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Mavia, también llamada Mawia, Mawai o Mawaiy, a veces Mania) fue una reina que gobernó una confederación de tribus árabes en el sur de Siria, en la última mitad del IV.
El marido de Mavia era Al-Hawari, rey de ésta confederación. Cuando él murió sin dejar heredero, la Reina pasó a regir la confederación y organizó una revuelta contra el Imperio romano que se extendía por Levante, por motivos religiosos. Su gente era católica, pero de una línea que creía en la Santísima Trinidad.
Tras la muerte de Al-Hawari, el Emperador Romano Valente, decidió ignorar las peticiones de los árabes de tener un obispo de su línea, ya que el gobernante era arriano (no creían en la Santísima Trinidad). Mavia se alejó de la ciudad y llevó a su pueblo al desierto, formando alianzas con los árabes del desierto y haciéndose con el apoyo de la mayoría de ellos.
La soberana comenzó la revuelta contra Roma el año 378, a menudo ella dirigía personalmente a sus tropas, estas pasaron por Arabia y Palestina, llegando a los límites de Egipto, venciendo al ejército del emperador. A los romanos, el luchar contra un enemigo liderado por una mujer al principio les pareció hilarante. De hecho, cuando el comandante de Palestina convocó refuerzos, fue relevado de su cargo por necesitar ayuda para enfrentarse a una fémina. La Reina le dio una lección al reemplazante, aplastando a las fuerzas romanas en la siguiente batalla.
Mavia y su ejército probaron también ser superiores a las fuerzas romanas en campo abierto. Tras un siglo de haber luchado junto a las fuerzas romanas, los árabes conocían sus tácticas y vencieron fácilmente a las fuerzas del gobernador romano en Palestina y Fenicia.
Al final el emperador tuvo que ceder, y la soberana logró que se nombrará a un obispo de su corriente, llamado San Moíses, que era amigo de Mavia (se decía que él había sido quien la había convencido de aceptar la religión cristiana), que fue el primero dirigente de origen árabe en la región, con eso volvieron a ser aliados de los romanos, pero para asegurarse de una alianza duradera, la soberana casó a su hija Khasidat con el comandante Víctor, uno de los mejores militares romanos de su época.
Cuando murió el Emperador que había firmado el tratado con Mavia, el nuevo les quitó su favor y se lo dio a otra tribu, pero como ya no estaba en el trono la reina, lamentablemente su pueblo perdió ante los romanos.
Mavia murió en el año en 425, al este de la ciudad de Alepo, en Siria.
