One less problem

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Corrió dentro del lugar y sintió un cuerpo estrellarse contra el suyo, rodeandola con los brazos, dejando salir pequeños sollozos mientras apretaba su cara contra la sudadera de su hermana.

La chica se cirnió inmediatamente y lo tomó por la cintura, abrazandolo con la misma fuerza él, como si de porcelana mas delicada se tratase, con el miedo recurrente a que esta se pueda romper o rasguñar lo mas mínimo.

-Tenía miedo.- Lloró Nolan mientras se limpiaba las lagrimas.-¿Donde está ella?

Paige le miró a los ojos y trató de sonreir o al menos calmarlo con la mirada.

-Ya me encargué de eso ¿de acuerdo?- Dudando, el asintió y se tomaron de la mano mientras salían de aquel pasillo por detrás del local.

En cuanto cruzaron la puerta color verde jungla, las miradas de personas debajo de las mesas y detrás del mostrador, se posaron sobre ellos, algunos tomaban su cabeza y rezaban por que nada hubiera pasado.

-Todo esta bien, gente, pueden seguir con si vida.- Se acercó y le habló a un chico agachado detrás del mostrador.- No salgan por la puerta trasera.

***
Paige

Dirigí mi mirada al niño a mi lado, en el asiento del copiloto, que miraba por la ventana, moatrandose pensativo, tranquilo y, mas que nada, delicadamente extraordinario.

-¿Le tendré que decir a mamá?- Era la primera vez que hablaba en todo el camino, lo que me hizo ponerme nerviosa.

-Ya lo sabe.

-¿Le dijiste?

-Es un pueblo pequeño.

Silencio de nuevo.

Recordé todo lo pasado anteriormente, al tiempo que mis ojos se llenaban de lagrimas por la simple idea de perder a Nolan, de que fuera herido o hasta desaparecido.

No aguanté y deje salir una lagrima.

-Tu no... vas a dejarme ¿cierto?

Mi corazón se encogió.

Sufrió la muerte de mi padre y tuvo que lidiar con todo eso por su cuenta, así que admito que me dolió estar a su lado cuando sus noches se volvieron mas largas y sus días mas tristes, justo cuando mi madre decidió enterrarse en sus propios problemas y casi olvidarse de los nuestros... o los de Nolan.

En realidad, no podía quejarme de nada. El salió igual a mamá y yo igual a papá, eramos polos opuestos que se complementan, yo no podía vivir sin la estabilidad que el me proporcionaba y el no podía vivir sin la protección que yo le daba.

Tan distintos, opuestos y ajenos, pero la conexión que manteniamos era nuestra hermosa y extraordinaria coincidencia.

Si alguno de los dos se rendía con respecto al otro, el fin de nuestros mundos se acercaría de la manera mas rápida posible, trayendo consigo mil muertes y un pueblo muy solo.

-Nolan, tu eres mi única razón de vivir.- Lo miré de reojo, pero el ya había cerrado sus hermosos ojos para cuando yo le había respondido.- Y así seguirá hasta el fin de mis días.

Llegamos a casa y lo desperté con la voz mas delicada que pude fingir, igual que siempre.

-Oye, niño. Ya llegamos.- Le sonreí y lo ayude a levantarse.

El se dirigió a su cuarto a dormir, y yo al mio a esperar el castigo de mi madre.

Mientras tanto, estaba en mi baño, limpiando mi cara y manos cuando mi celular vibró en la mesita a lado mio.

Secrets of a Sin_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora