CAPÍTULO 3

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- no puedes padre- me opuse rotundamente -esas personas de allí afuera se están muriendo de hambre y a ti sólo te interesa tus "amigos "??- pregunté, enfadada

Estaba harta. No podía creer que mi padre me estaba haciendo esto, eran las personas de SU aldea la que estaban sufriendo! debíamos comenzar con la siembra y a él sólo le interesa una maldita fiesta!

- no me hables así!- me enfrentó, mi padre

apretó sus manos en un fuerte puño haciéndome saber que se estaba enfadado por mi manera de tratarlo

-cariño.... debes calmarte, tu corazón está latiendo muy fuerte- acotó mi madrastra, colocandole una mano en su hombro

son el uno para el otro. Aún no pude perdonarlo por casarse luego de la reciente muerte de mi madre.

amor? ellos no se aman, si se amaran no estarían buscando placeres en otras personas. Si, así es... los dos.

-mamá estaría muy decepcionada si vería lo que está sucediendo ahora- achique mis ojos tratando de reconocer que ese hombre era mi padre

sentí en mi pecho una angustia, dolor, al plantearme la cruda verdad.  El era mi padre

- no metas a tu madre en esto! ella ya esta muerta!- gritó, sin una gota de dolor en sus ojos

Trate de contener las lágrimas que amenazaban con salir,levantando  mi cabeza con orgullo

Se que mi padre jamás quiso a mi madre. Jamás la amo

no, como yo la ame

Su matrimonio fue arreglado con el cerdo de mi padre, fue sometida a sus asquerosos brazos dando como resultado a una niña que amo más que a su vida. Mi padre la humillaba de todas las formas que existen, mientras que ella tan sólo luchaba por mantener esta aldea en las mejores condiciones posibles, ayudando a sus habitantes y luchando junto a ellos. Mientras que mi padre tan sólo se acostaba con cualquier mujer con lindas piernas

Ella, jamás fue feliz porque el era un asqueroso mujeriego.

-eres el ser más despreciable de esta tierra- murmure entre dientes, mientras apretaba mis manos

Se lo dije, por primera vez en mi vida me enfrente a él. Ya no lo soportaba más.

Mi padre, un hombre de unos 50 años, pelo canoso, gordo y con una gran barba, ser acercó a mi. Podía notar la furia en sus ojos azules... y de un movimiento me dio una fuerte bofetada en la mejilla derecha, seguida de otra en la mejilla izquierda haciéndo que termine en el suelo.

Sin embargo,no llore

- no me vuelvas a hablar así!- ordenó, furioso

Mi madrastra, se aterro al ver a mi padre levantarme la mano,me miro con algo de lástima, pero luego sus ojos se centraron en un punto vacío que se encontraba en la entrada de su casa

o eso es lo que yo creía...

- lo.. siento.... creo que he interrumpido algo- murmuro una voz masculina,arrepentida.

Me puse de pie, sin quitar mis ojos de mi padre

- no no no! No es así! anda! pasa amigo!- negó mi padre, invitandolo a su casa

amigo.... apuesto a que es igual a él...

Baje la vista, sintiendo esa presencia masculina pasar a mi lado. Mire a un costado, curiosa por saber de quien se trataba, y allí me encontré con el tal señor ivar. Sus ojos se encontraron con los míos, examinando mi mejilla colorada.

Desvíe mi mirada hacia la de mi padre

-con permiso, padre- fue lo único que pude pronunciar antes de retirarme de allí

Me encamine rápidamente hacia el granero ignorando las miradas de los demás habitantes. Al entrar, tire lo primero que había a mi paso para luego tomar asiento a un costado del granero.

Escondi mi cabeza entre mis brazos dejando salir un leve suspiro de dolor

Al llegar la noche, decidí comer en mi tienda, no quería salir afuera donde mi padre estaba reunido junto a sus amigos.

-señorita...- llamó mi atención la mujer que preparó mi comida - se que debería hablar con su padre pero, sinceramente, no creo que él me escuché- negó,con tristeza

la mire

- que sucede?- le pregunté

- Es mi familia,señorita- respondió -tengo un hijo de 5 años al cual no puedo alimentar, mi esposo esta aún herido luego de la reciente guerra por lo que le es imposible salir a casar- confesó, bajando su vista mientras unía sus manos lentamente - se que estamos pasando por un momento difícil, pero le pido tan sólo algo de comida- rogó

Mi vista se dirigió a mi plato repleto de comida. Lo tome y se lo entregué

-ohh! No señorita! es su comida, no podría aceptarlo- negó

Sonreí

- no te preocupes, seguramente yo podré comer algo mas tarde.  Toma esta comida y la que haya en la cocina, llevasela a tu familia y cenen junto esta noche mientras que yo pensaré en el mañana- le ordene

la mujer me abrazo para luego salir prácticamente corriendo de mi tienda

miles de personas deberán estar igual que ella, debo hacer algo.

Esa noche no dormí y no era precisamente por la música que había afuera, sino porque me quedé pensando toda la noche alguna solución para las personas de esta aldea.

Si mi padre desea derrochar la poca comida que hay en sus invitados, no se lo permitiré.

Esa noche,decidí que iba a robar aquella comida para dársela a los que realmente la necesitaban

así es,le iba a robar a mi padre.

A la mañana siguente, puse en marcha mi plan aprovechando que todos estaban dormidos.

Me encamine hacia una de las tiendas que mi padre guardaba su comida, derribe a los guardias que se encontraban en la entrada por si algún pobre habitante quisiera robar y tome toda la comida que había llevándola a mi tienda. Cuando termine, mire con orgullo la comida y sonreí

-muy bien, es hora de entregarle la comida a las personas- me dije a mi misma

Así que de a poco, fui casa por casa dejando una bolsa con frutas y comida en la puerta de las mismas para que pudieran mantenerse por algunos días mientras mi alocada cabeza pensaba otra idea para ayudarlos.

La que sea

IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora