Capítulo 30

6 0 0
                                    

Capítulo 30:
Brittany ha resultado ser una niña muy tranquila, risueña y muy pero que muy tragona, tiene a todos a su alrededor embobados. Ya casi tiene cuatro meses, pero los primeros dos meses fueron un poco difíciles para mí debido a que tuve que adaptarme a mi nueva rutina, Carlos se ha adaptado más rápido. Nuestros padres nos hacen la visita con bastante frecuencia, al igual que nuestras amistades. Paola, Vero y Angie siempre que aparecen crean todo un circo debido que se disputan quien la cargará primero, pero siempre Pao se sale con la suya, sino no es ella, cada día que pasa, se acerca más el día del bautizo, me desespero más, o mejor dicho, Paola hace que me desespere, desde que Britt nació no para de hablar del día en que se convierta en su madrina.

El día del bautizo ha llegado, estoy alteradísima, no por nervios sino porque Paola me llama cada dos minutos para saber que estoy haciendo. Suena el teléfono:
-Si me vuelves a llamar, te juro que no la bautizo-le digo, esta es su octava llamada
-¿Qué falta?
-Si no llamaras tanto ya hubiera terminado
-Es que estoy nerviosa
-Nerviosa me tienes a mí- le digo y respiro profundo, Dios dame paciencia, porque te juro que si me das fuerza la mato- respondiendo a tu pregunta, lo único que falta es maquillarme, ya Carlos está listo en el salón con Britt
-¿Le pusiste la bata que le regalé?
-No, la quemé
-Muy graciosa. Dime ¿se la pusiste?
-Siiiiiii. Ahora cuelga antes de que me aparezca en tu casa y te ahorque con el cable del teléfono
-Ok, ok. Hija pero que mal carácter tienes hoy
-¿Donde está Hugo?
-¿Tú no ibas a colgar?
-No me toques las narices y respóndeme
-Está abajo esperando a que ustedes aparezcan
-En quince minutos estamos ahí
-En quince, no en veinte
-No me apures ahora que ese papel ha sido mío por los siglos de los siglos
-Tienes razón… hasta ahora
Cuelgo y me dirijo hacia el espejo de mi habitación para comenzar a maquillarme. Luego de unos diez minutos ya estoy lista, vestida de blanco, esto me recuerda a mi casamiento, pero suena una vez más el teléfono.
-Me cago en tus antecesores… no entiendes que…
-CAROLINE… que es eso- me reprende mi padre
-Perdón papá, es que… no importa
-¿Se puede saber en donde están? La iglesia está abarrotada de gente y ustedes aún no han aparecido
-Ya vamos saliendo, Carlos está con la niña en el salón, en treinta minutos estamos allí. ¿De acuerdo?- le digo y cuelgo antes de que pueda decirme algo más
Rápidamente corro hasta el salón y me encuentro a mi esposo haciéndole caras cómicas a nuestra pequeña
-¿Eres feliz?- le pregunto mientras me acerco a ellos
-¿Cómo no podría serlo?. Te ves espectácular
-Tú no estás nada mal- digo coqueta depositando un beso en sus labios y luego uno en la sien de mi niña
-No veo la hora de regresar para arrancarte ese vestido
-Tendrás que esperar. Ahora apurémonos porque creo que en vez de un bautizo lo que vamos a presenciar va a ser un funeral si Paola me vuelve a llamar
-Vamos
Y sin más salimos de la casa y vamos a casa de Paola. Al llegar la veo lleva un vestido blanco largo con un pronunciado escote de escaje y unos zapatos de tacón súper altos como es habitual, recostada a Hugo que vestía un traje también blanco.
-Ya era hora- dijo Pao mientras nos saluda con un beso en la mejilla
-Me tiene al borde de un colapso- nos dice Hugo
-Si no jodieras tanto a lo mejor todo hubiera sido más rápido- me quejo
-¿Dónde está la niña más hermosa que ojos humanos hayan visto?- le dice Pao a Britt mientras la toma en brazos
-¿Se puede saber tú para donde diablo vas?- pregunto
-Para la iglesia, ¿por?- responde Pao
-Con ese escote ni bañandote en un cubo de agua bendita te liberan del pecado- Carlos se burla
-No hablen más y vamos a ponernos en marcha – dice Hugo
Veinte minutos más tarde llegamos a la iglesia, al entrar vemos a todos los invitados entre los cuales están nuestros padres, Angie, Vero, Nicolás, Jose Ángel, Vali, Antonella, Ágata, mi pequeña Aly, Ana, por mencionar algunos.
El padre da su sermón y luego hace rodar por la cabecita de Britt el agua bendita, haciéndola llorar y comenzando a desesperar a Paola, sí, recordemos que la paciencia no es una de sus virtudes. Todo está transcurriendo exitosamente hasta que a Verónica comienza a sonarle su teléfono con el sonido más inapropiado para una iglesia, nada más que Mr. Saxobeat, todos se centran en ella, la cual tiene ganas de hacer la técnica del avestruz y enterrar la cabeza en la tierra donde no la puedan ver, lo que causa la risa de todos.
Todo culmina y vamos hacia casa de Hugo a hacer una fiesta post-bautizo.

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora