Capitulo 97

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     —Listo...Como nuevo —indiqué con amabilidad, dejando de lado una vara de hierro caliente que use para suturar las heridas de uno de nuestros aliados androides y dándole una botella llena de plasma azul lista para beber—. Ten, bébelo y descansa un poco.

     —Gracias, (TN)_____ —asentí.

     Al volver a Jericho me dedique a reparar a nuestros compañeros, los cuales habían resultado heridos anteriormente en la marcha por nuestra libertad. Eran varios...Algunos peor que otros.

     —¿Cómo están?... —pregunta Markus mientras se acerca a mí desde la espalda.

     Volteo a verlo y le hago una señal para que me siga. Caminamos un poco y al estar lejos del resto me digno a contestar. —Bien, pero...no logré repararlos a todos —murmuro, preocupada—. Atendí a los más necesitados pero se acabaron los suministros para todos los demás —suspiro—...A este paso...Tal vez unos cuantos se apaguen.

     El líder baja la mirada, arrepentido de haber salido a marchar en primer lugar y no haber mandado el mensaje que esperaba a los humanos.

     —...Está bien —intento animarle—. Creo que fue buena idea irnos antes de que todo empeorara, no te preocupes. Pudo ser peor...

     Sonríe débilmente. —Gracias...Si no hubiera sido por ti, creo que sí hubiera estado peor —solté una pequeña risa para derretir el hielo.

     Después de ello permanecí en silencio hasta que me decidí por abrazarlo, él sin pensarlo correspondió a la muestra de afecto, permaneciendo así por unos minutos. Pensaba que necesitaba algún tipo de consuelo por lo ocurrido y no sabia que mas hacer por él mas que mostrarle cariño y comprensión, y así permanecimos, abrazados mientras nos sentíamos el uno al otro y disfrutábamos de nuestra mera compañía...Hasta que un golpeteo en la puerta nos hizo reaccionar.

     —¿Markus? —una voz completamente desconocida para el mencionado lo llama, asomándose a los adentros de nuestra habitación—. ¿Tú eres Markus? —sin embargo...yo la reconocí al instante.

     —Sí —se separa de mí, viendo a la androide AX400 entrar a la habitación—. ¿En qué puedo ayudarte?.

     No pude evitar mantener la mirada en ella, casi hipnotizada por su belleza melancólica.

     —Estoy con una niña y otro androide —volvió a hablar la mujer, viéndome de reojo de vez en cuando—...En dos horas sale un autobús hacia la frontera...y necesitamos pasaportes...

     —No, Detroit tiene toque de queda —responde Markus, advirtiéndole—. Hay soldados por doquier y están reuniendo a todos los androides para enviarlos a los campos...

     —Tal vez deban —ambos me observan, poniendo atención a mis palabras—...quedarse un tiempo...

     —Tal vez sí —responde la joven maquina, analizando la situación y pensándolo con claridad y detenimiento—...Aquí estaríamos más seguras hasta que se calme todo... —termino por aceptar, asintiendo ligeramente con la cabeza.

     —Uno de los nuestros trabajaba en el Departamento de Estado —continúo, dejándome llevar por los recuerdos del pasado—. Tiene pasaportes electrónicos que puede modificar —volteo hacia Markus, buscando su aprobación.

Detroit : Become Human •"Schrödinger"•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora