Capítulo 28

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Ya han pasado los días y mi barriga a comenzado a crecer, me he hecho más exámenes en estos últimos meses que en toda mi vida, Carlos me acompaña e todo, hasta a las consultas de maternidad va conmigo y le dice a la doctora que no me explique a mí, que le explique a él. Me causa mucha gracia, en serio este embarazo es realmente deseado y no solo por nuestra parte, sino también por nuestras familias y amigos. En el último ultrasonido ya hemos sabido el sexo, será una niña. Mi sueño hecho realidad, tener una pequeña. Ya todos lo saben y la más entusiasmada con la noticia ha sido Paola, que desde que se ha enterado llama todos los días a las seis de la mañana antes de ir a su trabajo.
Suena el teléfono, lo siento a lo lejos porque aún estoy dormida; suena y suena, ya no puedo ignorarlo, miro el reloj de la mesita de noche y veo que son las seis
-¿Qué quieres?- pregunto, ya sé que es ella
-Buenos días, primero
-Y una hostia, ¿qué diablos quieres?, no me vayas a decir que es para lo mismo que todos estos días atrás
-Hasta que no me digas que si no voy a parar. Quiero que le pongas mi nombre aunque sea en el apellido a la niña, por favor
-Ok, entonces ya no será Brittany, sino Brittany Paola, espera, amor ¿no te gusta ese nombre para la bebé?- hablo con Carlos que está acostado a mi lado
-Dile a esa pesada que sí, que se llamará Brittany Paola, espero que a partir de hoy no moleste más a esta hora porque le voy a mandar a cortar el teléfono- dice Carlos pegándose al micrófono del teléfono para que Paola pueda oirlo
-Son los mejores, les juro que apartir de mañana los llamo después de las seis de la tarde
-Más te vale- le digo riéndome
-Bueno, luego nos vemos
-Tráeme helado, o mejor dicho tráele a tu ahijada
-Hecho- me dice antes de colgar
Dejo el teléfono en la mesita de noche y me acomodo nuevamente bajo mi edredón dispuesta a seguir durmiendo. Carlos ya se ha vuelto a quedar dormido.

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Esta semana se cumplen las 40 semanas de gestación en cualquier momento puedo dar a luz y eso me tiene súper nerviosa, pero si yo estoy con este estado de nervisismo, peor aún está Carlos, parece que el que va a ponerse de parto es él. Vive pendiente a mí, cada cinco minutos me pregunta si ya siento que la bebé está para salir. Me da un poco de gracia verlo en ese estado.
Estoy en la cocina tomándome un vaso de agua, siento que un líquido me baja por las piernas mojando el chandal que llevo puesto, ya es hora, llamo a Carlos a gritos, creía estar preparada para esto, pero la verdad es que estoy en estado de pánico. Carlos se queda paralizado al verme.
-Has algo- le grito
-Vamos al auto- me dice tomándome en brazos
Camina rápidamente hacia el auto, estoy asustada, no llevo nada conmigo, todo ha sido de improviso
-Carlos, mis cosas- le digo alarmada mientras él pone el auto en marcha
-Llama a tu madre, ella tiene copias de las llaves de la casa, que las busque y las lleve al hospital- me dice con cara de susto, está sudando por los nervios
Tomo el teléfono y llamo a mi madre. Un tono, dos, tres…cinco. No me contesta. Lo intento una vez más. Un tono, dos, tres…
-Mamáaaa- digo en un  grito. He tenido una contracción realmente dolorosa
-Caro, qué sucede
-Mamá vamos de camino al hospital, ya va a nacer- digo entre sollozos. No sé si lloro por el dolor, por los nervios o por la emoción
-Tranquila, todo estará bien. Tú padre y yo salimos para el hospital- me dice calmándome
-Espera- le digo- antes pasa por nuestra casa y busca mi bolso en el que tengo preparado todo lo de la pequeña, no demores por favor- le pido y cuelgo
Las contracciones son realmente dolorosas, nunca pensé que fueran así, ahora entiendo lo que todas las mujeres que tienen hijos dicen. Ahora estoy pasando por esto.
