Misión 1.15: El Hijo Prodigo

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El paciente de enfrente, comienza a tener convulsiones y su ritmo cardíaco se paraliza

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El paciente de enfrente, comienza a tener convulsiones y su ritmo cardíaco se paraliza. Las enfermeras y los médicos tratan de reanimarlo. Vergil escucha el alboroto, pero la desolación es más abrumadora y no presta la más mínima atención.

Los doctores dejan de luchar, el paciente había fallecido.

- ¿Hora de muerte?

- Cinco horas con cuarenta y cinco minutos.

- ¿Nombre del paciente?

- Nero Luther. -revisan el expediente médico.

Al escuchar el nombre, Vergil reacciona y exclama.

- Mi hijo es Nero Luther.

- ¿Qué? ¿Cómo es posible eso? -exclama el medico en turno mirando a todo el mundo.

Dante duerme en la silla de la sala a la espera de lo inevitable, cuando escucha un fuerte alboroto en la habitación donde se encuentra Nero. También ve entrar a varios guardias a toda prisa.

Rápido corre a ver qué pasa y ve a Vergil ahorcando al doctor Bandyopadhyay.

- Lo voy a demandar, no ¡Lo voy a matar!... Sí, eso haré. -mientras que cinco guardias intentan vanamente el separarlo.

- Señor, déjelo ¡Lo va a matar! -exclama el personal tratando de quitárselo.

- ¡Esa es la idea! -sigue empeñado en ahorcarlo.

- ¡Dios mío! -es lo único que logra decir el doctor Bandyopadhyay.

- Si, háblale al Señor y dígale que le aparte un asiento, porque pienso enviarlo en primera clase.

- Vergil ¿Qué carajos estás haciendo? -entra Dante en la escena.

- Pues este imbécil autoproclamado "profesional" se equivocó. -responde furioso.

- ¿Cómo que se equivocó? -Trish, Nico y Milo se asoman a la habitación.

- Nero no está desahuciado, solo tiene gripa y debido a que no ha dormido bien, esta exhausto. Él era el moribundo. -señala al paciente recién fallecido.

- ¡Que alivio! -suspira tranquilizado. -déjalo hermano, no te manches de sangre. -usando sus manos, quita las de Vergil del cuello del pobre doctor. -muy bien, ya vas controlando mejor la ira. Ahora, con toda la cortesía que los Sparda somos capaces, hay que... -comienza a ahorcarlo. - ¿Cómo se atreve? Mire como puso a toda la familia por su error.

- ¡Perdón! -su rostro pasa de rojo a azul.

-Vamos Dante ¡Denle con la silla! -exclama Nico en la entrada de la puerta.

Emocionado por el momento, está a punto de tomarla cuando se queda paralizado en el acto: Nero lentamente estaba recobrando la conciencia.

-Que... ¿Qué paso? -con vista borrosa ve la escena. - ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Qué estoy haciendo en el hospital? ¿Porque mi tío y mi padre están ahorcando al doctor? y ¿Porque siento mojado el trasero? -lanza un grito al decir esto último.

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