Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|

→ Veintiuno

Chess cerró los ojos totalmente incómoda y sintiéndose vulnerable ante su hermana; la mayor, al ver esto, la soltó y caminó de vuelta a su silla, en donde se acomodó y encendió su computadora.

La respiración de la pelipúrpura se agitó tontamente con ese acto, pensó que quizás, solo quizás, ella la iba a besar, pero claramente no pasó, y mucho menos después de lo que le dijo a su pequeño hermano; Horn la miraba por el rabillo del ojo mientras su computadora encendía y era capaz de ver su expresión afligida, como si se hubiera percatado de algo.

—Quiero que vayas a disculparte con Yuu —dijo repentinamente la rubia; la mirada rubí de su hermana menor cayó en su nuca—. Y también con Mikaela; fuiste muy cruel con ellos y solo son niños, se supone que tú eres mayor, debes actuar como tal.

Chess suspiró sin decir nada más, y arrastrando los pies, salió de la habitación.

[...]

—Yuu-chan, ¿qué quieres hacer hoy? —preguntó Mika acariciando el cabello de su híbrido cuando acabaron de desayunar.

—N-No sé, ¿qué quieres hacer tú? —murmuró avergonzado.

—Bueno, hay muchas cosas que podemos hacer, si quieres puedo enseñarte a nadar hoy —ofreció sonriendo.

Emocionado ante la idea, Yuu asintió varias veces, siempre le había gustado el agua; en el albergue, cuando era el día del baño semanal, siempre repetía su turno y Satoshi ya sabía como era, así que se encargaba de guardarle un poco más de agua.

—Nana, ¿puedes pedirle a Shizuku-san que ponga a llenar la piscina? Nosotros nos iremos a bañar —espetó el rubio amablemente; Marie asintió con una sonrisa.

Entonces, y sin esperar nada más, Mika jaló de la mano al moreno y salieron corriendo escaleras arriba; en el camino se encontraron a Chess, la cual, al verlos, frunció su ceño y giró su rostro, ignorándolos.

El rubio no le dio importancia, pues supuso que Horn la había regañado y por eso estaba así; sin embargo, Yuu recordó nuevamente las palabras que ella le dijo y se sintió mal.

Cuando llegaron a la habitación del Geagles menor, el azabache tenía sus orejas y su cola agachadas en una clara muestra de tristeza; el más alto notó esto rápidamente, y suspirando al imaginarse el porqué de su actuar, lo abrazó fuertemente, sorprendiéndolo.

—Yuu-chan, ya te lo dije, no le prestes atención a Chess-nee-san —le regañó suavemente; las manitas del moreno se apretaron más al cuerpo contrario—. Tú eres muy importante para mí y no me gusta verte mal, ¿sí?

—E-Es difícil hacerlo cuando es todo lo que dice al verme... —susurró afligido.

El corazón del más alto se sintió pesado ante esa oración, odiaba que su hermana fuera tan cruel e hiciese sentir mal a su adorado amigo.

—Ella tiene su forma de ser, pero creo que algún día verá lo genial que eres —animó; pero las orejitas del ojiesmeralda aún no se levantaban—. Tengo una idea, papá se lo hace a mamá cuando ella está enojada o triste.

Separando al más bajo con cuidado, Mika notó sus ojitos llorosos, y que se veía tan triste que simplemente no podía evitar enojarse con la pelipúrpura por provocar eso; suspirando, el ojizafiro tomó las mejillas ajenas, y bajo la atenta mirada del moreno se sonrojó.

Negando suavemente, el rubio cerró los ojos y acercó su rostro al del más bajo de forma lenta, lo que generó un amplio sonrojo en las mejillas de Yuu, quien también cerró los ojos; y entonces, sus labios chocaron delicadamente.

Fue apenas un roce inocente, un pequeño piquito que duró unos cuantos segundos, pero hizo de todo; sus corazones se agitaron, las mariposas en sus pansas revolotearon, sus manos sudaron, sus piernas se sentían de gelatina y sus rostros se pusieron tan rojos como pudieron.

Al separarse, Mika miró a su híbrido abrir los ojos y verle intensamente, fue algo mágico, pues ambos sentían que estaban flotando en las nubes; así que, en lugar de separarse, el rubio juntó su nariz con la del moreno y las rozó delicadamente en un beso esquimal.

Apenas el roce de narices terminó, Yuu lo abrazó de improvisto y de golpe, no podía creer que ese rubio le hubiese dado esa muestra de cariño tan pura que su padre le daba —y sin imaginar lo mucho que significaba para un híbrido—, se sentía feliz y cualquier rastro de tristeza por los insultos de Chess se habían perdido en cuanto se dieron ese tierno piquito.

—C-Cuando esté triste... ¿m-me vas a alegrar así siempre...? —inquirió inocentemente el azabache susurrando en el oído ajeno.

Una corriente eléctrica pasó por la espina dorsal del de tez pálida, y sus mejillas se sonrojaron más al tiempo que sus manos apretaban la cintura del híbrido que se había enredado en su cuello; estar así con él se sentía bien, sentía que podía hacer cualquier cosa, y lo más importante, se sentía en paz con todo y con todos.

—S-Si tú quieres... —le respondió avergonzado el Geagles.

—Sí quiero... —afirmó el más bajo en un leve murmullo.

—E-Entonces será nuestro secreto, Yuu-chan...

Ambos niños se estrujaron más por un rato, luego deshicieron el abrazo muy lentamente y fueron tomados de la mano a bañarse, había cierta timidez después del momento tan íntimo que pasaron juntos, pero luego de unos minutos, todo regresó a la normalidad; Mika le lavó las orejas y le ayudó a frotar su espalda, y también, se metieron juntos a la tina, en donde jugaron un poco con los patitos de goma y otros juguetes.

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Me re emocioné cuando se besaron, no sé ustedes, pero yo tuve un mini infarto xD

Oh, y el comunicado de hoy, que olvidé hacer la semana pasada xD, es que vayan a seguirme a mi instagram "yeye.sama" :3, pueden enviarme memes y preguntarme lo que gusten, estaré subiendo cositas interesantes cuando me acuerde ahre xD

Espero les haya gustado

Bye!