Capitulo 95

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     —Listo...Como nuevo —indiqué con seriedad, dejando de lado una vara de hierro caliente que use para suturar las heridas del moreno frente a mí y dándole una botella llena de plasma azul lista para beber.

     Al volver a Jericho me dedique a reparar a nuestros compañeros, los cuales habían resultado heridos anteriormente en la marcha por nuestra libertad. Ahora me encontraba reparando ahora a él líder de ésta, Markus.

     —Gracias...Pero no hacía falta —golpeo con fuerza su hombro izquierdo, molesta—. Auch, ¿Primero me arreglas y luego me lastimas? —comenta, soltando una pequeña risita nerviosa para intentar bajar la presión del momento, cosa que me hizo enfadar más.

     —Eso es por asustarme de esa forma haya afuera —respondo, demandante y un tanto alterada tras recordar su "estupidez"—. ¿En qué pensabas en ese momento? ¿Pensaste en las consecuencias de tus actos? ¿Qué hubiera pasado si no te ayudábamos, si John no daba su vida por hacerlo?...¿Acaso pensabas dejarme sola?.

     —(TN)_____, yo —baja la vista, apenado y arrepentido—...Lo lamento...Creí que...sería lo mejor, que así lograría hacer que los medios vieran que estaba dispuesto a todo por nuestra libertad. No lo pensé con claridad hasta que...te vi apunto de sacrificarte por mí —movió sus dedos con nerviosismo, parecía un niño regañado frente a su madre—. Yo...Lo lamento...En serio lo siento.

     Pasaron unos segundos hasta que no pude más y lo abracé, sintiendo sus grandes brazos rodeándome al instante.

     —Sólo...no vuelvas a hacer algo tan imprudente como eso, ¿Quieres? —intensifiqué la muestra de afecto, sintiendo una especie de dolor en el pecho—. No quiero imaginarme lo que hubiera pasado si —me detuve a mi misma para no pensar en ello—...No te atrevas a dejarme, Markus...Por favor...No vuelvas a darme un susto como ese nunca más...

     —No lo haré...Pero tú tampoco vuelvas a ponerte en peligro por mí culpa —pude sentir su rostro hundiéndose en el hueco que hacia mi cuello y mi hombro derecho, besando aquella parte para luego recostarse sobre ella—. No soportaría que algo malo te pasara por mi insensatez...Perdóname...Perdóname por haber hecho semejante estupidez y meterte a ti en ella...Perdóname... —me abrazó con más fuerza.

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     Ambos permanecimos unos minutos así, sintiéndonos el uno al otro y disfrutando de nuestra mera compañía, hasta que un golpeteo en la puerta nos hizo reaccionar.

     —¿Markus? —una voz completamente desconocida para el mencionado lo llama, asomándose a los adentros de nuestra habitación—. ¿Tú eres Markus? —sin embargo...yo la reconocí al instante.

     —Sí —se separa de mí, viendo a la androide AX400 entrar a la habitación—. ¿En qué puedo ayudarte?.

     No pude evitar mantener la mirada en ella, casi hipnotizada por su belleza melancólica.

     —Estoy con una niña y otro androide —volvió a hablar la mujer, viéndome de reojo de vez en cuando—...En dos horas sale un autobús hacia la frontera...y necesitamos pasaportes...

     —No, Detroit tiene toque de queda —responde Markus, advirtiéndole—. Hay soldados por doquier y están reuniendo a todos los androides para enviarlos a los campos...

Detroit : Become Human •"Schrödinger"•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora