Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|

→ Cuarenta y cuatro

Cuando llegaron a la escuela, todos los choferes y algunos padres estaban ahí esperando por sus hijos; rápidamente, todos los alumnos bajaron del bus para buscar sus valijas haciendo una fila, así que cuando fue su turno, Mika agarró la suya y la de Yuu para llevarla al auto del que Kei y Marie habían salido para recibirles con una sonrisa. Después de dejarlas en el portaequipaje, el rubio les pidió un momento para ir a despedirse de sus amigos, a lo que estos accedieron.

De igual manera, los seis estaban dejando sus cosas en los autos que los pasaron a buscar, ya fueran sus choferes, sus padres, o bien, en el caso de Scarlett, su hermano mayor; y claro, después de dejar todo guardado, también se dirigieron con los demás para decir "nos vemos".

—Scar, no olvides pasarme las fotos —pidió Kimizuki llegando hasta su amiga y pasando casualmente su brazo por el hombro de Yoichi—. Y también el vídeo que grabaste donde Yoichi entra al mar.

—¿G-Grabaste eso, Scar? —murmuró avergonzado el castaño.

—Grabé y tomé muchas fotos, las revisaré y se las enviaré luego —rió ella—. De cualquier forma, nosotros ya nos vamos, quiero llegar a mi casa para dormir y no levantarme nunca.

—¿Qué tan cansada estás? —se mofó Narumi.

—Nosotros también nos vamos —avisó Mika, a lo que Yuu asintió, despidiéndose.

Y mientras los demás se despedían también, el rubio notó algo que antes no vio, pese a que era muy observador y es que el pelirrosa abrazaba muy protectoramente al tierno mitad-gatito, a pesar de que no era su "dueño"; ¿podría ser...?

—Kimizuki —le llamó, a lo que este le miró—. Quiero preguntarte algo, te llamaré después, ¿está bien?

—Seguro —respondió algo confundido, no era muy habitual después de todo.

Finalmente, cada uno subió a su respectivo auto, y se marchó a su hogar. En el camino, la nana les preguntó sobre su viaje y cómo la habían pasado, y aunque ambos contestaban diciendo que fue divertido, Yuu continuaba mirando algo extrañado al ojizafiro. ¿De qué quería hablar con Kimizuki? No importaba, luego le preguntaría.

Una vez llegados a la mansión Geagles, lo primero que hicieron fue bañarse, aunque lo hicieron separados, ya que Mikaela decidió aprovechar que el azabache estaba ocupado para escabullirse al jardín y marcar al teléfono del poste, quien contestó tras unos tonos.

—Hey, Kimizuki —saludó algo ansioso mientras miraba a todos lados, inspeccionando que no hubiese nadie cerca—. Te dije que quería preguntarte algo, ¿es un mal momento?

—No, ¿de qué se trata? —indagó ciertamente curioso.

—A ti... —dudó apretando las manos—. A ti...

—¿A mí qué? ¿qué pasa?

Estaba nervioso, porque si la respuesta era negativa, podría exponerse a sí mismo y le daba pavor; sin embargo, estaba casi seguro de que lo que diría él sería justo lo que pensaba. Reunió coraje y tomó aire.

—¿A ti te gusta Yoichi? —pudo preguntar.

La otra línea se quedó en silencio un instante, y es que Kimizuki se había puesto pálido de la sorpresa, su corazón casi parecía haberse detenido, sus manos temblaban y se sentía desfallecer; alguien lo había descubierto, ¿qué iba a hacer?

—¿Q-Qué cosas dices, hombre? —intentó bromear.

—No te pregunto porque vaya a juzgarte, Kimizuki —aclaró mientras oía su risa nerviosa—. Es solo que... Bueno, creo que serías el único que podría entender...

"Entender", ¿entonces a Mikaela le gustaba Yuu de la misma forma en que a él le gustaba Yoichi? ¿era lo mismo? Estaba asustado y ansioso, pero él era su amigo, podía confiar en él; o al menos eso le decía su cerebro...

—Sí... —contestó en un suspiro, fingiendo desinterés, pero preso de pánico a más no poder—. Me gusta.

—Ya veo... —murmuró—. ¿Y cómo te diste cuenta?

—¿Qué? —exclamó extrañado; ¿no era que ya sabía lo que sentía? Pero bueno, no había reaccionado mal, podría arriesgarse un poco más y contarle—. No lo sé, siempre pensé que me gustaba Scarlett, pero luego me di cuenta que la única razón por la que la veía era por él.

—No entiendo a qué te refieres...

—Quiero decir, me quise engañar pensando que era ella a quien quería, pero lo único que hacía era verlo a él —explicó avergonzado—. Luego de que ella me rechazara y que no me sintiera como se supone que debes sentirte en ese momento, decidí enfrentarlo y acepté que Yoichi me gusta.

—¿Ella lo sabe? —interrogó refiriéndose a la azabache, pues al final, ella era la "dueña" del castaño.

—No lo sé, puede parecer que no, pero es muy perceptiva —suspiró llevándose la mano a la nuca y frotándola—. ¿Por qué me preguntas esto? ¿acaso ya aceptaste que te gusta Yuu?

De inmediato, Mikaela se puso rojo y se sintió avergonzado, apretó un poco la mano donde tenía el teléfono.

—Creo que sí... —susurró—. Pero no sé qué deba hacer, todo parece más fácil si nos quedamos en la forma que estamos...

—¿Tú te estás quejando? Vives con él y eres su "dueño", dime eso a mí —renegó haciendo énfasis en la palabra "dueño".

—Lo siento, lo siento —rió levemente, considerando la situación de su amigo—. Aunque me siento mejor después de darme cuenta que no soy el único pasando por esto.

—Ya cállate, eres más afortunado de lo que crees al tenerlo en tu familia —se quejó—. Si yo pensara siquiera en estar con él, tendría que pedírselo a Scarlett.

—Seguro que te lo cede, ella parece muy feliz con Akemi —bromeó también.

Y entre que Mika conversaba amenamente con el poste, Yuu ya se había acabado de bañar, secado y vestido, por lo que bajó en su búsqueda; tuvo que preguntarle a Marie, que le dijo que lo vio ir al jardín.

Casi salta hacia él para abrazarle, más le oyó hablando por teléfono y lo observó; sintió su corazón dolerle cuando le vio sonrojado y poniendo una sonrisa tan linda, de las mismas que le daba a él. Pero esta vez no era dirigida a su persona, alguien más estaba causando esa expresión en el rubio.

Y eso definitivamente no le gustaba, es más, le molestaba.

Yuu está medio celoso :'3, y también es bonito ver que todos los años que han pasado juntos han creado una amistad tan linda entre todos ellos uwu

Espero les haya gustado

Bye!