Capítulo 11

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     —¡Cariño! —grité, tomando a la AX400 rápidamente y girándola hacia mí para que no vieran su rostro—. Las estaba buscando.

     —Usted es... —murmura la pequeña niña que acompañaba a la androide, reconociéndome.

     —Ya fui a depositar el dinero, regresemos a casa. ¿Qué dicen? —pregunté, esperando que mi actuación fuera lo bastante creíble cómo para lograr confundir al oficial que nos miraba desde lejos.

     —Eh...Sí, mamá —habló la niña, mirando a la androide para que nos siguiera el juego.

     —...Claro, claro. Vayámonos, cariño —contestó la AX400, mirándome dudosa y acompañándome con cuidado al lado contrario del policía que aún nos miraba dudoso.

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     Al estar lo suficientemente lejos de cualquier peligro, las adentre a un callejón, mirando a ambas fugitivas.

     —¿Están bien? —pregunto.

     —Sí —contesta la niña, observándome a detalle—. Usted es la señorita de la tienda de androides, ¿Verdad? —asentí, saludándola de nuevo—. Ella es Kara —dijo feliz, señalando a la androide—. Le dije que la cuidaría por usted.

     Miré incrédula a la androide.

     —¿"Cuidaría por usted"? —repitió la AX400 confundida, mirando a la niña y a mí de vez en cuando—. ¿A que te refieres, Alice? ¿Quién es ella?.

     —Es tu amiga, Kara —contestó la mencionada, tratando de explicarle—. Ella fue la que me dijo que tu propósito de ser máquina era ser ella, ser Kara, su mejor amiga. Alguien que te cuide siempre, que te considere parte de su familia y que a pesar de todo nunca te abandone. Fue ella, Kara.

     La androide me miró, analizándome. Aún sin creerse lo que Alice había dicho. —Entonces, eso significa...¿Qué usted y yo nos habíamos conocido antes...y habíamos sido amigas?.

     —...Sí —dude, pero al verla ahí, no pude soportar sentir tristeza y nostalgia, sintiendo mis mejillas húmedas en un instante—...Sí, Kara...Tú fuiste la primer y mejor amiga que pude tener —sollocé—...Creí que nunca te volvería a tener...Pero esta niña, me a dado el honor de volverte a ver y llamarte por tu nombre...Kara.

     Ella, sin previo aviso, lentamente se fue acercando a mí. Yo, aún embobada con su belleza, pude sentir que rozó sus manos con las mías y sentí una especie de electricidad recorrer mi piel. Había algo en su ser que era diferente a la Kara que solía conocer pero esas diferencias también la hacían ser igual de un modo u otro. Su apariencia no era la de una AX400 común, su cabello era más corto y su color distinto, cosa que me llamó más la atención pues, extrañamente, la Kara original me había dicho que le hubiera gustado tenerlo de esa forma...Eso me hacia sentir que aún estaba con vida...y que por fin la había encontrado después de creerla perdida.
     Ella también notó nuestra pequeña conexión y, sin saber con seguridad si fue un impulso o más bien pena, me envolvió en un tierno y cálido abrazo...que a pesar de ser androide y poseer una piel de metal tan fría...se sentía la calidez que su divergencia transmitía.

Detroit : Become Human •"Schrödinger"•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora