"Tenias ese don tan peculiar de construirme y destruirme en cuestión de segundos"...
Capítulo 23:
Engaño.
Jeremy.
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Una, dos, tres, cuatro, cinco y seis, la sexta lata de cerveza que terminaba de juntar, completaban un pack entero, un pack del cual yo ni siquiera había probado.
Las puse todas en una bolsa y me dirigí hacia la cocina a desayunar, mientras Lena dormía de borrachera en el sofá. Crei no tener que volver a vivir algo por el estilo, pero no había pasado una semana desde que todo empezó a empeorar, para colmo no había encontrado forma de hacer que lena tomara su medicación, empezaba a creer en que tal vez fui muy tonto en aceptar que saliera de la clínica.
La salud mental de Lena no era un juego, ella fue diagnosticada como paciente con trastornos de bipolaridad y ansiedad.
Sus facetas estaban asociadas con la depresión y muchas veces podía llevarla a pensamientos suicidas. Sin contar con su grave problema de ansiedad, eso la ponía hiperactiva, en dos días casi no había dormido, por lo que embriagarse la noche anterior, no resultó tan mal, ya que por lo menos ahora estaba dormida.
A pesar de que ella había tirado las pastillas en el hospital, yo las había vuelto a guardar sin que ella lo notara, por supuesto eso fue motivo de discusión cuando llegado el momento, le pedí que las tomara, Lena se disgustó y se negó a ingerirlas. Se sintió traicionada además de engañada.
La convivencia con Abby lo había empeorado todo, aún mas, estaba pensando seriamente en pedirle que se fuera, pero tampoco me animaba a hacerlo, ella era una muy buena chica, educada y simpática, incluso con Lena, quien quería prenderle fuego sin importar cuán amable fuera abby con ella.
Lena no tenía razones para odiarla, pero ella no necesitaba razones , solo necesitaba ver a una mujer a mi lado para inmediatamente querer asesinarla.
–¡Vaya!, si que se las han pasado bien– exclamó abby al verme votar todas esas latas de cerveza a la basura.
–La ha pasado bien– aclare– solo Lena, yo no he probado un trago de esto–
–Oh, entiendo – se limitó a responder. Abby jamás metía una palabra de más, ni indagaba sobre nada de lo que veía o escuchaba aquí, yo agradecía eso. Muchas veces Lena decía cosas que podían ser hirientes, y las decía gritando como si abby no estuviera aquí y no pudiera escucharla.
–¿Quieres café?– Le pregunté mientras me servía una taza.
–Si por favor– Dijo esta, mientra ordenaba sus cuadernos.
–¿Vas para la universidad?– pregunte.
–Así es, por cierto, las habitaciones estarán listas en una semana, así que, ya falta poco para que me vaya, ya no los molestare – dijo en un tono amable y bromista, no se sintió como una indirecta ni como si estuviera enojada, pero de igual forma, me vi obligado a decirle:
