Capítulo 16

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Es domingo en la noche y estoy esperándo a que Ágata me llame para salir. Hemos quedado con Ángel y Alex de ir a la sala de juegos que no fuimos ayer por todo lo que ocurrió. Mi teléfono comienza a sonar, pienso que es Ágata, pero para mi sorpresa es el mismo número que me llama desde el día que fuimos a la playa, cada vez que intento contestar cuelgan y cuando devuelvo la llamada no me responden. Este tema ya me está comenzando a incomodar, presiento que se trata de Carlos pero no tengo la certeza absoluta de que sea así. Unos minutos más tarde vuelve a sonar mi teléfono, pero en esta ocación si es Ágata, para decirme que ya está completamente lista.
Llego a su casa y ella es quien me abre la puerta.
-Ángel ha ido a buscar a Alex, me dijo que los esperáramos aquí- me explica
Mi teléfono suena una vez más, es el mismo número que no conozco. Levanto la mirada de la pantalla, miro a Ágata y le digo:
-Primi, ¿te acuerdas del muchacho de la playa?
-Sí, ¿cómo no acordarme si me ponías a vigilarlo cada vez que aparecía?
-Bueno, el problema es que desde aquel día me está llamando un número, el cual no conozco y cada vez que intento coger la llamada me cuelgan o apagan el teléfono. Sé que se trata de Carlos pero tengo que comprobarlo
-Mejor hablamos después, que aquellos dos vienen por ahí
Me volteo y me encuentro con la atenta mirada de Alex, quien espera de forma inquietante a que lo salude, se acerca y me dice:
-¿No me vas a dar un beso?
Me acerco un poco más a él y poso mis labios sobre los suyos dejando un casto beso.
-¿Vamos?- pregunta Ángel
-Sí, pero antes necesito llamar a mi mamá, adelántense - dice Ágata
Comenzamos a caminar hacia la sala de juegos y nos cruzamos con Javier quien decidió acompañarnos. Camino y camino pero voy totalmente distraída, mi teléfono no para de sonar, temo que Alex se percate de ello y las cosas empeoren entre nosotros.

Llegamos y decidimos que queremos jugar billar, así que elegimos una de las mesas. Los chicos son los que comienzan el juego, yo opto por sentrame y mirar. Ágata decide aparecer y se sienta a mi lado.
-¿Caro vamos a comprar helado para esperar a que ellos terminen de jugar?
-Vamos, así te cuento algo.
-Amor voy con Ágata a comprar helado, ¿quieres?- le digo a Alex
-No princesa, no te preocupes- me responde concentrado en su juego
-Nos vamos-le digo a mi prima
Salimos del lugar y vamos a la heladería que queda a media calle de donde estamos. Mientras caminamos comienzo a hablar:
-Primi, estoy muy asustada, yo sé que quien me está llamando es Carlos, estoy segura. Todo comenzó el día en que nos volvimos a ver en la playa. ¿Qué hago?, necesito saber si es él
-No te preocupes, en cuanto regresemos llamamos a ese número para ver de quien se trata, imagino que si llaman de otro número que no es el tuyo responderán.
-Te lo voy a agradecer eternamente
-Sabes, he decidido darle una oportunidad a Ángel, pero aún no podemos estar formalmente como antes, lo tengo a prueba. Tal vez sea cierto que entre él y Angelique no hubo nada pero él fue quien propició que las cosas se malinterpretaran de esa manera
-Estoy de acuerdo contigo en que tienes que ponerlo a prueba pero recuerda que el está muerto en la carretera contigo. Si, es verdad que él dio paso a muchas cosas pero si de algo estoy segura es de que no te engañó.
-Caro yo estoy enamorada de Ángel como jamás lo había estado por nadie, él significa muchísimo para mí y por eso lo celo porque lo quiero y no lo quiero perder.
-Yo te entiendo, así mismo me siento yo con Alex, a veces debe de pensar que soy una loca obsesiva pero es que después de Carlos con la única persona que me he dado la oportunidad de enamorarme a sido con él.
-Eso lo tengo bastante claro, ya hemos llegado- me dice señalando la heladería que tenemos en frente-¿ya decidistes de que sabor quieres tu helado?
-Fresa, espero que haya.
-De ese sabor siempre hay
Entramos y pedimos dos botes de fresa y sin más regresamos con los chicos.
-Ya estamos aquí- anuncio al entrar por la puerta
Me acerco a Alex y le doy un corto beso en los labios, Ágata hace lo mismo con Ángel.
-Primi puedes venir un momento- me pregunta Ágata
-Dime- le digo mientras camino hacia ella
-Ángel me puedes prestar tu teléfono para llamar a un número que hace días nos está molestando a Caro y a mí- le pregunta Ágata a este
-No te preocupes, dame el número que yo mismo voy a llamar- dice Ángel
Ágata nos saca a ambos del local, le muestra el número a él y lo marcó. Luego de varios timbres alguien responde al otro lado de la línea, ante lo cual Ángel pregunta:
-¿Quién me habla por ahí?
Luego de escuchar de quien se trataba cuelga furioso.
-¿Quién era?-pregunto con miedo, temo cual sea su respuesta
-Era Carlos- responde furioso
-Ángel no es lo que estas pensando, ese no es el exnovio de Ágata. Hace mucho tiempo yo tuve un novio que se llama igual y el día que fuimos a la playa me lo encontré. Por favor, tienes que creerme. Ese número nunca llamó a Ágata, solo te lo dijo para que me hicieras el favor.
-Ok- responde él escuetamente
Alex y Javier aparecen segundos después.
-¿Princesa nos vamos?
-Si-responde Ángel ofuscado y se pone a caminar, tras él van Javier y Ágata
-¿Qué le sucede?- pregunta Alex extrañado mientras caminamos detrás de los demás.
-Alex tengo que hablar contigo- le digo mientras lo tomo del brazo para que se detenga
-¿Qué sucede princesa?
-Amor quiero decirte algo- respiro con dificultad- cuando fui a la playa con Ágata me encontré con Carlos, pero no hablé con él ni nada. Quiero que te quede claro que no tengo intenciones en tener nada con él, esa historia está cerrada sin posibilidad de retorno, además yo estoy contigo y te amo, no lo dudes, ¿está bien?
Alex solo asiente. Eso me calma un poco pero cuando me dispongo a tomarlo de la mano la aparta y comienza a andar dejándome perpleja. Reacciono y comienzo a caminar tras él, pero es evidente que no quiere tenerme cerca. Unos metros delante están Ágata y Ángel, los cuales parece que ya hicieron las paces, a su lado está Javier. Me acerco a mi mejor amigo y le abro los brazos esperando a que me abrace, ciertamente es lo que más necesito en este momento, él lo sabe así que abre los de él y me aprieta con fuerza, ante este gesto se me llenan los ojos de lágrimas
-Caro debemos caminar, los demás van andando
-Está bien- digo en un sollozo y comenzamos a andar.
Alex estaba unos metros delante de ellos. Por el rumbo que tomaron se veía claramente que se dirigían hacia el parque.
Vamos en dirección al parque, al llegar Alex ya está ahí, al verme me ignora y le pide Ángel que lo acompañe a Starbucks a comprar un café. Estoy realmente inquieta, no estoy acostumbrada a que Alex me ignore de esta forma, es evidente su molestia hacia mí, no sé que hacer para que me dirija la palabra, sé que a él le molesta demasiado todo lo que esté relacionado con Carlos, pero tiene que entender que no ha sucedido absolutamente nada y necesito hacer que lo entienda, no sé de que forma pero debo encontrarla. Tomo a Ágata de la mano y nos encaminamos hacia uno de los bancos del parque, necesito hablar con ella, sino acabaré explotando.
-Primi no puedo más, ¿por qué me pasan estas cosas?, ¿por qué Carlos me hace esto?, tiene el poder de destruir todo lo que me hace bien,las cosas con él están más que claras.
-Tranquila, ¿ya le explicastes a Alex todo?
-Por supuesto, pero se que él no soporta el tema de Carlos porque sabe que me marcó profundamente
-Ya sé lo que voy a hacer- digo tomando mi teléfono- voy a enviarle un mensaje a Carlos, las cosas no se van a quedar de esta manera.
Escribo:
NO SÉ QUE PRETENDES, PERO YA ME HAS CAUSADO DEMASIADOS PROBLEMAS. PARA QUE LO SEPAS, ME VA MUY BIEN EN MI RELACIÓN Y ES SABIDO QUE A TI TAMBIÉN EN LA TUYA, ASÍ QUE TE PIDO QUE HAGAS LO MISMO QUE HACE CUATRO AÑOS ATRÁS, OLVÍDAME Y DEJAME VIVIR EN PAZ.
Lo envio y el alivio acude a mí, es como si me hubiesen quitado un enorme bloque de la espalda, es un peso demasiado grande haber vivido todo este tiempo con el recuerdo de lo que un día fue mi relación con Carlos.
-Primi quieres leerlo- le digo a Ágata
-Sí- me responde y le paso mi teléfono
Durante unos segundos no dijo nada hasta que me mira y me dice:
-Caro está bastante explícito este mensaje, sino lo entiende tiene serios problemas de entendedera
Sus ocurrencias me generan risa. Está más que claro que esta vida sin amigos no es más que una simple hoja en blanco.
-Caro, ¿te sientes bien con Alex?
Su pregunta me pone a pensar. Las lágrimas se agolpan en mis ojos por salir e irremediablemente comienzo a llorar.
-Sí, hacía mucho tiempo no me sentía tan bien con una relación, pero hay cosas que me molestan y que él no hace el mínimo esfuerzo por notarlas- digo entre sollozos
Me volteo debido a que me percato que Ágata no para de mirar algo detrás de mí, para mi sorpresa encuentro parados a Alex, Ángel y Javier, los dos últimos se sientan con nosotras pero Alex se sienta apartado. No lo miro, me da mucha vergüenza que me vea llorar. Ángel suelta una de sus ocurrencias para liberar tensiones y no podemos evitar estallar a carcajadas, él saca un pañuelo del bolsillo de su pantalón y me lo ofrece para que pueda secar mis lágrimas. Siento que Alex me llama, miro en su dirección y me pide que me acerque a él, lo hago, necesito aclarar toda esta situación. Cuando estoy sentada a su lado de su boca no sale una sola palabra, en su cara se ve claramente que está ordenando sus ideas y buscando como decir lo que le incomoda sin llegar a ser hiriente. Pasan alrededor de quince minutos cuando se oye la voz de Ángel anunciando que se van, todos se despiden y nos dejan solos. Alex decide comenzar a hablar:
-¿Por qué llorabas?
-Yo no estaba llorando
-No mientas, aún tienes los ojos llorosos- tomó una bocanada de aire- ¿sabes?, estoy más molesto por el hecho de que no me hayas dicho que ibas a la playa, que por las llamadas de Carlos.
-Perdona
Alex se acerca a mí y me besa borrando una lágrima que acaba de escapar de mis ojos. Ese gesto me derrite el alma, es increíble el poder que él tiene sobre mí. Se acerca a mis labios y me besa de una forma que no me lo esperaba, de una forma tan apasionada que me sorprende, es un beso desesperado, intenso, tierno, temeroso, en fin un beso que recoge todos los sentimiento homólogos y opuestos, un beso que habla por sí mismo. Cuando se termina el beso ambos estamos jadeantes, nuestras respiraciones son irregulares.
-Necesito que me acompañes, te tengo una sorpresa- me dice Alex
-¿Qué es?-pregunto
-Ya lo sabrás, vamos- me dice tomándome de la mano.
Comenzamos a caminar, la incertidumbre me está matando, no sé de que se trata. Nos adentramos en la oscuridad de una calle por donde jamás he transitado y nos detenemos en frente de una pequeña pero llamativa casa blanca. Alex saca de su bolsillo unas llaves y las introduce en la cerradura abriendo la puerta, enciende las luces y me invita a pasar hacia la pequeña sala de estar. Me quedo sin saber que hacer, jamás he estado en este lugar. Él lo debe notar en mi rostro porque me dice:
-No te preocupes, estamos solos, esta es la casa de mi abuela y ella no está
-¿Estás seguro de que nadie aparecerá?- pregunto extrañada
-Estoy más que seguro
Se acerca a mí y me besa, me toma de la mano y me encamina a trvés de un pasillo que conduce a las habitaciones, me pide que abra la puerta de mi derecha y que entre. La habitación está casi a oscuras, solo tiene la iluminación de unas velas aromátimas, me adentro un poco más en la habitación y creo que ahora si me muero, por favor que alguien llame al 911, no me queda mucho, la cama está cubierta de pétalos de rosas, en menos de un segundo mis ojos están llenos de lágrimas, jamás nadie ha hecho esto por mí. Me giro hacia Alex y lo beso con mi rostro cubierto de lágrimas.
-Te amo-es lo único que alcanzo a decir
-Tú te mereces esto y mucho más princesa, te amo.
Seguimos besándonos y acariciándonos de una forma realmente tierna, pero con el paso de los minutos esa ternura se ha ido convirtiendo en deseo. Siento como Alex me va guiándo hasta la cama, mis piernas chocan con ella y caigo sentada sobre el colchón y Alex encima de mí. La ropa ya empieza a sobrar. Me pide que le quite el pullover y así lo hago, él me quita mi vestido de un tirón. Veo que se pone de pie, se quita sus pantalones y luego sus boxers, Dios mío santo, señor todo poderoso, espero que eso que estoy viendo no me haga daño, ciertamente no sé si estar feliz o asustarme. Vuelve a la cama y me retira mi ropa interior, primero mi sostén y luego mis bragas. Ya estamos totalmente desnudos, Alex besa cada centímetro de mi piel, hace que me estremezca ante su tacto, hace que me sienta muy cómoda. Se coloca entre mis piernas y entra en mí, ahora mismo no se si llorar o reírme, siento como poco a poco me cuerpo se adapta a él; parece notarlo porque intenta no moverse hasta que sienta que estoy lista. Poso mis manos en sus pectorales, sé que se está conteniendo para no ser el salvaje que por costumbre puede llegar a ser. Me pregunta que como me siento, solo puedo responder bien y lo beso. Lo deseo en este momento como jamás he deseado a nadie en la vida. Sin más, nos convertimos en una mezcla de sentimientos, jadeos, confesiones, necesidad, sí, necesidad de que este momento no acabe nunca, de que los problemas que estamos atravesando se borren del camino, pero sobre todo, de que lo que sentimos el uno por el otro no se gaste como las velas que tenemos a nuestro alrededor.

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora