→ Cuarenta y cinco

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Una vez Mikaela finalizó la llamada, se encontró con un Yuuichirou aferrado a la puerta de entrada, haciendo un puchero, algo lloroso y con el ceño fruncido. Temió lo peor, y también, casi le da un ataque al corazón.

-Y-Yuu-chan -intentó sonreír, nervioso-. ¿M-Me escuchaste?

-Parecías muy feliz... -murmuró en voz baja.

Entonces, ¿no lo había oído? Intentó analizar su comportamiento, porque llevaba años de conocerle, casi podía saber lo que pensaba, y no lucía asustado o nervioso, más bien se veía molesto y triste; quizá oyó cuando hablaban sobre la azabache y su obvio crush con Akemi, del que este no era precisamente consciente.

-Hablaba con Kimizuki -explicó, a lo que Yuu bajó la mirada e hizo un mohín con los labios.

-¿De qué hablaban...?

Estaba celoso, lo supo de inmediato; su corazón se sintió emocionado de tan solo verle en aquel estado por su persona, así que decidió molestarle.

-De ti -rió; Yuu levantó el rostro, viéndole expectante a que continuara hablando-. De lo adorable que eres cuando duermes -continuó mientras se acercaba-, y de lo tierno que te ves sonriendo.

-M-Mentira -renegó soltando la puerta, pues el rubio ya estaba en frente suyo, solo necesitaba subir los únicos dos escalones para entrar a la casa.

-¿No me crees? -insistió avanzando hasta que sus cuerpos estaban tan cerca que sentían la calidez del otro; el moreno bajó la mirada.

-¿Q-Quieres más a Kimizuki que a mí...?

Estupefacto, Mikaela se echó a reír, haciendo que Yuu se sintiese aún más avergonzado y que le diera golpecitos para que parara de burlarse de su persona. No esperó que él lo abrazara de golpe y acariciara su cabeza suavemente cuando detuvo su risa.

-No hay nadie en el mundo a quien yo quiera más que a ti -susurró cerca de su oído-. Eres lo más importante que tengo en mi vida, Yuu-chan.

-T-Tú también, Mika... -aseguró correspondiendo el contacto.

Después de que el Geagles menor se bañara, ambos cenaron en compañía de la nana y Kei, ya que los demás miembros de la familia habían salido y solo eran ellos en casa, además de Yuzuru y Shizuko, claro; fue una comida amena y tranquila, hasta más ...

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Después de que el Geagles menor se bañara, ambos cenaron en compañía de la nana y Kei, ya que los demás miembros de la familia habían salido y solo eran ellos en casa, además de Yuzuru y Shizuko, claro; fue una comida amena y tranquila, hasta más agradable que cuando sus padres estaban presentes porque siempre los regañaban, ya que el rubio continuaba con su costumbre de cortar la comida para su híbrido y darle de comer en la boca de vez en cuando.

A ninguno de los empleados le molestaba esa actitud en absoluto, así que podían ser tan melosos como quisieran, tal y como cuando eran niños, y lo mejor de ese día, es que el siguiente no tendrían clase, por lo que podían desvelarse un poco, ver películas y dormir hasta tarde; como solían hacer los fines de semana.

Jugaron un poco con de basquet con Kei en lo que digerían la comida, y luego de que fue hora de ponerse pijama, el ojizafiro le pidió al moreno que buscara qué ver en la laptop en lo que él saqueaba la cocina; cuando este asintió y corrió escaleras arriba, se vio solo con su nana y se sintió nervioso.

-Nana, ¿puedo preguntarte algo? -inquirió abriendo el refrigerador, tratando de no verla a la cara y fingiendo buscar algo de comer; ella afirmó tranquilamente-. Tú... ¿s-sabes sobre relaciones entre... entre híbridos y humanos...?

Hubo un silencio, un ruidoso y terrible silencio que obligó al rubio a girarse y enfrentar la mirada de Marie, que había parado de lavar los platos y se había volteado a verle fijamente.

-¿Por qué me preguntas eso, cariño? -indagó ella, interesada.

-Yo... -trató, ansioso-. A mí...

-Cálmate, Mikaela -le pidió rodeando la mesa y acercándose a él para cerrar el refrigerador, tomarle de la mano y guiarlo a una silla-. Dime, ¿qué quieres saber?

-C-Creo que... -dudó, nervioso a más no poder, hasta bajó la cabeza; incluso con Kimizuki había sido más sencillo-. M-Me gusta Yuu-chan...

-Lo sé -sonrió ella.

-¿Eh?

Sorprendido, levantó su mirada, viendo que Marie lucía completamente relajada y hasta feliz; se sintió confundido por ello.

-No está mal sentirte como te sientes, cariño -empezó ella, apretando sus manos, las cuales había tomado al guiarle a la silla y no había soltado-. Sé que puede ser difícil aceptarlo, sobretodo porque pasaste toda tu vida escuchando que...

-N-No, no -la detuvo-. Q-Quiero decir, s-sé que me gusta, no puedo negarme eso, pero ¿qué debo hacer ahora?

-¿Qué quieres hacer tú?

-Quiero estar siempre con él -sinceró bajando la mirada nuevamente-. No quiero que nadie nos separe.

-Entonces hazlo, Yuu es tuyo, es decir, tú lo adoptaste -expresó-. Pero con eso no quiero decir que puedas forzarlo, asegúrate de que él te quiera de la misma forma en que tú lo haces -dijo, mas estaba total y completamente segura de que eran sentimientos recíprocos-. Y también, cariño, sé que puede ser difícil, pero...

-¿Pero...? -la animó, dudoso de la pausa que ella hizo.

-Sé que eres un chico muy analítico, Mikaela, así que seguro ya leíste muchas cosas en internet, ¿verdad? -preguntó, recibiendo un asentimiento-. Entonces tú ya sabes cómo el mundo ve este tipo de situaciones, por lo que debes ser cuidadoso...

-Q-Quieres decir que no puedo decirle a nadie, ¿verdad?

Marie afirmó apenada, ya había tenido que decirle lo mismo a Rene y Lacus hacía ya varios años atrás y tener que repetirle eso a su querido niño le dolía.

-No todos son tan tolerantes con esto, ¿comprendes? Y lo que menos quisiera es que les pase algo -se lamentó.

-Entiendo -suspiró, luego soltó sus manos y se levantó de la silla solo para abrazarla-. Gracias por no pensar mal de mí y explicarme esto amablemente, nana.

-Oh, cariño... -sonrió estrechándole también.

Pudieron quedarse un rato así, hasta que el rubio deshizo el contacto rápidamente y abrió el refrigerador otra vez.

-Lo siento, Yuu-chan me está esperando -informó riendo a la vez que sacaba helado, galletas y otros cuantos dulces y bebidas.

Marie se sintió feliz mientras veía cómo él trotaba escaleras arriba, pero también preocupada por como todo pudiera a ir en un futuro.

Marie se sintió feliz mientras veía cómo él trotaba escaleras arriba, pero también preocupada por como todo pudiera a ir en un futuro

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Marie es un angelito, ok? :'3

Espero les haya gustado y murieran de diabetes con el momento super tierno ahre <3

Bye!

Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora