Me levanté aturdida de la cama y comencé a caminar sin rumbo. No sé hacía donde, solo caminaba. Volví a desvanecerme en algún lugar, se sentía frío, húmedo...
Abrí los ojos desorientada, Shane estaba a mi lado. Ya no estaba en el "hospital" de la escuela, sino en mi habitación.
-Hasta que despertaste.- me enderece de a poco.
-¿Qué me pasó?- toqué mi cabeza.
-Estabas en el bosque, durmiendo.- dijo con naturalidad.
-¿Bosque? ¿Qué hacía yo ahí?- se encogió de hombros.
-Supongo que era inevitable... El bosque te llama, Megan. No lo escuches.- ordenó con cara severa.
-¿Por qué?- no entendía nada de lo que me decía.
-Solo... Hazme caso ¿Quieres? Al menos hasta que estés lista.- asentí no muy convencida.
¿Lista para qué?
Denis entró en la sala y al ver a Shane se quedó tieso una milésima de segundo. Pasó su mirada a mí, era fría, con algo de rencor.
- Por los ángeles ¿Qué hacías en el bosque?- dijo Denis y me encogí de hombros.
-¿Acaso no sentías todo lo que me pasa? "Ángel guardián"- contesté borde a lo que él volteó la mirada.
-No vuelvas al bosque...- se retiró sin mediar otra palabra.
¿Qué tanto misterio guardaba el bendito bosque?
Me levanté de a poco con ayuda de Shane. Aún estaba algo aturdida por el golpe y no entendía cómo Shane sabía dónde estaba antes que Denis.
-Sé que algo no está bien en este instituto...- Shane esperó que siguiera.- No creo que a nadie le pase lo que me pasa a mí. Registros ocultos, luces que me llaman ¿Despertar en el bosque?- Shane tomó mi mano haciéndome levantar y me dirigió a alguna parte del gran edificio.
Después de unos pasos una puerta inmensa de madera estaba frente a nosotros. Si me separaba de Shane no iba a saber cómo volver, así que tomé su mano con fuerza.
-No eres la única que le ha pasado...- comentó Shane con misterio.
Abrí dicha puerta la cual nos llevaba a una habitación llena de archivos y antigüedades, a mi parecer todo muy desordenado. Las luces del jardín iluminaban adentro. Un jardín inmenso que jamás ví aquí. Literalmente un ecosistema dentro de la academia.
-Megan, aquí.- Shane sostenía entre sus manos un archivo de una chica. Era muy parecida a mí, con las mismas características, padres de diferente especie y anteriormente del mundo humano. Dice que fue encontrada muerta en el bosque.
-¿Pero cómo...?- él cortó mi pregunta.
-Hay muchas cosas que aún no sabes, y tenemos poco tiempo para que entiendas todo. Por favor, escúchame detalladamente.- asentí.- hay una profecía que dice que cuando la décima descendientes de un ángel y un brujo mueran, la raza demoníaca gobernará sobre la raza angelical. No eres la única que intentó esto, Megan... Tus antepasados también pasaron por esto y fallaron, no lo hagas tú también. Hay algo distinto en ti, puedo sentirlo. Eras la décima en la lista, Meg...
Pude sentir la presión en mis hombros...
Las puertas fueron abiertas de golpe, Shane no se percató
La directora entraba con su comité buscando a los invasores. Shane y yo nos miramos.
-Escóndete, no me pasará nada si me expulsan a mí, pero tú debes quedarte.- asentí confundida. No quería que fuera él solo, pero debía aceptar.
Me escondí detrás de uno de los árboles del jardín para poder escuchar.
- ¿Qué hace aquí, Shane?- oí la voz de la directora.
- Eso no es de su incumbencia directora...- comentó Shane. Hubo un silencio largo, no los podía ver porque estaba escondida.
-Bien, habrá sanciones. No castigo la curiosidad, pero sí la impertinencia.- sentenció.
Los pasos se alejaron y la puerta se cerró. Sentí un miedo y soledad profundas.
Comencé a buscar en los archivos. Los archiveros se ubicaban en lados distintos, como si formarán parte de la naturaleza del lugar. Temía que otra criatura me atacase como la vez anterior.
-Megan... Megan...- buscaba entre los archiveros. De uno de los archiveros salió una criatura alada. -¿Qué haces aquí, pequeña?- le pregunté a la pequeña hada. Era un ser sin pelo y de cuerpo humanoide sumamente pequeño. Sus pequeñas manitos comenzaron a hurgar entre los archivos hasta que dio con el que buscaba. Agradecí y comencé a leerlo.
"Megan Adiuvat"
La décima en la lista. 17 años. Descendiente de una ángel y un brujo. Criada entre humanos como habría sido planeado, con la diferencia que ella ha podido superar los desafíos de la academia con mayor dedicación y un don inigualable.
Rarezas: entra en catarsis y comienza a dibujar el futuro.
Debilidades: Su cuerpo es demasiado pequeño y frágil, se fatiga con facilidad al usar sus poderes pero a su vez, tiene una fuerza increíble en cuanto a estos.
Alejandro Adiuvat la está buscando por esto mismo, el brujo más poderoso de nuestros tiempos, padre de diez mestizas y esposo de diez ángeles sabe que ella es la indicada.
Si Megan muere o se inclina por el lado de la oscuridad, sería el fin de los descendientes celestiales y por consecuencia, el fin de la humanidad.
-¿Qué...?- no podía creer lo que estaba leyendo... mi padre, el padre de todas mis descendientes ¿seguía vivo? ¿era la hija de un tirano?
Mi cabeza comenzó a girar, pero debía mantenerme firme, el hada notó esto y tomó uno de mis dedos con sus manitas, haciendo que la siguiera. De repente estaba frente al árbol mayor de aquel ecosistema, y más hadas comenzaron a rodearme, como esperando que haga algo. Yo no sabía que hacía en ese momento pero algo me llevó a tocar aquel gran árbol, y al hacerlo las manitas de todas las hadas se posaron sobre todo el posterior de mi cuerpo, desde la cabeza, la parte de atrás de mis brazos y espalda, hasta los pies.
Una luz fuerte emanaba del gigantesco árbol y, por consecuente, un fuerte brillo emanaba de mí. Estaba conectada a él y él a mí, sentía su vida, sus raíces, su historia, la historia de mis antepasadas... Me sentía poderosa y llena de vitalidad.
Entendí lo que estaba pasando, el árbol me estaba enseñando todo, me estaba mostrando todos los posibles caminos y, lo más importante... el camino que debía tomar.
Poco a poco las hadas fueron apartando sus manos y el brillo comenzó a desvanecerse, sabía lo que debía hacer y no iba a perder tiempo en comenzar.
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Academia De Magia "La Profecía De Megan Adiuvat"
Ficção AdolescenteLos ángel son parte de historia de libros, son los enviados de Dios. Pero, los ángeles no se pueden ver, no son reales, son producto de lo Libros ¿No? Entonces, ¿Qué estoy viendo en éstos momento? ¿Qué tentación es la que lleva a estrecharme entre s...