Capítulo 23

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Han pasado casi cuatro años desde aquella graduación donde se rompieron todos los estereotipos, tiempo que cambió mi vida y la de mis amigas. Todas estamos a punto de culminar nuestras carreras y cerrar otro ciclo de sus vidas. Bueno todas menos yo, a mi me faltan dos años.
Verónica está con sus estudios en la Universidad de Psicología, tiene un novio muy guapo que cursa estudios junto a ella, es moreno, ojos color azul cielo con una mirada capaz de poner de rodillas hasta a la mismísima Afrodita, cuerpo envidiable entre los hombres, pero sobretodas las cosas súper agradable, su nombre es Nicolás. Ya llevan casi dos años de relación debido a que Vero como ya es sabido es de las personas que meditan las cosas muy pausadamente, tan pausada que mantuvo a Nico esperando una respuesta a su propuesta de noviazgo casi un año.
Paola sigue tan acelerada como siempre. Está logrando su sueño de volverse una gran abogada, en la Universidad de Derecho. Volviéndose loca un poco más con el paso de los días, no sabría decir si por los estudios o por la cantidad de fiestas que va. Conoció a un muchacho tres años mayor que ella, el que estudiaba también en ese mismo centro cuando ella entró en primer año de la carrera, pero ya culminó sus estudios y ya está ejerciendo como abogado en uno de los bufetes más prestigiosos del país. Su nombre es Hugo, es moreno, ojos color café, labios gruesos, alto como de metro noventa, lo cual nos hace mucha gracia ya que parece una garrapata pegada a un labrador, espalda bien definida, en fin un bombonazo de los rellenos con fresa. Llevan tres años y un mes, se conocieron en el pasillo de la universidad cuando Paola caminaba como una desequilibrada mental porque llegaba tarde a una de sus clases y chocó con él esparciendo por el suelo los apuntes de ambos, desde aquel momento ambos sintieron una conexión especial, la cual terminó resultando.
Angie seguía estudiando Arte, contenta con los resultados que ha obtenido a lo largo de sus estudios. Al comienzo en su nuevo ambiente estudiantil despertó un marcado interés en su profesor de música, quien es quince años mayor que ella, moreno, alto, ojos negro azabache, con un cuerpazo de los que obligan a una mujer a voltearse para mirarlo, su nombre es Jose Ángel, el que al igual mostró cierto interés por ella;  lo que terminó en una consolidada relación de 2 años y medio. Son el uno para el otro, lo que no piensa uno, el otro ya lo tiene en mente.
¿ Y yo? Se preguntarán muchos, pues estoy súper contenta con mi carrera, superándome día a día para llegar a ser la gran doctora que desde un comienzo me he propuesto ser, me costó mucho trabajo adaptarme, tropecé muchas veces, me frustré, pensé incluso que debía abandonar mi sueño, pero me di cuenta que todo se puede lograr con sacrificio. A diferencia de mis amigas conocí a miles de personas nuevas entre ellas a muchachos maravillosos interesados en llevar una relación estable, pero  jamás me he sentido motivada por ello, solo pienso en mis estudios, como suele decir Paola: ´´eres una jodida polilla, te vas a volver loca entre tantos libros, disfruta de la vida que es una sola´´ , en ocaciones me paro a pensar en que tiene razón con lo que me dice pero la verdad es que no me siento al cien conmigo misma, siento vacía una parte de mí, algo que sé que desde hace mucho tiempo me falta: el amor.

He pasado la tarde con mis amigas poniéndonos al tanto de todo lo que acontece en la vida de cada una de nosotras. Voy caminando de regreso a casa cuando de repente me da uno de esos presentimientos, pero siento que este es bueno, es la misma sensación  que sentí aquella vez, pero decido alejarlo de mí, eso lleva nombre y ese nombre es Carlos Sánchez Romero. Ha pasado tiempo desde la última vez que supe de él, ya ni siquiera reviso su perfil de Facebook para ver como está. Cuando comencé la universidad me propuse que sería el punto de partida de una nueva vida, alejando las sombras de mi pasado, todas las historias inconclusas y desgastantes sin sentido.
Son las once y cuarto, estoy sumida en uno de mis libros de Medicina, en pijama, preparándome para el exámen que tengo en unos días. Suena mi teléfono y veo de quién se trata, es un número desconocido, respondo y me asombro al escuchar la voz que está al otro lado de la línea:
-¿Caro?
Mi respiración se entrecorta. Es él, luego de tanto tiempo, es él, es Carlos.
-¿Caro? ¿Me escuchas?
-Si, si, estoy aquí- respondo con dificultad
-¿Podrías asomarte al balcón?
-¿Cómo?- no entiendo absolutamente nada
-Por favor asomate al balcón
Y así lo hago, miro hacia un lado y otro, pero en cuanto miro hacia adelante lo veo entre la oscuridad de la noche.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto con el móvil aún pegado a mi oído
-¿Puedes bajar?- me pregunta
-¿Pero tú te has vuelto loco? ¿Te has percatado de la hora que es? ¿Tú quieres que mi papá me mate?- pregunto casi gritando
-Te respondo a todo si bajas
-Muy gracioso. Dejame cambiarme y bajo.
