Capítulo 27

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-Caro deja de comer y ven a arreglarte, no vas a caber en el vestido- se queja mi madre desde el salón de nuestra casa
-Mamá ¿por qué te siento más nerviosa que yo? Además las manzanas no engordan- digo entrando al salón
-Es que tengo razones para estarlo, mi única hija se casa hoy y para colmo en una boda fuera del contexto de la sociedad.
-Ese es el objetivo, lograr tener una boda poco común
-¿Pero en la playa?
-Exacto en la playa
-Mira ella es Melissa, ella es la estilista que Paola te contrató
-Hola- responde la joven muchacha, delgada, morena y de cabello castaño
-Hola, no le hagas caso a mi madre, sabes como es esto
-No te preocupes, ahora necesito que te sientes para dejarte como la reina que debes ser hoy, ¿ok?
-Ok
Media hora más tarde estoy lista, me dirijo hacia el espejo que abarca toda una pared y me gusta lo que veo. Jamás pensé que este día llegaría. Mi vestido en blanco perlado con un escote en forma de corazón lleno de piedras, el vestido es corto que abre sus vuelos a partir de mi cintura, lo he elegido así porque como ya he mencionado quiero algo fuera de los esquemas. La verdad es que Melissa se ha esmerado, su trabajo está sensacional, ha recogido mi pelo en un moño algo alocado lleno de florecillas blancas y negras, me ha maquillado ligeramente, llevo de calzado un par de romanas blancas que hacen resaltar mis piernas.
-Estás preciosa- me dice mi madre a punto de llorar
-Ma, no llores
-Es de felicidad
-Si les gustó el resultado, yo me retiro- dice Melissa
-Muchas gracias por todo- exclamo
-No es nada, feliz casamiento
-Gracias- le respondo
Mi madre acompaña a Melissa hasta la salida, regresa junto a mí y me dice:
-Ahora sí, vamos a la parte tradicional, porque por más que no quieras algo tradicional debes tener. Debes llevar algo azul, algo prestado, algo viejo y algo nuevo.
Saca una liga azul y blanca y me la da para que me la ponga, simboliza el misterio, según los hebreos el azul y el blanco son los colores del amor, la pureza y la fidelidad. Me da una pulsera de plata de Paola, que es lo prestado, es símbolo de la fidelidad. Me coloca en las orejas unos aretes de plata que eran de la boda de mi abuela, es lo viejo, que significa que no se olvidará el pasado y por último algo nuevo, un collar de plata que me han regalado mis padres, que significa la protección de mi nueva vida que está por comenzar.
No puedo evitar emocionarme, el gran día ha llegado.
-Bueno, ya es la hora, tu padre debe estar desesperado esperando en la puerta, hace veinte minutos que deberíamos haber salido, el trayecto es bastante largo- me dice mi madre abrazándome
-¿Y el buqué?- pregunto alarmada
-Tu hermana te espera con él
-Vamos entonces
Cuando salimos como era de esperar, mi padre nos esperaba, me mira y aunque diga que no, sé que se le han aguado los ojos, está emocionado, lo sé. Sin demorarnos más nos ponemos en marcha. Durante el viaje los nervios se están apoderando de mí, ¿y si sucede lo mismo que en las películas? Donde el novio se arrepiente y deja plantada a la novia, o peor aún, que aparezca alguna loca a la hora de: ''quien esté en contra que hable ahora o calle para siempre´´; siento que tiemblo, pero confío en que todo saldrá bien. Metros antes de llegar a la playa veo al pasar en el auto a Paola que viste un conjunto de blusa corta escotada blanca, una falda larga negra abierta en una pierna con unas plataformas, ¿en qué cabeza cabe? a su lado está Hugo vistiendo una camisa negra con algunos botones abiertos dejando ver su marcado torso, unos pantalones de traje blancos y unos zapatos clásicos negros; se ve a leguas que están discutiendo porque Paola quiere que la cargue para no ensuciarse los pies de arena y él no quiere, pero como el auto avanza no sé en que habrá quedado el asunto.

Llegamos, mi madre me ayuda a bajar del auto. Caminamos hasta la recepción que han preparado. La pequeña Alyssa está ahí, está vestida con un hermoso vestido blanco, parece una princesita, sus ojos azules resaltan de una forma hermosa, sus cabello rizo está suelto y lleva una tiara de flores, está bella mi pequeña ahijada, ella será quien llevará nuestras sortijas por lo que será la primera en pasar. Mi hermana está junto a ella, lleva un hermoso vestido blanco y negro largo acompañado de unas sandalias blancas, con un maquillaje ligero, está preciosa, lleva mi ramo en las manos, es un bello ramos de rosas blancas que están sujetas por una hermosa cinta negra, al verme se acerca, me da un fuerte abrazo y me dice:
-Tata estás bella
-No más que tú, por cierto, ¿ya todos están?
-Sí
-¿Ya Carlos llegó?
-Sí, tranquila que tus temores no se van a hacer realidad- me dice entregándome mi ramo- ahora camina hacia la felicidad
-Ojalá sea así
La pequeña Alyssa me jala del borde del vestido, me pongo a su nivel, me da un lindo abrazo y un cariñoso beso. 
-¿Caro?- me dice mi padre mientras se acerca a mí –ya van a comenzar
-Respira ondo y adelante que tu esposo te espera, nos vemos en el altar- me dice mi hermana
-Ok
Mi hermana y mi madre pasan a reunirse con el resto de los invitados.
Yo espero unos segundos para relajarme, tomo del brazo a mi padre y comenzamos a caminar, la pequeña Alyssa va unos pasos delante de nosotros, cuando miro a mi alrededor me asombro, todo está tal y como lo imaginé, no suena la típica marcha nupcial, no, de fondo suena “Te amaré” de Marc Anthony, la cual voy canturreando por los nervios
Desde el día en que te conocí,
Me enamoré de tí, 
En ti ví todo lo que siempre imaginé.
Pronunciaste mi nombre y yo,
Supe por fin que así
Comenzaría un cuento que no tiene fin.
Oh, baby te amaré
Para la eternidad yo te amaré
Será pura lealtad, te amaré
Y nunca negaré que te amaré
Mientras camino detallo a todos los presentes. Ágata con un hermoso vestido largo negro con detalles en blanco, a su lado Ángel con una camisa blanca abotonada hasta el cuello y unos pantalones en conjunto; a su lado están Andrea que viste un hermoso vestido blanco y negro, Gabriel que va todo de blanco con una camisa y un pantalón y los gememalos que están para comérselos de lo guspos que están, parecen hombrecillos con los conjuntos que llevan. En la otra ilera de sillas está Vali vestido con una camisa negra, pantalones ceñidos negros y unos zapatos clásicos del mismo color, junto a él su novia Antonella, una despampanante rubia de labios gruesos, ojos verdes, facciones perfectas que llevaba puesto un vestido blanco el cual marcaba sus atributos. Junto a ellos Angie con una blusa corta negra, una pantaloneta blanca y unas sandalias del mismo color; Jose Ángel viste una camisa negra, unos pantalones de traje blancos y unos zapatos a juego. Por otra parte Verónica muestra un vestido blanco largo con un gran escote en la espalda, mientras que Nicolás lleva una camisa blanca con las mangas dobladas hacia arriba, un pantalón blanco y unos zapatos clásicos.
La decoración es blanca y negra, ramos de rosas blancas a los lados del altar en jarrones negros, el mar, la arena, todos nuestros amigos vestidos de blanco, de negro o de ambos colores y allí, allí en aquella esquina está él, esperando con ansiedad, vestido con un traje negro llevando debajo una camisa blanca y una corbata negra, está espéctacular, en cuanto me ve se queda perplejo, yo tengo la misma reacción.
Ya estoy frente a Carlos, mi padre le entrega mi mano y me recibe con una amplia sonrisa y un te amo. El maestro de ceremonias comienza la boda, habla sobre el amor, sobre ser fiel,  sobre el compromiso, demás y demás, parrafadas y más parrafadas, Carlos y yo no hacemos más que mirarnos, pero algo nos hace volver a la realidad, se oye:
-Ahora los novios leerán los votos que han preparado para este día. Por favor, cuando estén listos
Carlos se llena de valor y comienza:
-Desde que somos pareja, despierto cada mañana con una alegría especial, una alegría que aumenta cuando nos encontramos, me miras a los ojos, me dices que me amas y serías capaz de dar tu vida por mí. Quiero que sepas que más allá del tiempo y de la distancia siempre estaré para lo que me necesites y sé que tú también estarás en mi vida como un faro que alumbra mis pasos como lo has hecho siempre. Tú me enloqueces, tú eres lo más hermoso que he tenido en mi vida. Jamás imaginé que llegaría a conocer a alguien tan especial como tú. Por eso cada momento que comparto contigo, quisiera que fuese eterno, y que el tiempo se detenga, para así disfrutar más de tu compañía. Estás en todas mis cosas, en mis alegrías, en mis tristezas, en mis paredes que parecieran decir solo tienen tu nombre, en el infinito de tus ojos, donde con solo cerrar los mios puedo verme en ellos y susurrarte que soy tuyo, que siempre lo seré, que puede el tiempo pasar, más nuestro amor siempre permanecerá así tan nuevo como en los comienzos de nuestros primeros días juntos. Gracias por las fuerzas que me das, gracias por el amor incondicional, gracias por darme una familia. Solo puedo decir que eres la persona con la que quiero pasar el resto de mis días

Vive mi vida conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora