CAPÍTULO 2

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Mi nombre es Eyra, tengo 20 años, soy de mediana estatura, delgada, rubia, de ojos azules y mi piel es blanca. Soy hija única, mi madre falleció hace unos pocos meses pero eso no fue suficiente razón para que mi padre se volviera a casar con una mujer que podría ser su hija.

Mi nueva madre no es mala, ni me levanta la mano, más bien, no intercambiamos palabra. La única vez que hable con ella fue para presentarme en su boda.

De echo no soy cercana a mi familia, mi padre no me habla cariñosamente desde la muerte de mi madre

Mi vida consiste en estar sola,o ayudar a mi padre en algunas tareas de la aldea. Pero la mayor parte de mi tiempo voy a pescar, practicar con el arco o simplemente caminar por las tierras observando el paisaje. Me gusta ayudar a las personas que realmente necesiten ayuda, es una de las cosas que me hacen feliz.

casarme? simplemente me opongo, los pocos hombres que he conocido en la aldea, o porque son amigos muy cercanos de mi padre, son egoístas, codiciosos, mujeriegos y pocos humanos, pueden estar viendo a una familia morirse de hambre y ellos comiendo tranquilamente en frente  de ellos.

En las mayorías de las noches,mi padre realiza fiestas invitando a distintas personas de otras aldeas,más de una vez tuve que esconderme para evitar esos hombres que sólo alaban mi hermosura.

Me levanté  de mi cama, comenzando a preparar el desayuno. Una de las ventajas que tenía, era que vivía sola en mi propia tienda, odiaria vivir con la nueva familia de mi padre..... extrañaba tanto a mi madre!! ella me enseñó las pequeñas y magníficas cosas de la vida,me enseñó a defenderme, a evitar a ciertas personas y a vivir por mi sola, pero  desde que se fue,se instaló un enorme vacío dentro de mi corazón, una enorme soledad en mi vida

una enorme tristeza

-señorita.....- entró la esclava de mi padre -su padre ha regresado de su viaje, y me ordenó que su esposa vaya a su tienda- informó

-esta bien,le avisaré- acepte

la mujer se fue

por supuesto que mi nueva madre no estaba aquí, pero sabía perfectamente donde se encontraba.

Termine de desyunar, saliendo de la tienda.

camine entre las personas de la aldea que comenzaban con su trabajo habitual, llegue hasta una de las tiendas entrando en ella

-madre.....- pero me quedé muda al encontrarla en compañía de otra persona

un hombre

un hombre que sólo llevaba sus pantalones puesto dejando al descubierto su torso perfecto, provocando un sentimiento extraño dentro de mi

no me encantó, pero tampoco me desagrado

Sus ojos se encontraron con los míos, creando una inexplicable conexión.

Baje la vista

-mi padre la esta buscando- le informe

y salí de la tienda lo más rápido posible.

Suspire, como si nada hubiera pasado y me dirigí a un gran establo donde guardamos el maiz que cosechabamos . Tome una canasta, colocando algunas espigas

-una mujer tan bella no debería trabajar tanto- soltó Einar, un encantador ansiano que se encargaba del cuidado de los animales

-si no lo hago yo, no creo que mi padre haga este trabajo- sonreí, juntando más espigas

-puede hacerlo cualquier guerrero- justificó, mientras me ayudaba

lo mire

-la mayoría falleció en el último ataque que tuvimos que enfrentar, y los que quedan están aún heridos,sin contar que hay muchos ya viejos.  Presiento que si nos vuelven a atacar, nos conquistaran con facilidad.

además.... quien atendera a los animales?- sonreí

Einar sonrió

-eres una persona magnífica,la mayoría de las jovencitas como tu sólo piensan en permanecer bellas y casarse con un gran futuro jefe- confesó

cargue la canasta sobre mi cabeza

- no soy como las demás jóvenes, esta aldea necesita de mi. No dejaré que se venga abajo, mi madre trabajo mucho por ella y pienso hacer lo mismo- confesé

-eres una mujer muy valiente, yo estoy demasiado viejo, sino te ayudaría- dijo

Sonreí

Salí del gran galpón, encaminandome hacia los pocos animales que nos quedaban. Les di de comer

La mayoría de nuestro ganado fue robado, o llevados durante la guerra, pero no permitiré que los pocos que nos queden se terminen muriendo de hambre.

si es necesario, sembrare sola todas la tierras para darle de comer a los animales, y a la aldea.

Mi madre trabajo mucho para tener lo que teníamos, mi padre sólo se dedicó a gastar todo, a crear guerras innecesarias y a serle infiel a mi madre todas las veces que podía.

Al llegar la noche, permanecí en mi tienda mientras la fiesta de afuera se volvía más ruidosa. Mi padre invitó a sus amigos ante su llegada.... como siempre....

me dirigí a la cocina por un poco de agua

-maldición! No hay agua!- me dije

tome una cubeta saliendo de mi tienda

camine entre las personas, la mayoría borracha. Llegue hasta un enorme estanque que contenía agua, cargado mi cubeta

-tu debes de ser eyra,la hija de Haakon- soltó una voz masculina detrás de mi

mire detrás de mi, encontrándome con esos ojos verdes que no paraban de observarme. Los mismos que me miraron cuando lo encontré junto a la nueva esposa de mi padre

llene la cubeta, sacandola del estanque e ignorando a ese cavernícola

- mi nombre es ivar Ragnarsson, soy de una aldea que se encuentra a una poca distancia de aqui- se presentó

levanté la cubeta, dispuesta a marcharme

sólo que el tal ivar se colocó en medio de mi camino

cansada, alce la vista, encontrándome con sus ojos

-con respecto a lo que vio esta mañana... yo....- empezó a hablar

no me pude contener así que empecé a reir

- que es lo que le causa gracia?- preguntó, confundido

me acerqué un poco a él

-cree que es el primer hombre que veo en compañía de mi madrastra? no necesito que me de sus explicaciones, señor, ya que no será el primero ni  el último que pase por la tienda de esa mujer- le dije, alzando mi cabeza

y así como vine, pase a su lado,marchándome de allí.








IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora