Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|

→ Veinticinco

La mañana llegó, y con ella, el tan ansiado momento de ir a la escuela por primera vez; Marie se encargó de llamar a sus niños a desayunar a las siete, los hizo bañarse, les explicó todo lo necesario y les ayudó a prepararse.

Así que, a las siete y cuarenta y cinco, los dos pequeños ya estaban en el auto con Kei, yendo a la dichosa institución en la que estarían hasta la una y treinta; los nervios afloraban en ambos, y ninguno era capaz de disimularlo, incluso el chofer se dio cuenta.

—¿Estás bien, Yuu-chan? —preguntó Mika intentando mantener la compostura.

—S-Sí, solo un poco asustado... —sinceró mirándolo.

El rubio le sonrió y le tomó de la mano; se dio cuenta de que no tenía tiempo de sentirse asustado, porque Yuu ya lo hacía por ambos y era su deber mantenerlo tranquilo a toda costa.

—Estaremos bien —sonrió el más alto acariciando con sus dedos la mano que había sujetado del moreno—. Yo voy a cuidarte, Yuu-chan.

El aludido sonrió y se permitió abrazar a su dueño, logrando que los dos terminaran por relajarse.

[...]

—Chicos, vendré por ustedes a la una y cuarenta, ¿bien? —preguntó Kei al par de niños que se acababan de bajar del auto.

—Está bien, gracias, Kei-san —murmuró el ojizafiro.

Entonces Mika y Yuu quedaron de pie en la entrada de la escuela, ninguno sentía el valor suficiente para dar el primer paso; sin embargo, el rubio tomó aire y se dijo mentalmente que tenía que ser maduro.

El moreno se aferró de la mano ajena cuando él empezó a avanzar, y juntos entraron caminando hacia la escuela, recibieron miradas indiscretas y curiosas, las cuales Yuu no fue capaz de ignorar, pero que a las que el Geagles menor no quiso prestar atención alguna, pues parecía más que acostumbrado.

Al llegar dentro del edificio, ambos se sintieron un poco desorientados, pues no fueron recibidos por un docente como la nana les había dicho; estaban confundidos, pues los dos sabían el salón en donde se suponía que tenían que estar, pero no cómo llegar a él.

—Hey, ¿son nuevos? —inquirió una vocellila amablemente; el más alto se giró, ocasionando que su híbrido lo hiciera también.

—Sí, ¿te importaría decirnos dónde está el salón cuatro? —musitó el Geagles mirando a la niña.

—Ven conmigo, es mi salón también —rió ella empezando a caminar sin mirar atrás—. Por cierto, soy Scarlett Aizawa.

—Mikaela Geagles —se presentó naturalmente el ojizafiro mientras la seguía—. Y él es Yuu-chan.

—Oh, qué lindo eres, Yuu-chan —sonrió la azabache mirando al moreno, incluso hizo el amague de levantar la mano para acariciarle las orejas.

—No —gruñó el más alto parando la extremidad en el aire; los tres se detuvieron—. Para ti, se llama Yuuichirou.

Scarlett se sorprendió un poco por la actitud enojada de Mika, pero luego se empezó a reír quitando su mano.

—Está bien, lo siento —se disculpó la ojimiel—. No necesitas hacer escenas de celos por eso —continuó ella a la par que retomaba el paso—. Yo también tengo un híbrido y sé lo que se siente que alguien tome mucha confianza con él.

Tan pronto como ella terminó de hablar, llegaron al salón que estaban buscando, entonces entraron en él; las miradas de los alumnos se dirigieron a los dos nuevos que caminaron detrás de la azabache.

—Yoi-chan, ven a conocer nuevos amigos —pidió Scarlett; un híbrido de orejitas y cola castaña se levantó de una silla para acercarse a ellos—. Chicos, él es Yoichi, mi híbrido —lo presentó ella.

Los tres niños se miraron entre sí, pero era el pequeño ojioliva quien parecía estar a punto de tener una crisis nerviosa.

—Es un poco tímido, pero es muy dulce —sinceró ella jalándolo suavemente y acercándolo para abrazarlo—. Si quieren puedo presentarles al resto de nuestros amigos, así se adaptan un poco más —propuso ella.

Mika estuvo a nada de declinar la oferta, pero luego se acordó que no estaba solo, así que miró a Yuu, el cual no apartaba la vista de aquel híbrido gatito que estaba siendo mimado por Scarlett; le parecía genial encontrar otros como él, aunque también le daban ciertos nervios.

En el albergue, no tuvo buena relación con los demás, así que no sabía a ciencia cierta cómo tenía que comportarse para hacer nuevos amigos, pero quería conseguirlos.

El rubio suspiró y asintió a la chica, la cual hizo un gesto con la mano, y seguido, algunos chicos se acercaron a ellos.

—Chicos, ellos son Mikaela y Yuuichirou —espetó la ojimiel mirando a los tres infantes de pie junto a ellos—. Mikaela, Yuuichirou, ellos son Shiho, Akemi y Narumi —los mencionó uno por uno.

Los tres observaron por encima del hombro como el moreno se abrazaba al brazo del rubio, no dijeron nada más que un leve saludo, pero con sus miradas juzgaron todo lo necesario.

—¿Qué les dije sobre juzgar sin conocer, trío de tontos? —reclamó la azabache frunciendo el ceño al analizar los gestos corporales ajenos—. Mikaela, no les prestes mucha atención, a ellos solo les faltan diferentes puntos de vista.

—Y un híbrido —completó el rubio sin un atisbo de broma en su voz y con una expresión condenadamente seria que asustó un poco a los tres jóvenes niños—. Yuu-chan, ven, vamos a buscar donde sentarnos —sonrió tirando suavemente del aludido.

Scarlett enarcó una ceja ante la actitud de sus tres amigos y negó resignada.

—Ustedes tres deberían ir a disculparse, no quieren iniciar mal con ese chico ni con su híbrido, ¿o sí? —recriminó ella.

Los tres suspiraron y se preguntaron a sí mismos porqué demonios seguían órdenes de una niña; luego se acordaron que era porque a los tres les gustaba y decidieron solamente hacerle caso sin quejarse.

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Apareció nuestra amada Scarlett <3; quiero explicarles la razón por la cual me había abstenido de ponerla hasta ahora:

Resulta que he estado leyendo comentarios del fandom y todos se quejan de que hay muchos OC's en los fanfics; yo siempre trato de ser creativa e ingeniosa con los personajes, por eso decidí dejarla de lado un rato

So, eso, así que espero les haya gustado el cap :3

Bye!