-Lo mataste.- Las palabras salían de la boca de Allison como si de veneno se tratase. Con puro asco y un toque de odio, pero mas que nada, indiferencia.- Deberíamos deshacernos de el.
-Ustedes encarguense de eso.- Ordenó Paige mientras tomaba un cuaderno que había encontrado dentro de la mochila de Elliot.
-¿Disculpa? Nosotros no seguimos a nadie. No tenemos nada que ver en lo que sea que estén haciendo, idiotas.- Lowell se acercó a el y quedaron frente a frente, viéndose directamente a los ojos en una competencia de miradas por ver quien era mas hombre.
-Cuando entraste por esa puerta automáticamente tienes la misma culpa que nosotros.- La pelirosa sonrió inconscientemente.- No hay camaras en un radio de cinco kilómetros. Es nuestra palabra contra la suya.
Allison dio un paso enfrente, el peso de las miradas de todos sobre ella y su expresión triunfo, puso la parte de atrás de su mano sobre el pecho de su hermano, haciendo que la miraran ambos chicos.
-Nosotros nos encargaremos de eso, Taylor.- Su mirada aun estaba sobre Paige.
-Pero...
-¿Necesito recordarte que pasa cuando desobedeces?- Lo interrumpió con un tono de voz mas duro, haciéndolo reaccionar y cambiar su expresión a enfado mientras bufaba.
-Largo todos de aqui. Necesitamos cloro, bolsas negras, cuchillos, cajas de plástico y sogas.- Taylor habló poniéndose a la obra.
-¿Para que quieren las cajas y los cuchillos? Necesitan deshacerse de el, no volverlo a matar.- El tono obvio de Carmen retumbo por los oídos de todos y le dieron la razón.
-El riñones, páncreas y pulmones son algo que se venden a muy buen precio en el mercado correcto.- Allison tenia una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos grises brillando de admiración.
-Solo denos una hora con veintisiete minutos.- Se acercó al cuerpo inmóvil de Elliot y le jaló el cabello, dejando su garganta al aire libre, con manchas de sangre y sudor sobre ella.- Repartimos las ganancias, nadie tiene por que saber de esto ¿Cierto?
-Cierto.- Paige le regalo una sonrisa tranquilizadora y se acercó a ella, rodeandola con su brazos.- Sabia que podía contar con ustedes.
Allison se tensó al instante, abriendo sus ojos de sorpresa sin responderle el abrazo.
-Bien, tienen que irse.- Se aclaró la garganta y giró la cara.- Nosotros nos ocuparemos del resto.
Salieron de la casa y se dirigieron a sus casas, en silencio, sin decir una palabra de lo que acababa de pasar, huyendo de los problemas como lo han hecho durante todas sus vidas, huyendo de las consecuencias y apartando los baches del camino.
Sabían que lo que habían hecho estaba mal, sabían que algún día todos esos problemas los atacaran poco a poco hasta matarlos lentamente por dentro.
No importa que hicieran mas adelante o si se arrepintieran, lo hecho, hecho esta y nada va a cambiarlo.
***
-La libreta esta en blanco, tiene su nombre pero ningún rastro de tinta sobre las demás hojas.- Se pasó las manos por el cabello y esperó una respuesta recargada contra la pared.
-Tal vez es solo un cuaderno, Brook. Solo un común y corriente cuaderno.- Le dio una mordida a su sándwich de paté y siguió mirando su celular, ajustando sus lentes.
-Bien, ¿Sabes que? Tienes razón.- Arrojó la libreta al escritorio y puso sus pies sobre ella, en un gesto despreocupado.- Un común y corriente cuade...
Su mirada viajó de la cara de Rayan a la de Marcie Miller, la chica con la que compartían álgebra y alguna vez las respuestas del examen de octavo grado, pero no fueron su apretada cola de caballo, sus gafas o su ropa de secretaria las que llamaban su atención, sino el libro de tapa negra que cargaba apretado contra su pecho.
Inmediatamente, dejo hablando solo a Rayan y salió por la puerta del aula, dejando confundidos a los alumnos que pasaban tranquilamente por el pasillo, que le dedicaban miradas extrañas y hasta de repulsión.
"Idiotas" pensó.
Se acercó a paso rápido a Marcie y le quitó el libro, dejándola un poco confundida y con una expresión de terror.
-¿Donde lo compraste?- Preguntó rápidamente con la vista en la tapa, era idéntico al que tenia Elliot en su mochila.
Marcie solo miraba el libro con nerviosismo mientras trataba de quitárselo.
-N...No es nada, lo compre en la ciudad.- Su tono era un poco bajo y rápido, casi hasta se pudo notar la desesperación en el.
-¿En que tienda?
-No lo recuerdo, fue hace un tiempo. ¿Podrías darmelo? Tengo que ir a francés.
-Haz un poco de memoria, necesito saber...
-¡Te dije que no lo recuerdo!- Gritó, dejando a todos en el pasillo petrificados, incluyendo a la pelirroja. Marcie Miller es reconocida por nunca levantar la voz, ni aun que la estuvieran violando.- ¡Devuélvemelo y desaparece de mi camino!- Su tono duro la dejó aun mas confundida. Ella le dio el libro con cuidado y salió del lugar a paso rápido, tomando las escaleras para llegar al tercer piso.
***
Se tomó la cabeza con ambas manos, el dolor de cabeza se hacia cada vez mas fuerte.
-Genial, eh sobrevivido otro puto día.- Fingió una sonrisa para si misma y se quitó la sudadera, quedando en una blusa de tirantes, al tiempo que se quitaba los tenis y los arrojaba al otro lado de la habitación.
Siguió con la mirada donde habían caído. Era un montón de ropa sucia, lo cual le hizo recordad que tenia que ser un poco mas higiénica y ordenada si quería seguir en este juego llamado vida.
Vio su blusa favorita, unas sudaderas, cuatro pares de zapatos y un par de pantalones, junto con unas prendas de ropa interior.
Un par de pantalones...
Se acercó a ellos y empezó a buscar en las bolsas de estos. Necesitaba buscar un poco de cambio por que le prometió a Nolan que irían a Sweet Dreams hace unos días, solo necesitaba diez dólares.
Al buscar en el segundo pantalón, sintió un papel, algo arrugado y con unas manchas de... lo que sea que fuera ese color azul. Lo sacó de este y lo miró con extrañeza, volviendo semanas atrás donde su madre dijo que había recibido una carta. Lo olvidó completamente.
Abrió el sobre y sacó un pedazo de papel, mas o menos como la mitad de una hoja blanca, con una de las orillas desgarradas, como si la hubieran arrancado, pero al parecer estaba escrita sin que nada faltara.
"Fuiste muy paciente y han pasado los suficientes años como para que sepas el secreto.
Te ama, Dylan."
A lado de esto, había una llave, una que conocía lo suficiente como para que no saliera de su mente desde la muerte de su padre.
Se tapó la boca con su mano derecha, sintiendo una lagrima pasar por sus mejillas hasta su mentón, cayendo sobre su regazo.
Tomó la llave color rosa pastel con un pequeño listón rosa al final de esta.
Reaccionó apenas unos minutos después, cuando se levantó inmediatamente y cruzó el pasillo de su casa pasando por la habitación de su madre y por la de Nolan, lo que la hizo recordar que más tarde tendrían que salir.
Entró al despacho de su padre, cerrando la puerta detrás de ella y recargándose en esta con una sonrisa.
Fuiste muy paciente
Cruzó el salón y llego a la parte de atrás de el escritorio, metiendo la llave por el segundo cajón del lado izquierdo.
Uno... dos... tres... cuatro...
Se quedó petrificada ¿En serio estaba lista para hacerlo? Había llegado demasiado lejos, ademas tuvo la ayuda de alguien, por lo que no se le hacia completamente justo.
¿En serio... lo merecía?
Estaba decidida, giró la llave a la derecha, dejando libre lo que sea que fuera a encontrarse
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Secrets of a Sin_
Horror-Yo escuche que uno de ellos fue quien se acostó con Cristine. -Yo escuche que Paige fue quien hizo desaparecer a Allison y Taylor del pueblo. -Yo escuche que Matthew cambió a Brook por alguien de su familia. -Yo escuche que Lowell se peleó con Raya...