Capítulo 18. Venganza es mi nombre. ⛧

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«Todo el mundo tiene alguna forma de fetiche, pero debido a que no se dan cuenta de la actividad fetichista que reina en nuestra sociedad, creen que si se someten a sus anhelos "antinaturales", son unos depravados»

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«Todo el mundo tiene alguna forma de fetiche, pero debido a que no se dan cuenta de la actividad fetichista que reina en nuestra sociedad, creen que si se someten a sus anhelos "antinaturales", son unos depravados».

La biblia satánica.

Anton Szandor LaVey

(1930-1997).

Desde la cúspide de la gran escalinata de mármol de Carrara —el punto más alto de la sala—, Satanás se dedicó a curiosear a los asistentes. Constituía su diversión favorita espiar sus movimientos, olfatearles el nivel de maldad, saborear cómo libraban los obstáculos que les ponía para probar la dureza de la pasta con la que los habían moldeado, escuchar las respuestas a sus irresistibles ofrecimientos. Y advirtió que Mathew lo observaba con ansias reprimidas, como si él fuese un trozo de tarta de chocolate y el administrador un diabético.

     Levantó la copa en señal de gratitud, pues consideraba que se merecía una recompensa por la rapidez con la que había organizado la espectacular fiesta. Comprobó que al acólito le destellaban los ojos azules mientras respondía el gesto, así que esbozó una sonrisa irónica que indicaba «mensaje recibido».

     Luego continuó con el repaso. La mayor parte de los concurrentes eran simples mortales, empresarios y estrellas de cine y de televisión. Muchos creían que Mathew Cranston representaba la máxima autoridad, solo aquellos que habían elegido la vía liberadora del mal sabían que se trataba de un testaferro. A cambio de moverse en la oscuridad y de manejar los hilos igual que un titiritero, permitía que otros tuvieran una importante cuota de poder y de gloria.

     La mayoría ignoraba que Averno  constituía el punto de reunión de los seres sobrenaturales que extendían la maldad a lo largo y a lo ancho del planeta. Resultaba más fácil de este modo hacer caer a las celebridades. Y detrás de ellas se despeñaban los admiradores y los haters, pues estos siempre seguían la estela de sangre, de dolor y de azufre. Satanás largó una carcajada al constatar el egregio y sulfuroso perfume de los pecados capitales que se concentraban allí.

Es una pobre mezcla de represión y de impurezas, pero puede causarte mucho daño. —La yogi de los famosos le clavó la vista y señaló con el índice a Brooke; esta todavía conversaba entusiasmada con el actor Clayton Miller y bailaban tan pegados que daban la impresión de que follaban—. Lo veo en su aura. Tú, en cambio, eres diferente, no perteneces a ninguna categoría. ¡No dejes que se entere de tu naturaleza! Ten cuidado, no la subestimes.

Gracias por la recomendación, Faith. —El Diablo le indicó de esta manera que había captado el pensamiento dirigido a él—. La vida ha sido dura para mí, tus consejos siempre son bienvenidos.

Ten un cuidado extremo porque hay alguien en la sala que intenta advertirle que se aleje de ti. —Las palabras le retumbaban, misteriosas, en el cerebro—. Siento su presencia, aunque ignoro quién es el traidor.

Satanás. La tentación del mal (novela terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora