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Lena:
Observaba de pies a cabeza, cada una de sus cualidades, sus movimientos, sus expresiones, la forma en que se paraba frente a mi, segura, sin una pizca de estar siendo intimidada.
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Su piel de porcelana y sobre todo joven, muy joven, como mucho llegaba a los 18 años, ¿que maldita imperfección podría tener esta niña? , me sentí 10 pisos abajo de ella. La odiaba, absolutamente la detestaba.
–¡Llegue! ... ¡traje unas donas cubiertas de chocolate para Lena, a ella le encant... tan asi– Se frenó Jeremy al verme, su cara palidecio, no esperaba encontrarme despierta, lo que no entendía es ¿cuándo pensaba contarme que tenía a una Barbie viviendo aqui? ¿A caso me estaba tomando por idiota?
La sangre me comenzaba a subir a la cabeza, y mis fantasmas, revoloteando a mi alrededor, hirviendo cada parte de mi cuerpo. No quería sentirme así, no debía, sentirme así. Pero tampoco podía evitarlo.
–Lena, no, no sabia que te despertarias tan temprano, creí que, dormirias hasta tarde y yo...–
–¿Quien es ella?– Lo interrumpi de inmediato. Jeremy dejó las bolsas sobre la mesa de la cocina y entonces dijo:
–Ella es Abby, es la hermana menor de John y, esta alquilandome el departamento, iba a decírtelo esta mañana antes de que te levantaras pero... ya veo que no paso asi–
–¿Decirmelo esta mañana? ¿Y por qué razón o circunstancias no me lo habías dicho antes?–
–No era el momento, sabía que no te lo tomaría bien– Me reí sarcástica, Jeremy debía estar jodidamente bromeando o le gustaba hacerme quedar como la loca –Escucha, estabas en una situación un poco delicada, no era el momento ni el lugar para hablar de algo asi, los doctores me pidieron que no debía decirte nada que pudiera desiquilibrarte emocionalmente–
–Oh, que bueno eres Jeremy, mil gracias– Ironice.
–Es encerio Lena, además, ni siquiera he estado viviendo aquí, estuve quedándome con John estos dos meses, y, yendo al hospital todos los días, es por eso que le alquilé el departamento a Abby–
