Fuera de control

263 16 7
                                    

Capítulo 34.

Lena.

¿Algunas vez, sintieron amar tanto a alguien, que hasta pareciera como si respiraran su mismo aire? Esa sensación de compartir un mismo cuerpo, un mismo pulmón,  un mismo corazón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¿Algunas vez, sintieron amar tanto a alguien, que hasta pareciera como si respiraran su mismo aire? Esa sensación de compartir un mismo cuerpo, un mismo pulmón,  un mismo corazón. 

Como si necesitaran de esa otra  persona, su otra mitad, para poder vivir.
Así es como me sentía con Jeremy,  todo ha girado siempre a su alrededor desde que lo conocí.

Mi vida, se había vuelto completa y enteramente para él. No podía funcionar sin Jeremy.
Sentía ahogarme cada vez que estaba lejos de mi, y volvia a resucitar con su sola presencia.

Lo amaba más que nada en el mundo, no podría explicarlo con palabras, solo sabía y era consiente, de que mi amor por él, se saltaba todas las barreras. Rompía todas las reglas, todo lo correcto, lo desente, lo bueno y lo malo. Un amor único e intenso.

Nadie es capaz de explicar cómo funciona el amor, el amor funciona de diferentes maneras para mi, depende de cada individuo.

¿Quién es quien para juzgar? ¿Quien es quien para poder hablar sobre el amor? ¿Cual es la maldita forma correcta de amar?.
No existe, no hay una forma correcta, cuando se ama, se ama y eso es todo, de la forma en la que yo amo,  no creo que nadie en el mundo lo hará jamas...

***

–¿Que estas haciendo?– Pregunté tomandome de la cabeza, me dolía jodidamente, Jeremy estaba juntando infinidades de cosas rotas esparcidas por el suelo. No recordaba haber echo tanto desastre la noche anterior, pero al parecer lo había destruido todo.

–¿Que crees que estoy haciendo?– Respondió,  fusilandome con la mirada, joder, jeremy me odiaba, sabía que me odiaba, pero con un demonio, yo lo amaba y queria que él dejara de verme como si fuera su enemiga.

Era consciente de que vivía intentando enmendar mis desastres una y otra vez, pero él había prometido que esta vez no me dejaría, aún estaba aquí, así que supuse que esta vez si cumpliría con su promesa.

Debía hacer todo lo posible por borrar el odio en sus ojos.
No soportaría otra mirada más como esa.

–Lo siento tanto, no creí haber estado tan fuera de control, ni siquiera recuerdo haber echo todo esto– Me disculpe, como de costumbre.

–¿Bromeas?, no paraste de destrozar todo y hasta amenasaste con prender fuego la casa–

–¿Que? No– intente defenderme,  sinceramente no recordaba esas cosas.

–¿Sabes que? ya no importa, por que estoy muy cansando de discutir y en unos minutos debo ir a trabajar– Jeremy se veía agotado en verdad, sus negras ojeras y ojos irritados demostraban que había pasado la noche en vela.

–Te juro que no lo recuerdo, se que a veces digo cosas, o hago cosas, que no se por que las hago, y luego, no lo recuerdo, no se que pasa conmigo–

–Si como sea– respondió sin hacerme mucho caso.

Tóxic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora