CAPÍTULO 20

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Cuando los primeros rayos de luz me obligaron a abrir mis ojos, salí de la tienda como todas las mañanas.

No pude pegar un ojo en toda la noche,así que debo lucir terriblemente cansada. ¿La razón?. No era una sola. Era como si todo lo que me pasó en el día se hubiese acumulado dentro de mí, a tal punto de hacerme estallar. Estaba cansada.

Primero, mi padre. Si es que lo puedo llamar así. Me amenazó con hacer miserable mi vida, más miserable de lo que ya es. Porque resulta que para el señor, la muerte es algo fácil. ¿¡Mi propio padre!?.

Luego está el echo de que cometí el gran error de mi vida. Jamás me imaginé que yo misma podría haber llegado tan lejos.

Jamás imagine tentarme con la fruta prohibida. Con ivar.

Aún no entiendo cómo fue que reaccione de esa manera tan irracional. No entiendo porque lo besé. Aunque..... una parte de mí me decía que todo fue su culpa. De seguro que él o sus palabras hicieron algún extraño efecto en mi para que cometiera semejante locura. Él me provocó. Ya que es un experto en levantar faldas, es más que probable que haya querido levantar la mía.

Pero la otra parte. La más racional. Me decía que fui yo la que lo provocó. Que fui yo la que desencadenó todo ese desastre.

Y lo peor de todo esto, es que aún no encontraba el coraje que necesitaba para poder mirarlo a los ojos. Porque es más que seguro que no me podré esconder de él por siempre. Algún dia tendré que enfrentarlo......

Me detuve en seco,cuando mis ojos se encontraron con esa escena.

Sentí como si mí corazón se partiera o fuese atravesado por una enorme daga.

Me sentía desilucionada.

Humillada.

-¿Cómo pudiste...?- susurre.

Allí estaban.....

Él señor ivar y la señorita Lena, besándose como si se acabará el mundo.

Se que no debe importarme. Se que no tengo el derecho de reprocharle nada. Pero mi corazón me decía lo contrario.

Di media vuelta, agradeciendole a los dioses de que no se hayan percatado de mi presencia. Sino no sabría como reaccionaría.

Y me aleje.

Ahora lo entendía todo.

Ivar sigue siendo el mismo de siempre. Y cómo no logró conseguir de mi lo que anhelaba, se fue a buscarlo a otra parte.

Soy una idiota.

Ivar

¡maldición!.

Mis manos la empujaron,para alejarla de mí.

No entiendo porque hizo eso. No entiendo porque me besó.

-¿Qué sucede?- preguntó, confundida ante mi rechazo -¿Acaso la víbora de Eyra te hizo perder la razón?- soltó, llamando mi atención.

¿Lo habrá echo?.

La tomé de las muñecas,apretandolas más de lo que debía hacerlo. Me enfurecia que trate a la señorita Eyra se ese modo.

Me enfurecia que alguien el haga daño.

-¡cuida tus palabras!- me enoje - No la vuelvas a llamar así-

Lena sonrió, con incredulidad.

- No puedo creer que la defiendas- sus ojos viajaron de un lado hacia el otro, recorriendo mi rostro.

Solté su mano,como si fuese un veneno.

IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora