Por motivos no especificados, Dante y Vergil logran salir del inframundo para seguir con sus vidas. Nero sigue en su trabajo como cazador de demonios y ser una persona responsable de su familia. Su nueva aflicción es mucho peor que matar a engendros...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Intentando conciliar el sueño, Nero tiene una horrenda pesadilla. En el sueño se ve como un bebé de un año de edad cargado en brazos de una mujer, muy probable, su madre. Ella corre desesperada mientras está siendo perseguida. Fuego y explosiones atacan por doquier y gente corre desesperada por salvarse.
-¿Dónde está Vergil? -le pregunta a una de las sirvientas.
-El amo Vergil se encuentra afuera. Trata de detenerlos mi señora. -responde la sirvienta con terror.
En eso, la pared explota y entra una horda de demonios. Tratan de atacar a la mujer junto al bebé. La sirvienta se atraviesa y ella recibe la estocada.
-Váyase señorita Lydia... -grita con la fuerza que aún le queda -¡Llévese al niño lejos!
El temible demonio con forma de caballero la remata para aproximarse a ella. Lydia corre sin parar pero está rodeada. Entra en una habitación y se encierra. Estaba en la habitación del bebé. Rápido se dirige hacia la pared y dando algunos golpes, aparece una pequeña compuerta donde se encuentra un moisés de mimbre. Ahí recuesta al bebé quien llora desconsoladamente.
-No llores mi pequeño caballero... debes ser fuerte. -trata de consolarlo con toda su ternura -tu corazón es noble, pelea por la justicia y lo que es correcto. Si un día tú y tu padre se vuelven a encontrar, por favor cuídalo, te va a necesitar tanto como tu necesitaras de él. -se escucha que tratan de entrar a la fuerza y ella evita llorar ante el inminente destino que le depara -te voy a extrañar como no tienes idea. Sé fuerte mi tesoro...sé fuerte. -cierra la compuerta y lentamente comienza a bajar a través de un túnel secreto.
Descendiendo lentamente, solo escucha un grito de ella.
Despierta agitado ante aquel posible recuerdo, no estaba seguro. Se sienta en el asiento severamente acongojado. Se percata que la rocola emitía una triste canción de ópera.
-"La mamma morta m'hanno alla porta della stanza mia; Moriva e mi salvava! poi a notte alta io con Bersi errava, quando ad un tratto un livido bagliore guizza e rischiara innanzi a' passi miei la cupa via! Guardo! Bruciava il loco di mia culla!"...
La intensidad de la voz de la soprano y la crudeza de la canción, le hizo recordar su visión y bajo el amparo de la noche y que Nico duerme plácidamente, en silencio solloza.
Afuera en el techo de la mansión, Vergil se encuentra inmerso en sus pensamientos. Recuerda la conversación que tuvo con la señora Van Houten en la tarde que le causó mucha consternación.