Corro hacia mi habitación, me pongo lo primero que encuentro, abro sigilosamente la puerta de la entrada para asegurarme de que mi padre no sienta que saldré de casa y bajo aceleradamente por las escaleras. En la entrada de mi edificio está el amor de mi vida, el hombre que por más que quiero negarlo se ha convertido en algo esencial para mí como mismo lo es el oxígeno para respirar. Lleva unos pantalones negros, una camiseta de rayas blancas y negras, una gorra y unos Superstars de esos mismos colores.
-¿Qué haces aquí?- pregunto ofuscada
-¿No me vas a saludar?- me pregunta a la vez que deja un casto beso en mi mejilla
-No me desvies el tema- respondo incómoda, aquel simple gesto me ha activado cada uno de los poros de mi piel, había olvidado lo bien que se sentía el contacto con su piel y no precisamente en el sentido que quizás muchos de mente creativa pensarán.
-Quiero disculparme
-¿Por…?
-Por todo, por todos los malos momentos que te hice pasar, por todos estos años de ausencia, por de una forma directa o indirecta haberte causado problemas. Además quería que supieras algo.
- Espera… antes de que sigas con tu discursillo de baja calidad. ¿Se puede saber de donde sacastes mi dirección?- pregunto algo cortante
-¡Ah!, es que yo tengo muchos amigos. Uno de ellos es policía y le pedí que me ayudara- responde algo apenado.
-Que original… ¿no podías llamarme y pedirme mi dirección, tenías que bajar mi fichero policial como si fuera una delincuente?- pregunto en un ataque de rabia
-Si lo hubiera hecho de esa forma no hubiera sido una sorpresa. Sé que en estos momentos me odias…
-No, ¿sabes cuál ha sido mi mayor problema siempre contigo Carlos? Que por más que lo intento no logro odiarte- respondo y siento como las lágrimas se agolpan por salir
-No quiero que me odies, se que he hecho muchas cosas erradas, las cuales, si tuviera la oportunidad las cambiaría. Caro, sé que el tiempo no regresa y que el pasado es solo eso, pasado, sinónimo de malas decisiones, aprendizajes, experiencias, errores, pero de eso se trata la vida, de enfrentarse a todo eso y sacar lo positivo y lo negativo. ¿Sabes?, a pesar de que llevamos años separados desde el día en te pusiste nuevamente en contacto conmigo no he dejado de pensar en ti, en volver a estar a tu lado y que seas mía, solamente mía. Caro quiero que me des la oportunidad de volver a revivir en ti todos esos sentimientos que una vez albergaste dentro de ti. Dame la posibilidad de hacerte creer nuevamente en esto que tuvimos y podemos volver a tener. ¿Qué me dices?- me dice tomándome de las manos
-Carlos no sé, tengo que pensarlo, además, tu lejos de mí, sabemos que si la primera vez no funcionó, esta vez podría no funcionar
-Esa era la otra parte de la sorpresa, me mudé para un apartamento que está a cinco calles de aquí, era de mi tía pero como se fue a vivir junto a su hija me lo regaló. Así que la distancia no será un impedimento para volver a empezar- me explica- No me respondas ahora,no quiero presionarte, piensa las cosas, además recuerda que ahora somos vecinos como aquel que dice.
Solo puedo asentir, no entiendo nada, miro hacia todos lados para ver si hay alguna cámara, quizás estén grabando mi cara y mi reacción para un programa de comedia, pero no, parece ser real. No se si saltar, si bailar, si llorar, si reír, esta situación no tiene explicación. De pronto me saca de mi estado de reflexión:
-Caro ¿tienes novio?
-No tengo ninguna relación desde aquella por la que discutimos, ¿recuerdas?- explico y en su rostro muestra alivio- ¿Y tu novia?- pregunto invirtiendo la situación
-Hace un año que no estoy con nadie- responde sinceramente- sé que no me correspondería pedirte esto pero ¿me dejas besarte?
-Creo que no sería correcto…Carlos han pasado muchas cosas negativas entre nosotros a pesar de no haber estado juntos durante todos estos años
-Pero yo necesito tus labios-me dice mientras rodea mis caderas con sus manos aprisionándome contra su cuerpo
Esta proximidad me está sacando de combate, su olor, ese olor que me desquicia desde que lo conocí, su piel morena, esos ojos que hacen que pierda la cabeza cada vez que lo miro, esos brazos fuertes que me tienen retenida. Todo esto provoca que mi garganta se seque, mi cuerpo tiemble bajo el tacto de sus manos y los deseos de besarlo aumenten.
-Sé que tú también lo deseas, tanto como yo- me dice mientras su boca roza mi mejilla volviéndome loca
En un arranque de pasión frustrando mi intento de contención, acerco mis labios a los de él, sorprendiéndolo, pero gustoso lo recibe.
Comienza siendo un beso dulce, suave. Me cubre la mejilla con la palma de su mano y dejo escapar un gemido de placer al sentir su tacto. La situación comienza a aumentar de intensidad convirtiéndose en un baile de labios, lenguas, pasión y amor. Pero en un lapso de lucidez me aparto, sé a dónde puede llegar esta situación si no nos detenemos, por muy fuerte que uno sea, las personas somos de carne y hueso no de acero inoxidable.
-No sabes cuánto extrañé tus labios- me dice Carlos frotando su nariz por mi mejilla
-Carlos para… es tarde mañana tengo que madrugar- imploro
-Te necesito- me dice en un tono muy sensual- me permitirás pasar por ti mañana para ir a cenar
-¿Pero tú estás loco? ¿Quieres que mi papá te mate?- digo en tono de alarma
-Bueno entonces dime en dónde quedamos mañana y a qué hora, por favor
-Ok, luego te envío un mensaje con la hora y el lugar, pero por favor ahora vete, no quiero que mi padre se despierte y vea que no estoy
-Está bien. Buenas noches. ¿Me das un beso de despedida?- pide con cara de carnero a punto de morir
-No- respondo cortante- confórmate con el de antes, creo que te llevas más de lo que mereces
-Ya me voy, no me tienes que botar de esa manera- me dice llevándose la mano al pecho como haciéndose el ofendido
-No te hagas más la víctima que el papel no te pega nada. Hasta mañana- digo riéndome
Carlos sonríe, se voltea y se va perdiéndose en la oscuridad de la noche.
No me lo puedo creer. Subo las escaleras corriendo, abro con mucha precaución la puerta de mi casa para evitar que mi padre se despierte, si no lo está ya, pero para mi suerte no hay signos de que así sea. Me dirijo a mi habitación  y me pongo mi pijama. Tengo que compartir la alegría que siento con alguien así que decido llamar a Paola. Un timbre, dos, tres, cuatro…
-¿Quéeeeeee?- responde arrastrando la pregunta a causa de su estado de sueño
-¿Estabas dormida?- luego de haber soltado la pregunta me percató de lo estúpida que soy, está claro que sí
-No, soy Drácula- responde sarcásticamente
-Ahórrate el sarcasmo y escucha atentamente lo que tengo que contarte
-Espero que sea bien importante para que me llames a esta hora luego de un día tan intenso de cinco horas de clases y tres rondas de sexo desenfrenado
-Guarda los detalles de tus intimidades con Hugo para luego que esto que te voy a contar te va a poner más despierta que una taza de café
-Créeme, a mí el café no me hace absolutamente nada
-¿Pero me dejarás hablar?
-Adelante, soy toda oídos
-Carlos me ha venido a ver
Un estallido de carcajadas resonó al otro lado del teléfono, ¿qué le causaba tanta gracia?- pienso
-Caro, en serio el estudio te está dejando muy mal, mañana voy a llamar a Vero para sacar cita, estas de terapia amiga- me dice entre risas
-Mira tontilla, para que me entiendas mejor, ni yo misma me lo creía solo te puedo decir que me llamó de un número que no conocía, me pidió que me asomara al balcón y cuando lo hice él estaba parado en frente de mi edificio
-¿Se puede saber cómo consiguió tu dirección?
-Ahí está lo divertido del asunto, la sacó por los ficheros de la policía como si fuera una delincuente, pero ya le dije unas cuantas cosas
-Lo que me cuentas está buenísimo, parece historia de novela
-Sí, la única diferencia es que esta es la vida real
-¿De qué hablaron?
-Algo curioso, ¿tú no estabas media dormida?, porque ahora te veo muy atenta
-Es que estos temas son muy reactivadores, tú sabes que estoy como el noticiero, a la orden del día
-Dios, cada día te pareces más a Lola, es que Elísabet Benavent se tiene que haber inspirado en ti para hacer el personaje
-No me desvíes el tema ¿de qué hablaron?
-Qué pesadita te pones…. Me pidió una segunda oportunidad, quiere volver a tener una relación conmigo, me pidió que lo pensara. Además me dijo que quería encontrarse conmigo mañana pero no se va a poder porque qué diablos le voy a decir a mi papá- explico
-Tengo tu solución, mañana como es viernes habrá una fiesta de universitarios de Derecho en el hotel Presidente a partir de las 10:30 de la noche, le dices a tú padre que vas con Vero, Angie y conmigo, sabes que con nosotras últimamente te está dejando salir, así que ya tienes resuelto el asunto, solo tienes que citar a Carlos.
-Gracias mi Pepita Grilla, ¿qué haría yo sin ti?
-Creo que morirte- dice
-Entonces avisa a las demás y dales la noticia, nos vemos mañana, a las nueve estoy en tu casa, Ok?
-Nos vemos
Cuelgo y le envio un mensaje de voz a Carlos al número que desconocía pero ahora sé que es de él, con la hora y el lugar en donde nos veremos. Me tiendo sobre mi cama y me quedo dormida, ha sido un día muy intenso.

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora