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Queria ser una mejor persona para Jeremy, quería poder ser una novia normal y corriente, ser lo que el merecía, pero joder, todo resultaba siempre ser tan difícil.
Si no era una, era la otra, ¿por que tenía que estar siempre rodeado de mujeres? Casi no le conocía amigos hombres, solo al pesado de john.
Los ojos de mi novio, se pusieron redondos como platos al verme parada en su sala de estar, con los brazos cruzados y seguramente una cara de culo descomunal.
Desearía poder ser menos expresiva y no demostrar mis emociones con tanta facilidad, pero no podía, me cabreó verlo tan cerca de Nancy, ¿por qué tanta proximidad? ¿Por qué no podía mantener sus manos lejos de ella?
Ojalá pudiera meterlo en una caja de cristal, donde solo yo pudiera entrar y así tenerlo solo para mi.
–Lena,... Nancy a venido a visitarme, y pues nada, justo, hablábamos de ti, ya sabes, lo normal nada raro ni de que preocuparse– dijo apresuradamente Jeremy , un tanto nervioso, odié ver el miedo en sus ojos, no quería que mi novio sintiera miedo de mi, pero tampoco entendí el por qué debería de sentir temor ante algo que según el, era "lo normal"
–¡Rayos!, lena, te han destrozado – comentó Nancy, levantándose y acercándose a mi para observarme, di un paso hacia atrás, no quería que se me acercara –Malditos cobardes, no puedo creer que te hayan echo eso, que abusivos hijos de puta– Protestó, indignada, Nancy estaba indignada, ¿Por mi? ¿Por que?
–Deberían haber echo la denuncia, esos ... energúmenos, bestias salvajes, deben pagar por lo que hicieron, Jeremy– Le sugirió a su amigo, pero negandome respondí:
–No vamos a hacer tal cosa– Sacudiendo mis manos me aleje, tirandome en el sofá despreocupada, para intentar sacarle peso a la situación, mi objetivo era volver con Jeremy y estaba cumplido. El resto me importaba una mierda. Además estaba bien después de todo y a decir verdad, sería muy hipócrita denunciar algo que yo misma fui a buscar.
–¿Como que no? Mira como te han dejado, esto no puede quedarse asi–
–Oye, no me importa, ¿ok? ya déjalo estar, lo único que me importa y me importara en esta vida, es Jeremy, el resto me importa un rábano... ademas si no hubiera pasado esto ni siquiera estaría aqui– Dije sirviendome un vaso con agua, de pronto esto se volvió una conversación acerca de mi salud y casi había olvidado que encontré a Jeremy a dos centímetros de su cara.
–Pues me parece que te estás equivocando– Dijo muy entrometida, no pensaba seguir discutiendo sobre esto, lo mejor era ir a lo que importaba:
–Mejor cuentame si te ha gustado el olor a menta en la boca de Jeremy–
–¿Que?– Pregunto decentendida.
–Lo que escuchaste, es decir, lo has tenido a pocos centímetros de tu boca, seguro lo haz podido oler– Le recordé, volviendo al punto de origen de todo esto.
