Punto de quiebre

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Cuando todo pierde el sentido... la locura tiene la razón...

Capítulo 14:

LENA:

Los rayos incandescentes del esplendoroso sol, me encandilaban la vista, así que decidí cubrirme los ojos con el dorso de mi mano, y tomando una gran bocanada de aire, cuento hasta tres, y doy algunos pasos hacia atrás, antes de lanzarme a correr ...

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Los rayos incandescentes del esplendoroso sol, me encandilaban la vista, así que decidí cubrirme los ojos con el dorso de mi mano, y tomando una gran bocanada de aire, cuento hasta tres, y doy algunos pasos hacia atrás, antes de lanzarme a correr a una distancia considerable y arrojarme de un acantilado de más de 100 metros de altura, aunque en realidad había escogido la parte más baja, estaría a unos 20 o 30 metros, lo cual de igual manera era altísimo.

Grité como una cobarde, pero a su vez, el vértigo y la adrenalina se apoderaron de mi y se estrellaron contra la fría agua del mar.

Grité como una cobarde, pero a su vez, el vértigo y la adrenalina se apoderaron de mi y se estrellaron contra la fría agua del mar

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Salí a flote con mi corazón palpitando a mil por horas. La sensación fue increíblemente fantástica.

–¡¡¡¡Wuuuuhhh!!!– Grite eufórica flotando en el agua –¡¡Eso fue genial!!– Continúe, chapoteando y agregue:
–¡¡¡Te toca Jere!!!... ¡¡¡vamos!!!– Lo alenté a mi novio, el cual me observaba aún desde lo alto de la montaña.

–¡¡Sabes que te odio ¿verdad?!!–

–¡¡Lo se!! ¡¡y me encanta!!– Me reí, no tomando enserio su comentario, él solo estaba siendo un marica por tenerle miedo a las alturas y no querer arrojarse –¡¡Vamos ya, mueve tu maldito trasero!!– Jeremy dudó unos segundo y lo vi quedarse mirando hacia abajo un largo tiempo —¡¡No lo pienses, solo tírate!!— Le grité, dándole más valor.

Fue entonces que lo vi desaparecer de mi vista, me preocupé por unos segundos hasta que lo vi reaparecer y arrojarse dando un gran alarido, su cuerpo se perdió en el agua en un gran zambullido, una vez salió a flote, nadé hacía el y lo recibí con un gran beso en sus labios.

–Lo hiciste, bien hecho nene– Lo felicité por haber superado su miedo.

–No puedo creer que me hayas echo hacer eso– Dijo sorprendido y agregó:
–Te lo agradezco– Sonrió y estrello sus labios contra los míos...

Jeremy había estado un poco deprimido, así que decidí traerlo unos días de vacaciones, aprovechando que le habían dado unos días en su trabajo hasta que se recuperara de sus dolencias y por que en verdad necesitábamos de estas vacaciones.

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