Samuel descansaba en el suelo de Luca, con su cabeza escarlata y menuda espalda fría por el contacto de la madera, mientras sus piernas reposaban en el escritorio y sus brazos se cruzaban sobre su pecho. Luca solamente lo miraba de vez en cuando apoyado en un closet, rebotando una pelota de tenis en la cándida pared frente a él.
—Una droga entonces—rompió el silencio el de ojos cielo.
—"No es nada confirmado aun", eso es lo que me dijeron, están escondiendo la información, tal vez porque no quieren que se difunda a los civiles.
Samuel se levantó del suelo para sentarse en el mismo—Tal vez sea muy confidencial, te ven cara de principiante y por eso no quieren compartir la información contigo—añadió sonriente.
Luca tomó la pelota que al rebotar venía hacia él y con nada de fuerza la presionó en la frente del pelirrojo, el joven dramáticamente cayó al suelo—¡Ay! —se quejó el menor.
—No me ven cara de principiante, soy un principiante. Empecé a ejercer hace tres meses.
—No tenias que golpearme—replicó Samuel. El de cabello negro se rio y le extendió la mano para ayudarle—En fin, ¡no estamos llegando a ninguna parte! Hay que averiguar más— mientras era levantado por Luca remetió.
—Tal vez ocupamos otro enfoque.
Al estar de pie, se apoyó en el escritorio—O más cámaras.
—Ni lo pienses Breench. Esta información no puede ser filtrada a terceros.
—Me duele tu desconfianza.
—¿Desconfianza? ¡Te invité a cenar a mi casa con tres días de haberte conocido! ...Ahorita que lo digo así, dios de verdad debo estar loco. Luna santa he estado solo mucho tiempo.
"Y eso que no sabes que me hice amigo del príncipe en una tarde de compras"
—No te preocupes, no tienes que sentirte mal, ¿si te fallo a quien acudiré? Estoy solo en esta ciudad, tú tienes tu familia y conocidos, yo tengo un registro por homicidio en defensa propia.—respondió con una sonrisa deslumbrante, pero después se dio cuenta que no fue un ejemplo tan apropiado— Lo que quiero decir es: no te preocupes mucho por mí, puedes denunciarme en cualquier momento, creo que soy yo el que esta confiando ciegamente en todos aquí.
—No, yo también soy muy confianzudo, de hecho, cuando tenía como siete años, una mujer intentó llevarme a "sepa dónde" por dulces. Si mi hermano no me hubiera visto, quien sabe lo que fuera de mí.
Samuel agradeció internamente que su madre fuera sobreprotectora y nunca lo hubiera dejado solo en las calles de pequeño— ¿Eras un niño descuidado Luca? Pues yo era uno travieso, una vez me trague una bolsita de té porque había visto a mi mamá tomarlo, por suerte no tuve una obstrucción intestinal o algo parecido.
Luca sacó una pequeña risa que hizo que Samuel sonriera.
—¡Yo también fui travieso de niño! Las paredes de la casa fueron siempre blancas y cuando era niño solía mancharlas mucho, con crayones, lápices-
—¡Y su mierda también!—La voz de Jeimy se escuchó por afuera de la habitación saliendo de la nada, haciendo que Samuel rompiera en una aparatosa carcajada.
—¡Jeimy!—La cara de Luca combinaba con el cabello de Samuel—¿Qué carajo quieres?
—¡MinHo compró pastel! ¿Quieren?
—¡Sí queremos, lárgate!
Samuel no paraba de reír, se encontraba nuevamente en el piso, en posición fetal mientras el aire faltaba en sus pulmones por las carcajadas.

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El Omega
Sci-fiSamuel por razones que desconoce es buscado por el gobierno de La Base para su ejecución; por eso con ayuda de su madre decide escapar e ir a la Metrópolis, una inmensa ciudad amurallada autoproclamada país en donde solo habitan híbridos. Mala suer...