Llegamos al hospital y Carlos me lleva directo a la sala de emergencias. Ahí el médico me atiende y me manda a acostar en una camilla, me evalúa y si, efectivamente, ya ha llegado el momento, me manda a la sala de parto.
Mi madre ha llegado pasa junto a mí para acompañarme en el aparto. Quería que entrara Carlos pero ha comenzado a sudar y con temblores, parece que el que está de parto es él. Hemos decidido que se quedará afuera con mi padre.
Ya está todo el equipo médico está preparado, mis contracciones se han incrementado, tanto en intensidad como en frecuencia, siento que esto no demorará mucho. Mi madre toma mi mano y la sostiene con fuerza, el médico me pide que puje con todas mis fuerzas, me estoy cansando, mis fuerzas siento que van disminuyendo, pero mi niñita tiene que nacer, así que eso me estimula, pujo una vez más y siento que el médico me dice:
-Veo su cabecita, vamos, una vez más
Esta vez, si logro que salga por completo, sé que lo he logrado cuando siento su llanto, no puedo evitar llorar, mi pequeña al fin la conoceré. El médico la coloca sobre mi pecho y me dice:
-Felicidades, es una hermosa niña
Cuando la miro comienzo a llorar con fuerza. Es hermosa, más hermosa de lo que imaginé. Hoy 26 de enero del 2015 ha nacido Brittany Paola Sánchez López, una bebé preciosa de test morena, mucho pelo de color negros lo cual me encanta porque significa que le voy a hacer moños, ojos por lo poco que me ha dejado ver, son de color café claros, pero seguro que le cambian cuando crezca un poco, es en lo único que noto que se asemeja a mí; el resto de los rasgos son de Carlos, es una copia fiel del original. 
Mi madre no hace más que llorar y decir que es preciosa. Le digo que por favor que le avise a Carlos y a mi padre que todo está bien. El médico me pide la niña para poder limpiarla y para poder terminar conmigo.
Dos horas más tarde estoy en la habitación del hospital que me han asignado. Tengo a mi Britt conmigo, no me canso de mirarla. La estoy amamantando cuando veo que entran Carlos y mis padres, ya los han dejado pasar. Carlos se hecha a llorar cuando mira a nuestra pequeña, está realmente muy emocionado, no para de decir que es su pequeña hermosa. Mi padre está emocionado también aunque no lo quiera demostrar, su rostro lo delata. Carlos me pide cargarla y la acomodo en sus brazos, se ve realmente pequeña, es tan indefensa y él se ve tan dulce cargándola, no puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas.
Luego de un rato mis padres se marchan, dejándonos a Carlos y a mí solos con Britt. Siento un estrendo fuera de la habitación, hay mucho escándalo, Carlos sale para ver que está sucediendo. Pasan unos minutos y veo que una de las enfermeras entra a la habitación con una camilla en la que está acostada Paola, detrás entran Carlos y Hugo. Me quedo perpleja, no entiendo nada.
-¿Qué significa esto?- le pregunto a Hugo cuando la enfermera sale de la habitación
-Pues a ver, ¿cómo te explico?. Tu amiga no ha perdido la oportunidad de hacer de las suyas. Estaba en el pasillo que parecía una loca peleándose con las enfermeras a manotazos como una cría por el simple hecho de que no debes estar recibiendo tantas visitas porque debes descansar. Yo la agarraba pero mientras más yo la alaba más se resistía, incluso creo que arrancó una que otra extensión de cabello por ahí. Así que llamaron a un doctor y con una jeringa le suministraron un cedante. Fin de la historia
No puedo evitar reírme y ellos tampoco, en serio que las cosas de Paola están fuera de esquemas.
Pasan tres horas y veo que Paola se levanta de la camilla media sedada aún, no entiende nada y no recuerda como llegó hasta aquí. La miro con cara de pocos amigos. Hugo está sentado en una de las sillas de la habitación junto a Carlos, que sostiene a la pequeña Britt en brazos con cara de embobado.
-¿Cómo se te ocurre armar semejente escándalo en pleno hospital?- grito
-Es que no me dejaban pasar, incluso creo que le di un derechazo a una de la enfermeras- contesta aún en su estado de ensoñación
De repente se siento un gran estruendo en la habitación, se trata de Vero quien ha hecho una entrada triunfal estampándose la tarta que llevaba hace unos minutos, en el rostro. Todos estallamos a carcajadas; junto a ella están Jose Ángel, Angie y Nicolás cargados con flores, una cesta llena de bombones y un oso de peluche de al menos un metro cuarenta de alto y un metro de ancho. Hugo suelta una de sus ocurrencias, mientras Vero intenta levantarse del suelo con ayuda de su novio quien le brinda su pañuelo para que retire el merengue de su rostro
-Hija mira que yo he visto maneras rápidas de acostarse, pero creo que de todas la tuya es la más efectiva. Ah!, te recomiendo que no te quites esa mascarilla dicen que es buena para las arrugas- se mofa
-Muy simpático- responde esta mientras le muestra su dedo corazón
-Sí, ya me lo habían dicho
-No, empiecen, además hablen bajito que Britt se acaba de dormir. El que la despierte la duerme, ¿entendido?- digo a modo de advertencia logrando que todos se callen
-Pero pasen y no se queden ahí en la puerta como estacas- dice Carlos mientras se levanta de su asiento para mostrarles a la nuestra hija
Luego de saludos, sonrisas, bendiciones y los típicos ¨evidentemente no te puso los cuernos, es tu cuño¨, entra una enfermera y les pide que salgan. Todos se despiden y se marchan.
Carlos se queda conmigo, está sentado frente a mí. Tengo a Britt en brazos, la sostengo con una sonrisa en mi rostro, es hermosa mientras duerme, miro a Carlos y veo que sonríe, se acerca a mí y deposita un casto beso en mi frente y luego otro en la mejilla de su pequeña.
-Sostenla- le digo
La sostiene y lo observo, se le iluminan los ojos cuando la mira, es adorable esta imagen. En estos momentos no puedo evitar pensar en una conversación que tuve años antes con mi madre:
¨El justo día en que seas madre, dejarás de vivir para ti, tu mundo solo se reducirá a esa personita , encontrarás la felicidad cuando la encuentre, cuando viva algo hermoso, lo vivirás a través de su experiencia, darás todo sin esperar recibir nada a cambio, serás la única persona del mundo que siempre estará para ella de forma incondicional, quizás te rechace, pero la perdonarás, si se equivoca, la acogerás, si llegara a estar triste no sonreirás hasta que logres sacarle su mayor sonrisa, eso es ser madre¨
-Es hora de que descanses- me dice mi esposo sacándome de mis pensamientos
-No puedo dejar de pensar en una conversación que tuvimos mi madre y yo hace años sobre como se siente ser madre, en aquel momento no lo lograba entender, pero ahora todo cobra sentido- digo pensativa
-Duerme tranquila amor, yo me encargo de la pequeña
-Deberías descansar tú también
-Ya habrá tiempo para descansar, ahora solo recupera fuerzas- dice mientras deposita un beso en mi frente - ¿Sabes?, creo que en estos momentos soy el ser humano más feliz sobre la faz de la Tierra. Tengo una hija con la mujer que amo, ¿Qué más podría pedir?
-Por el momento espero que pidas de todo menos un nuevo embarazo, eso no, por favor… al menos por el momento- me mofo mientras me acuesto en la cama de hospital dispuesta a dormir
-No te creas que te vas a librar fácilmente. Además Britt necesita un hermanito o hermanita para poder jugar- me dice mientras acaricia la mejilla de Brittany - pero de eso hablamos en otro momento, ahora descansa que yo me ocupo de esta preciosura
-De acuerdo ¿me das mi beso de buenas noches?- pregunto haciendo un puchero
Se acerca, posa sus labios sobre los míos y nos fundimos en un apasionado beso, pero cuidando no lastimar a nuestra pequeña que está en medio de nosotros. Se aparta y va hacia el sillón de la habitación. Mis ojos se cierran lentamente y quedo profundamente dormida.

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora