➳ 03: Dorado. ➳

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Dedicado a 0BAMALEEP0RNOGAY POR QUÉ SU USARIO ME DIO 4 AÑOS DE VIDA EXTRA.





(...)

—Volveré pronto, amigo. —Louis susurró contra el pelaje esponjoso de Ollie. Un par de lágrimas cayeron sobre este y parecía que el lobo empatizaba con los lamentos del príncipe, pues se apegaba a sobremanera al cuerpo de su dueño. —Juro que si pudiera llevarte lo haría, pero sería una tortura para ti.

No era gran misterio pensar como le iría a un lobo huargo encerrado en los confines de un barco. Tal vez ni siquiera cabría en un camarote. No podría correr, ni caminar, y se aburriría mucho en todo el camino. Sin contar la razón más fuerte: el calor que habría de hacer en el sur. Simplemente no existía la manera de que Ollie fuera con Louis hasta Dragonscale.

—Cuida el castillo ¿de acuerdo? Volveré pronto. Lo juro. —y así Louis le dejó un beso a su lobo antes de ponerse de pie, limpiarse las lágrimas de su rostro y caminar fuera de refugio para reunirse con Ser Isaak.

(...)

La familia real, los dos príncipes y sus padres, se subieron a un carruaje de madera tirado por cuatro caballos. Detrás, iba el carruaje de la casa Payne. Y por último, el carruaje que transportaba el equipaje de los príncipes. Aldeanos y doncellas despidieron a la caravana cuando esta salió de las tierras del castillo Tomlinson y se dirigió hasta la costa de Gélida, donde los muelles recibían a diario mercancías de importación del continente de Goré. Telas, semillas, comida y joyas entres sus principales fuentes de comercio.

Sin embargo ese día, una flota grande y de velas azules del mismo tono de la casa Tomlinson, se alzaba imponente ante los barcos de mercaderes. Parecía contar con una numerosa tripulación y la madera lucía vieja y desvencijada, pero de alguna manera, también se veía dura y resistente.

Para cuando los guardias bajaron para custodiar a sus monarcas, las puertas del carruaje real se abrieron y salieron los jóvenes príncipes junto a los reyes de Gélida. En el carruaje de atrás, salió Lord Rodrick Payne junto a su esposa e hijos. El joven alfa Liam y sus dos hermanas omegas. Así los sirvientes comenzaron a subir el equipaje hasta el barco mientras Jacob e Isabella despedían a sus hijos.

Louis sabía que iba a volver. Porque él tenía que volver. Pero aún así, el miedo constante que eso no ocurriera, lo perseguiría en sus sueños durante semanas, lo sentía centro de su pecho. Y no lo había dejado dormir en los últimos días previos a su partida. Por suerte Liam siempre llegaba a tiempo para acunarlo entre sus brazos. Pero aún así cuando su madre lo tomó de las mejillas y le susurró aquellas palabras suaves junto a consejos sabios, mirando con adoración a su hijo, él no fue capaz de oírle, ya que solo pudo pensar en lo hermosa que era la reina de gélida y en lo mucho que iba a extrañarla; Isabella le pidió que protegiera a su hermana, que se asegurara de sentarse recto, que saludara con gracia y que no faltara los modales en la mesa al comer.

Louis abrazó a su madre con fuerza antes de que ella y el rey intercambiasen de hijos; Nadine pasó hasta los brazos de Isabella y por lo tanto los ojos severos de Jacob terminaron sobre Louis.

Esta vez, no hubo muchas palabras, pues el rey ya le había dicho todo a su hijo. Aún así, Louis no tardó en ponerse a llorar cuando su padre lo encapsuló entre sus brazos, apegándolo a su pecho. Su padre podía ser un gran y respetado Lord, una bestia en combate, un hombre serio e intimidante, un rey... pero para Louis siempre sería padre, el que le regaló un lobo cachorro el día de su cumpleaños seis, el que enseñó a tirar con el arco y quién le festejó cada una de sus victorias y lo consoló en cada una de sus pérdidas.

Dragonscale [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora