Capítulo 11

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Me levanto, tomo una ducha, me visto, tomo mi desayuno y voy a casa de mi prima Ágata, su casa queda al lado de la de mi abuela. Toco la puerta y veo que una cosa rara me abre la puerta, es Ágata con los pelos tan desordenados que parece que le cayó un rayo, esta está acabada de levantar, sus pelos son la prueba del delito.
-Pasa- me dice y entro.
Voy y me sinto en el sofá.
-Me esperas dos minutos, enseguida estoy contigo- me dice mientras entra al baño.
Dos minutos. Lo que se dice dos minutos no es exactamente el tiempo que la espero, es más bien dos por treinta minutos, que vendrían siendo la hora. Ágata sale del baño y se sienta junto a mí a conversar.
-Ahora si no te escapas- me dice
-¿Qué he hecho?- pregunto
-¿Qué no has hecho?, en este instante me vas a contar cuál era el motivo de tu felicidad anoche- me dice
-Pues Alexander me escribió diciendome que quería haber pasado la noche junto a mí y cuando lo leí por poco se me sale el corazón del pecho- le explico y veo en su cara un estado de asombro, ciertamente nadie se lo espera y menos de él.
Ágata y yo seguimos hablando y ella me pide que le explique como es mi situación con Alex, aunque verdaderamente no hay mucho que explicar, ni si quiera yo sé como explicar todo esto que está sucediendo debido a que él es demasiado indescifrable.
Miro la hora en mi teléfono y veo que ya son las once de la mañana, pero también me percato de que tengo un mensaje, lo abro y veo que es de Alex, me está pidiendo que lo llame a su casa.  Me paro del sofá y comienzo a brincar, pero justo se me enredan los pies y me caigo de espalda. Cuando pienso que estoy terminando mis estupideces inicio la siguiente temporada, por Dios, que torpe soy y la tonta esta que no me ayuda a levantarme, solo se ríe.
Espero a que se me pase el dolor de la caída y llamo a Alex al número que me ha enviado. Me sale él directamente. En estos momentos tengo ganas de salir corriendo, suerte que no me puede ver porque llevo una sonrisa de colegiala enamorada en el rostro, debo parecer una tonta.
-Caro, te llamé porque necesito decirte algo que desde hace ya un tiempo tengo en mi cabeza- me dice muy serio
Este seguro que me sale con que, se que yo te gusto pero yo solo te veo como amiga y no sé que otras cosas más.
-¿Caro, Caro, me oyes?- pregunta
-Si, dime- respondo
-Caro, tú me gustas mucho, de hecho muchísimo- me dice y suspira.
Esto si que no me lo esperaba.
-Caro di algo- Me grito internamente
-Caroline, perdona si no he sido todo lo agradable que debería haber sido todo este tiempo, pero es que soy así y si decides conocerme un poco más te darás cuenta de por qué soy de esta forma- me explica
-Alex, en serio, me esperaba cualquier cosa menos esto, no sé ni que decir- le digo, y es en serio, no tengo ni la más mínima idea de lo que debo decir en este momento
-Solo dime que me dejarás conocerte un poco más. Yo prometo romper mis muros y dejarte pasar para que conozcas más de mí, solo di que aceptas- me dice y me quedo un poco atontada, este chico puede llegar a ser realmente cursi cuando se lo propone.
-Acepto, será un reto, pero sí, estoy dispuesta a conocerte mejor- le digo con seguridad
-Ya te quiero ver, ¿te parece si mañana quedamos en el parque, el que está por casa de tu abuela?- me propone
-Me parece perfecto, de cualquier forma tenía que ir porque quedé de reunirme con los chicos allí, ¿te parece bien?- le pregunto con algo de inseguridad porque con lo misterioso que es quizás no está dispuesto a que los chicos se enteren de todo lo que está sucediendo entre nosotros.
-Pues genial, así los veo a todos- me dice
-¿A las 9?- pregunto
-A las 9 estaré allí esperándote- me dice y cuelga.
Ufff Alex es súper enigmático, cuando creo que tengo todas las respuestas a él me doy cuenta que ni siquiera he comenzado mi camino para llegar a saber quién es realmente, a veces llega a desesperarme.
Son las 8 de la mañana y ya estoy lista para ir con los chicos al parque. Son las 8:45, Ágata, Ángel, Andrea, Gabriel, Ana y yo nos vamos juntos hacia allá el resto estará allí. Cuando llegamos ya están sentados en uno de los bancos Vali y Franco, Javier aún no llega y por lo que veo Alex tampoco, eso comienza a desesperarme. Decido llamarlo. Un tono, dos, tres…
- Dime –me dice Alex con voz soñolienta
- Ya estoy en el parque- digo
- Ok, ya voy para allá- responde y cuelga.
Pasan los segundos y estoy conversando con Vali, uno de mis mejores amigos. Cuando desvio la mirada por un momento ahí está él, Alex ha llegado va vestido con un pullover rojo, un pantalón aguas claras y unos tenis. Me quedo sin aliento, no se que hacer y mucho menos que sentir, pero debo pensar rápido. Él se acerca y saluda a todos a mí me deja para el final dándome un suave beso en la mejilla. Lo miro disimuladamente, no sé como reaccionar ante él.
Son cerca de las 11 de la mañana y decide aparecer Javier. Saluda a todo el grupo y comenzamos a hablar. Decido apartarme un poco del grupo y camino un poco por el parque. Noto que una mano toma la mía y al voltearme me topo con Alex, o mejor dicho, con el pecho de Alex, es que es realmente alto. Lo miro a los ojos y está sonriendo. Es un gesto sumamente especial, él sabe que me gusta y ahora yo también sé que le gusto, pero no es solo simple atracción física, es algo mucho más allá de eso. Es algo que no me he permitido sentir desde hace mucho tiempo y temo que él pueda volver a generarlo en mí.
-¿Podemos hablar?-me pregunta mientras pasa un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja
-Si- respondo no sé ni como, su toque desactiva la sinapsis de mis neuronas.
Hablamos durante un buen rato, es súper dulce, nada que ver con Don Perfecto, es alguien que desconocía totalmente. Nuestras miradas dicen mucho más que las palabras que decimos. Estoy encantada con él.
Decidimos regresar con los chicos pero esta vez me toma de la mano y no la suelta. Eso no me lo esperaba ¿significaba esto que habíamos comenzado una relación?. Lo paro y le pregunto:
-Alex, ¿qué somos?- ciertamente no entiendo
Levanta nuestras manos unidas y me dice- quizás no lo sepas pero estas manos unidas significan que estamos juntos- y comienza a andar llevándome casi a rastras. Waooo, en este instante no se ni que decir
Si alguien tiempo atrás me hubiese dicho que estaría con Alex, probablemente la hubiera llamado desequilibrada mental, me hubiera partido de la risa en su cara y la daría por loca.
Rato después mientras estamos conversando con los chicos entra una llamada a mi teléfono, es mi madre, ha venido a por mí, debo regresar a Miami. Alex me acompaña hasta casa de mi abuela, en la entrada me abraza por la espalda con sus definidos brazos cuando me dispongo a entrar. Es claro que estoy comenzando a sentir algo, mi mayor miedo es que este asunto se me pueda salir de las manos. No quiero enamorarme, pero cada minuto que pasa me doy cuenta de que realmente puede llegar a suceder
En la noche le comento a mi madre sobre Alexander y le digo que él es hijo de la arquitecta amiga desde la infancia de ella
- ¿Es el hijo de la arquitecta?- pregunta mi madre
- Pues sí
-Entonces es el hijo de Amelia la arquitecta, yo la conozco desde que éramos unas niñas, cuando se mudó de aquí de Miami dejé de verla un tiempo, pero ella a cada rato pasa por la clínica- me explica mi madre
Era la información que necesitaba, ya tengo pasos de avance.

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora