—Soy de tu misma especie.
No sabía como reaccionar.
Escapó de su hogar, casi lo asesinan, una mujer traicionó a su patria por él, conoció al príncipe y la persona que quería asesinarle es humana. Eran demasiadas emociones que afrontar en un solo día.
Aun así no sabía el porqué de las cintas.
—¿Y por qué se... Usted sabe, eso?—dijo apenado señalando el pecho de la mujer.
—Eso te lo explicaré después, tú no sabes nada acerca de los híbridos, ¿verdad?
Negué.
—Mira, hablaré con Patrick y ella te explicará todo en la mañana, pero ahora déjame dormir.
—Solo... Digame. ¿La señora Patrick, le ayudó también? Espere... ¡¿Cómo sabe que soy humano!?
Ana tapó con sus dos manos la boca del pelirrojo, para que no hiciera más escándalo.
Samuel podrá ser observador, pero es lento, muy lento.
—¡Cállate! ¡¿Quieres que nos maten?! ¿Y te percataste de eso ahora?—Samuel asintió tocando las muñecas de la mujer para que lo soltara— No lo sabía, lo intuí. Pero tú le diste luz verde a mi hipótesis. Patrick es muy compasiva.
—Ella es agradable.
—Lo es... ¿Qué haces aquí?
Se sentó en el suelo cuando ella lo hizo y poniendo su espalda en la pared prosiguió a hablar.
—Al parecer querían matarme en La Base, y de alguna forma mi madre sabía como sacarme de ahí. Lo único que sé es que estuve horas bajo tierra y después salí, y tiempo más tarde querían matarme de nuevo.
—¿Por qué querían matarte?
—¡No lo sé! Estaba tranquilamente en casa comiendo cuando ellos llegaron preguntando por mí.
La mujer rió por la expresión del pelirrojo.
—Lamento haber entrado sin permiso, señora comandante.
—Mi nombre es Ana y creo que ya es un poco tarde para disculpas, ¿¡cómo que señora!? Tengo veinticuatro.
Le sorprendió la edad ya que su cara se veía más madura.
—Oh, es joven
—Maldito niño estúpido.— le dijo.
Samuel esbozó una sonrisa. Pero no duró mucho, quería preguntar.
—Ana... ¿Puedo llamarle así?— La mujer asintió. —¿Usted conoce de antes a Alex?—muy bien, ya lo había dicho y no hay marcha atrás.
La mujer puso su rostro serio y dudoso, algo de nostalgia se posó en su semblante, pero fue momentáneo, como niebla en una montaña que al salir la luz del sol se dispersa. En cambio ahora había una expresión inefable como un pequeño rayo de molestia.
—Demasiadas preguntas por hoy, niño.—se levantó de su lugar.—Vete a dormir, mañana en la mañana vendré a explicarte todo junto a Patrick.
—¡Ah! Hablando de Patrick tengo unos documentos que me dijo que le diera. Los deje en ese mueble.
—Copiado—dijo Ana dándose la vuelta para tomarlos.
Samuel se levantó y se dirigió a la salida, viendo hacia atrás se despidió de la señorita comandante, y se fue a su habitación.
Y ya ahí el sueño le obligó a solo tirar a un lado la ropa antes sacada y dormirse por completo, olvidándose así de la enigmática fotografía.
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El Omega
Science FictionSamuel por razones que desconoce es buscado por el gobierno de La Base para su ejecución; por eso con ayuda de su madre decide escapar e ir a la Metrópolis, una inmensa ciudad amurallada autoproclamada país en donde solo habitan híbridos. Mala suer...