Letters and exorcisms

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-¡Buenos días! Yo soy su instructora Judith, y seré una de las personas que los acompañara durante el campamento en lo que vendría siendo actividad física- Una mujer de aproximadamente veinte años, con piel morena, ojos oscuros y cabello rizado y castaño oscuro se estaba presentando frente a todos, con una gran sonrisa en el rostro.


-Yo soy Ana, seré como la directora del campamento, así que si tiene una pregunta o algún inconveniente, no duden en preguntarme.- Ella era una mujer de mas o menos la misma edad, con ojos cafés, piel blanca y pelo marrón, se le veía un poco nerviosa o tímida por hablar en publico.

-Esta preciosura que ven aquí se llama Rin, seré como una de sus maestras, así que si no me obedecen tendré que darles una regañada que te cagas.- Rin se quitó unos lentes de sol que la hacían ver mas cool, para así poder ver bien a sus "alumnos" y memorizar sus caras. Tendría como unos veintiuno, tenia una piel muy, muy blanca como para ser alguien que trabajaba en un campamento en verano, tenia cabello negro y ojos color café meloso.- Bien, ahora, los que no quieran dormir bajo la lluvia, tendrán que ir con Ana, ella les asignará una cabaña en la cual podrán alojarse junto con otros compañeros.

Todos empezaron a caminar a paso rápido hacia la "Directora" y empezaron a llenarla de preguntas, las cuales ella solo tenia pocas respuestas.

-¡UNA FILA! ¡HAGAN UNA FILA, MUGROSOS! ¡SEAN ORDENADOS!- Tras los gritos de Judith, todos se quedaron en silencio e hicieron una fila de mujeres y otra de hombres. Se aclaró la garganta.- Gracias, luego pueden acudir a mi para poder acomodar sus horarios, espero que se diviertan mucho.- Su voz dulce y gran sonrisa volvieron, mientras se iba dando saltitos hasta la cabaña de los de servicio.

-Diablos, señorita.- Dijo Matthew, haciendo reír a sus amigos... excepto a Paige, que seguía enojada con ellos por dejarla sola con el rubio.-¿Cuando se te pasará el enojo?- Preguntó en tono de súplica, haciendo que esta le volteara la cara y se cruzara de hombros.

-No se.- Sonó cortante, con voz molesta y el ceño fruncido.

-Perdónanosas, es que tu y Carmen llegaron después y nosotros ya teníamos que hacer la parejas- Explicó Rayan, a la cual no le prestó atención Paige y rodó los ojos.

-Paige.- Dijo la instructora cuando por fin era su turno.

-Bien... te tocó en Lirios.- Ana le regaló una gran sonrisa, esta se la regresó y aceptó un pequeño papel acerca del campamento.- Que tengas bonito día.

-Igualmente.- Se alejó de sus amigos y se dirigió a su cabaña asignada.

Cuando llegó se encontró con las maletas de las gemelas y con la de Carmen, sintiéndose feliz de al menos tener a alguien conocido cerca. Puso su maleta en la cama y se sentó en ella, mientras daba un largo suspiro y se tallaba la cara.

Decidió poner a cargar su celular, para luego poder lavarse la cara e ir con Judith para acomodar su horario.

Escucho com la puerta de madera se abria y luego se cerraba mientras rechinaba cuidadosamente. Alguien entró a la cabaña.

Ella pensó que sería alguna de sus compañeras, así que siguió frotando su cara hasta limpiarse con una toalla y quitar el resto del agua acumulada en ella.

Cuando salió del baño, se sorprendió al ver una cabellera castaña revisando la maleta de Blair desesperadamente, tratando de encontrar algo. Su sorpresa fue aún mayor cuando se dio cuenta que esa cabellera era de Steve, el chico que la había golpeado en la cafetería aquel día de la pelea.

-¿Que necesitas?- Preguntó la pelirosa, con cara de enojo y confusión a la vez.

La cara del chico era todo un poema, tenía expresión de susto y nervios a la vez, mientras trataba de hallar una solución a esto.

Secrets of a Sin_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora