Extra #3: "Oro."

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Ay, ya se iban a dormir??? Aim sonris.


N/A: pañuelos, gente. Son necesarios aquí.

Dedicado a: EstefaniaHernandz 💛




(...)

Las mañanas en el sur, a mediados de verano, eran un tanto bochornosas.

Pues esta era la época más calurosa del sur, donde las temperaturas eran tan altas que incluso los propios habitantes se quejaban de ellas. Había incluso casos de deshidratación que mantenían a Gemma Akgon inmiscuida en los sanatorios del sur, niños que necesitaban agua fresca y ancianos que presentaban cuadros de calor intenso. Con la reina siempre pendiente de la salud de su pueblo.

Por otro lado, Skyler Akgon notaba como los dragones parecían más cómodos que de costumbre. Más alegres, fuertes. Estaban en su elemento. De hecho, era la época en la cual se reportaban más nacimientos; cascarones rompiéndose en Vulkam, pequeñas criaturas escamosas naciendo a cada dos por tres desde las profundidades de los volcanes. Los dragones volaban con más libertad sobre los cielos de Dragonscale.

Normalmente, Louis tendía a despertarse temprano, su reloj biológico no le dejaba quedarse dormido después del amanecer, cuando los rayos de Sol se filtraban a través de sus recámaras y bañaban su alcoba del más brillante oro, la luz eclipsando en cada centímetro. Pero aquella mañana, casi a medio día, el príncipe del norte dormía con parsimonia, enterrado entre las sábanas. Cálido, cómodo y profundamente en los brazos de morfeo.

Su sueño de la noche pasada había sido interrumpido deliberadamente; Ya que Jaekhar vino a decirle, con sus grandes ojos bicolor brillando a través de la oscuridad, que su pekhy frath [hermano pequeño] estaba llorando. Lo cual significa dos cosas. O Daerys tenía una pesadilla o su primogénito se había metido con su hermano pequeño por quincuagésima vez en el día.

Lo cual acabó con un regaño y una especie de fiesta de pijamas en la cama de Louis y Harry. Con todos acurrucados entre sí mientras dormían.

Pero aquella mañana, cuando finalmente Louis despertó lentamente, abriendo los ojos azules de manera delicada y suave, se percató de que estaba solo entre las sábanas de su cama; el calor de sus hijos no estaba a su lado, menos el de Harry. Por lo que Louis se vió obligado a alzarse sobre las sábanas y admirar alrededor, agudizando el oído por si ellos se escuchaban en los baños o en su propia habitación..., pero nada. Solo fue capaz de oír a los dragones rugir fuera del Krestum, el día soleado quemando sobre el sur. 

Se estiró lentamente, y pronto se levantó de la cama mientras el camisón blanco se escurría entre su cuerpo, la brisa de las ventanas abiertas se paseó entre los pliegues de la tela y le regaló un sensación momentánea de libertad.

— ¿Harry? —. Exclamó de pie a mitad de la estancia, asomándose por el pasillo a la habitación de sus hijos, pero nada. Al parecer estaba completamente solo. Hizo un puchero con sus labios y al momento de decidir cambiarse para ir en busca de su familia, un par de sirvientes entraron por las puertas doradas.

—Buen día mi príncipe, —saludó una de ellas, quien servía a Louis de primera mano. Así que el omega le sonrió de vuelta.

—Buen día, —se abrazo a sí mismo. —¿Sabe en dónde están...?

—Kargem me pidió que le entregara esto, majestad. —asintió la chica, acercándose y entregándole un pedazo de pergamino. —Al parecer tiene el día para usted.

Con el ceño fruncido, Louis tomó el papel y lo desdobló rápidamente para leer su contenido.

"Mon paret ¡buen día!

Dragonscale [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora