Capítulo 23. Regreso al Infierno.⛧

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«¡Abrid de par en par las Puertas del Infierno y salid del Abismo para saludarme como su hermano y amigo! ¡Concededme las indulgencias de las que hablo!»

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«¡Abrid de par en par las Puertas del Infierno y salid del Abismo para saludarme como su hermano y amigo! ¡Concededme las indulgencias de las que hablo!»

La biblia satánica. Invocación a Satán,

Anton Szandor LaVey

(1930-1997).

El Diablo se hallaba próximo a perder la paciencia. Y no era que tuviese demasiada con Brooke Payton. Su irritación se debía a que le costaba un triunfo hacerle comprender que se hallaban en peligro y que debían refugiarse en el Infierno.

     Lo que más lo cabreaba era que ella había vivido parte de la experiencia y había visto las huellas de la batalla. No escondió los ceibos calcinados ni el humo que cubría la zona ni los cuerpos de los coatíes muertos ni los hoyos que se hundían en la tierra rojiza. Ni el aroma a azufre, a sangre y a savia. Solo había hecho desaparecer los restos de las brujas caídas —tal como le aconsejó Mary— porque era floja y no tenía estómago para resistir ver cuerpos descuartizados.

—Es que tú no me aseguras una fecha exacta de regreso, Stan. ¿Cómo vamos a plantar a nuestros compañeros de Entre dos pasiones? —insistía la pesada una y otra vez con una entonación aguda que lo exasperaba—. Resulta inadmisible que los tres protagonistas desaparezcan sin ninguna explicación, yo no suelo obrar así. Además, ¿estás dispuesto a perderte las clases de la academia? ¡No me lo creo! ¿Y si luego no aprobamos y debemos repetir el primer año? Sin contar con que ahora mismo mi padre y mi hermano me precisan, tampoco puedo abandonarlos.

—Tenemos sustitutos en las representaciones y tu familia te ignora ahora mismo. ¡Pareces un disco rayado! —Brooke le resultaba igual de cargante que las misas de los domingos para los que simulaban ser religiosos—. ¿Qué parte de «estamos en peligro» no te ha entrado en la cabeza?

     El Diablo iba a soltarle un insulto cuando Mary lo interrumpió:

—Creo, querida amiga, que no comprendes nuestra situación. —Su amor utilizó un tono de voz grave—. ¿Recuerdas los miedos de los que me hablaste en la fiesta de Nueva York? Por desgracia, todos se han convertido en realidad. Hoy nos han atacado y no descansarán hasta convertirnos en sus prisioneras o algo peor. Gracias a Stan hemos zafado. Pero ¿quién nos asegura que salgamos ilesos en un próximo enfrentamiento? Si no aceptas deberás cargar con nuestras muertes sobre tu conciencia.

     Efectuó una pausa y luego agregó:

—La opción que tu novio nos presenta de vivir por un período en una comunidad donde los mutantes hacen fuerza en común es la más lógica.

—Exacto —afirmó el Diablo y le echó una mirada agradecida a su amante—. Imagina la Mansión X[*]. Sé, cariño, que te encanta la saga X-men, así que hazte una idea de cómo nos divertiremos porque el funcionamiento resulta similar. Lo principal es que estaremos entre nuestros iguales y que nos defenderemos en caso de ataque.

Satanás. La tentación del mal (novela terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora