¡Nos vemos otra vez con un nuevo capitulo! Les aviso que este capitulo estará un poquito más enfocado en el asunto de Jounouchi y Mai pero es solo por este capitulo, hay detalles importantes que no pueden pasarse por alto porque también se pueden relacionar con Atem y Seto. ¡Detallito!
¡Espero que les guste!
Yo no inventé YGO ni sus respectivos personajes
Semanas pasaron, aquellos que estaban bajo el techo de la mansión vivieron los primeros días del año como si nada hubiese cambiado, sin embargo, algunos quedaron marcados por sus acciones despreocupadas de tal noche. No había espacio para el arrepentimiento, aun así.
Seto se abrazaba al recuerdo de año nuevo, de haber pasado una noche cálida con su amante en la privacidad de su oficina. Con la ausencia de Gozaburo, pudo disfrutar de cada sonido que Atem liberaba en su deleite, con el ojiazul sintiendo sus dedos derretirse en el ardiente tacto de su fina y cálida piel.
No dejaba de distraerse con los deseos de repetir tal momento, de nada más poder ver por unos segundos al tricolor. Tenía muchas cosas de las cuales debía preocuparse.
Estaba en su habitación, por primera vez mirando más allá de las cortinas, habiéndolas movido ligeramente para observar la vaga vista que tenía del cielo y el jardín, lo único bello que irónicamente se encontraba fuera de la mansión y a la vez pertenecía a la misma. En su mano sostenía aquella carta que Atem le había regalado.
El azul del imponente dios en el dibujo resaltaba sobre sus orbes mientras pinchaba su pulgar con los bordes del cartón. Todavía seguía sintiendo que no merecía semejante entrega, pero no iba a negar que le daba cierta fuerza tener un recuerdo físico de la presencia de Atem a su lado.
-Así que, ¿Atem te regaló esa carta? - Mokuba rompió con su silencio, sentado en el borde de su cama, viendo a su hermano cavilar como siempre. Seto asintió nada más. -Es como cuando yo te di ese Dragon Blanco de Ojos Azules mal dibujado, era todo un mocoso. - El niño soltó una risita.
Seto sonrió y se volteó a mirar a su hermano. -Sí, pero fue razón suficiente para seguir adelante. Tú fuiste quien me dio fuerzas. - Mokuba miró al mayor con cierta sorpresa, pues jamás había tenido la oportunidad de entablar una conversación así con él. Así que no sabía realmente los sentimientos de Seto por sus palabras sino por nada más sus gestos.
Era la primera vez que Seto le decía unas palabras tan importantes.
Mokuba apartó su mirada y sonrió ampliamente. -Pero te las ingeniaste para conseguir las versiones originales de ese dragón, y no te has cansado de patear traseros con él. - Comentó, viajando por sus memorias de cuando pasaba los días junto a Seto.
-Ese dragón simboliza mi fortaleza y mi determinación para protegerte. - Seto confesó. Era por ese motivo que dejó la carta de ese dragón al fondo de su cajón, juntando polvo por unos años cuando lo habían separado de Mokuba y le hicieron creer que estaba muerto. Creyó que había fallado como hermano mayor, que su lucha había sido inútil. Pero, Atem le hizo cambiar esa forma de ver, cuando le trajo de nuevo a su hermanito, sobreviviendo a tres semanas con tres jefes diferentes.
Atem era una clara muestra de una verdadera lucha.
-Entonces, al regalarte esa carta, ¿Atem mostró sus deseos de protegerte? - Mokuba dijo de pronto, sobresaltando ligeramente a Seto.
No lo había pensado de esa manera, quizás era por eso por lo que todavía miraba con curiosidad a la carta.
Ese era el mensaje que Atem quería darle. Esa carta simbolizaba su relación, aquella que ambos estaban determinados a proteger.
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Lamentos Eternos
FanficYuugi y Atem se encuentran con la propuesta de ser sirvientes para la familia Kaiba. Encerrados en la explotación, Atem decide enfrentar a su jefe, Seto Kaiba. ¿Qué pasaría sí compartieran un enemigo en común? |AU Prideshipping| +18 | Violencia-Int...