muerta en el mejor de los casos.- negué con la cabeza.
-No, yo sé lo que debo hacer, créame, por favor, el árbol me lo mostró todo.- un semblante de sorpresa inundó su cara.
-Sabrina ¿Por qué la dejaste entrar ahí? y más importante ¿por qué YO no sabía que ella estuvo ahí?- Sabrina miró para abajo.
-Es que es muy escurridiza y ese tonto ángel siempre está cerca...- bufó y exclamó cual niña que la reprenden.
-Mire, sé que usted piensa que está todo escrito, pero hay otro camino, por favor, déjeme que lo cumpla.- dije con desesperación.
-Y ¿Cómo puedo creerte?- me acerqué lento y ella retrocedió con miedo. Extendí mi mano y tomé la suya.
-Solo vea lo que yo ví...- girando su mano para que la mía quede por encima le transmití todo lo que había vivido, todo lo que amaba y todo lo que sabía.- Créame, quiero salvar todo a lo que amo...- me miraba con terror y retiraba su mano despacio.
-Por los ángeles, Megan...- comenzó a llorar.- por fin...- se rompió y continuó.- por fin años de guerra cesaran...- recompuso la compostura.- Sabrina, desata a tu hermano... nos equivocamos con ella.- Sabrina no estaba complacida con el anuncio.
Lo que pasó a continuación era inexplicable, en un ágil movimiento Sabrina apuñaló a su propio hermano en el estómago repetidas veces mientras repetía "esto, no, puede, ¡ser!".
Salí del shock y me abalancé sobre ella, mis alas se desplegaron solas, mis ojos se tornaron blancos de nuevo y un viento estrepitoso rebotaba por toda la habitación. Sabrina me miraba desde el suelo con miedo y Shane a mi lado con las pocas fuerzas que tenía habló.
-Meg... por favor no lo hagas, ella no sabe lo que hace...- comencé a llorar de la impotencia sin poder apartarme de ella.-Si ella muere, moriré también.- eso bastó para incorporarme, pero no sin antes, dejarla atada al piso con magia.
La directora miraba todo con un genuino asombro. Sin darle importancia me incorporé y traté de salvar a Shane.
-Escúchame, por favor, en ningún momento pares de escucharme.- el asintió. Contuve mis lágrimas y regulé mis emociones. Toqué justo donde sangraba, sonde múltiples tajos brotaban de su pálida piel y comencé a recitar un conjuro.-Que el mar cese su recorrido, que el tiempo se doble y vuelva a lo ocurrido. Solo aquí, en este cuerpo, solo aquí con esta persona...- las heridas comenzaban a curar de a poco, y seguía repitiendo la misma frase. En 5 minutos que parecían una eternidad pude sanarlo.
Shane agarró un costado de mi cara secando mis lágrimas de alivio y con la poca fuerza que le quedaba por la sangre que había perdido, me besó. Un beso de agradecimiento, un beso con un amor de amigos que nunca imaginé iba a recibir... no era romántico, ni apasionado, era Shane...
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Academia De Magia "La Profecía De Megan Adiuvat"
Fiksi RemajaLos ángel son parte de historia de libros, son los enviados de Dios. Pero, los ángeles no se pueden ver, no son reales, son producto de lo Libros ¿No? Entonces, ¿Qué estoy viendo en éstos momento? ¿Qué tentación es la que lleva a estrecharme entre s...