Dejarlo ir

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Capítulo 15:
“Dejarlo ir"

… Tan fría que quemaba, y tan rota que cortaba…

Jeremy.

–Bien señor Collins,  con esto estará bien, regrese dentro de 20 días, para ver como sigue todo– La enfermera dio la última puntada antes de ponerme una gasa en la parte de atrás de mi cabeza

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–Bien señor Collins,  con esto estará bien, regrese dentro de 20 días, para ver como sigue todo– La enfermera dio la última puntada antes de ponerme una gasa en la parte de atrás de mi cabeza.

–No soy de aquí,  solo estaba de pasada con mi…– Un nudo se produjo en mi garganta – Con una amiga– Termine de decir, sintiendo una punzada en el corazón.

–Bueno entonces vaya dentro se 20 días a la guardia mas cercana de su ciudad, para ver si ya está listo para sacarse los puntos– Asentí con la cabeza bajando de un salto de la camilla,  lo cual no fue muy buena idea, ya que un repentino mareo vino a mi.

–Tenga cuidado señor Collins,  recibió un golpe muy fuerte en la cabeza, no es recomendable que haga movimientos tan bruscos– Me regaño la enfermera.

Caminando muy despacio, salí de la sala de urgencias, con 5 puntos cocidos a mi cabeza, parecía que no terminaba de recuperarme del todo de mis heridas anteriores que ya tenía una nueva con la cual lidiar, sin mencionar la más dolorosa de todas, la del corazón.

Esa sensación de ahogo constante y tristeza que me invadía de a ratos,  era casi más insoportable que todas mis dolencias juntas.

Revisando los bolsillos de mi pantalón, me detuve nuevamente al encontrar el pequeño papel escrito con tinta roja, un simple “LO SIENTO" el cual lo había leído por lo menos unas 10 veces mientras estuve aquí, con la cabeza ensangrentada y una gran herida abierta producto del botellazo que Lena me había dado.

Despertar con un dolor de puta madre y sangre a mi alrededor, fue la cosa más escalofriante que me tocó vivir, pero enterarme que quien me había provocado ese daño, fue la mujer que tanto amaba, fue peor aún.

Una estúpida nota, y su tan predecible ausencia, hacia a mi corazón doler como nunca imaginé.

Lena me había golpeado, me había herido y abandonado en ese cuarto de hotel, lo cual era lógico, ella era propensa a hacer ese tipo de actos cobardes y no dar la cara.

Ahora no tenía idea de cómo fue que llegué hasta aquí, la enfermera dijo que llegué en ambulancia,  pero mis ideas eran confusas, no recordaba haber llamado a la ambulancia,  solo recordé despertar en un momento, solo en aquella habitación, tampoco tenía idea de dónde podría estar Lena, pero no tenía ganas de saberlo.

Esto había llegado demasiado lejos, y no estaba dispuesto a repararlo. No está vez.

Arrollando el papel con mi mano,  lo arroje al primer cesto de basura que encontré,  y seguí mi camino sin deseos de mirar hacia atrás…

(…)

–¿Cómo te sientes?– Le pregunte a mi amiga observándola desde la esquina de su habitación.

Tóxic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora