Deseos arrastrados

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¡Feliz año nuevo! Espero que todos hayan tenido unas lindas fiestas, y que comiencen este nuevo año con la cabeza en alto para cumplir todas sus metas. :D

Lamento la tardanza, con el Pridecember me estuve retrasando bastante con la actualizacion de este fic. Decidí escribir todos los oneshot junto con mi beta, y publicarlos todos al mismo tiempo, y no por dias como tenía pensado. Pues, diciembre ya terminó pero las historias se seguiran subiendo.

¡Gracias por su paciencia y disfruten el capitulo!

Aviso: este capitulo puede tocar temas sensibles tales como: el intento de suicidio.

Sé que son 18 capitulos de pura violencia y angustia, pero creo que es importante avisar.

Yo no inventé YGO ni sus respectivos personajes

Una mañana fría daba fin a la Navidad, con los días acercándose más al nuevo año, desatando cambios y vivencias que jamás había imaginado nadie que viviría en el próximo año. La fiesta había dejado unos pocos desastres sencillos de limpiar, y quizás con dolores de cabeza para los invitados, pero nada demasiado grave. Los sirvientes sólo debían limpiar, no tenía que tratar los malestares de nadie, ni siquiera de Gozaburo, quien se mantuvo algo distanciado del resto.

De hecho, quienes debían estar presentes, no lo estuvieron. Ni la supervisora, ni su prometido, ni el sirviente de prestigio. Esas ausencias se tuvieron en cuenta por el jefe superior, que era Gozaburo.

Este hombre estaba ahora admirando la mañana de invierno, sentado en su silla mientras bebía un poco de café. Estaba solo en su oficina, el silencio era su única compañía, lo único que rompía esa tranquilidad eran los sorbos que le daba a la taza.

La fiesta de Navidad para él había sido demasiado tranquila para su gusto, toda la noche se quedó con la idea de que tal vez Seto tomó en cuenta sus amenazas por lo sucedido la otra vez, aunque cuando esos pensamientos fueron llevados a la cama, Gozaburo no pudo dormir.

Algo le inquietaba, su hijo era como una montaña rusa que cambiaba de comportamiento cada segundo. Quizás el tener a Mokuba de nuevo a su lado y comprometerse con Mai estaba dándole un giro brusco a su vida.

Ya se le pasará, por eso Mai está aquí.

Trató de convencerse en su cabeza aquella idea, pero sintió una dolorosa puntada cuando la imagen de ese sirviente de prestigio apareció en su mente.

Ese mocoso le daba mala espina.

Brutalmente apoyó la taza de nuevo en el pequeño plato, el café se volcaba ensuciando un poco su escritorio. Gozaburo lo ignoró, sólo se concentró en levantarse de la silla y salir a vigilar a sus propios sirvientes.

~•~

Atem parpadeó, despertándose lentamente, recibiendo la mañana fría con un sentimiento de relajación y paz que jamás había sentido. A veces esa sensación la sentía cuando despertaba en la cama con Seto, pero ahora estaba en su propia cama, viendo a Yuugi dormir silenciosamente, con el cobertor tapándole casi toda su cabeza.

No podía culparlo con el frío que estaba haciendo.

Llevó su mano debajo de la almohada, sintiendo la punta del sobre pinchar la yema de sus dedos. Un nudo en su garganta se formó al pensar en su abuelo, se arrepentía de no haberlo visto en esta Navidad, y seguramente tampoco lo verá en Año Nuevo. ¿Yuugi habrá pensado en eso? ¿Qué estaría sintiendo?

Encerró el sobre en su puño, sintiendo la angustia reaparecer en su corazón antes relajado. Sacudió su cabeza, pues no quería sentirse así, Seto lo había ayudado para que su presencia aun estuviera con su abuelo.

Lamentos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora