CAPÍTULO 22

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Di media vuelta, y avance en dirección opuesta. Donde se encontraba el señor Aren. No podía dejarlo en el estado en que se encontraba. Necesitaba que alguien cure sus heridas.

Además,yo necesitaba pensar.

No podía afirmarle al señor ivar que yo también lo amaba,porque ni yo misma sabía que sentía por él.

Al llegar,lo vi acostado sobre el suelo. Me acerqué,colocando uno de sus brazos alrededor de mi cuello, de modo que lo pueda levantar del suelo y llevarlo hasta la aldea donde lo curaria.

Al parecer los golpes del señor ivar fueron muy fuertes, debido a que el señor Aren estaba muy mal herido.

Hice fuerza, para poder levantar al pesado señor Aren. No podía. Intenté una vez más,y esta vez lo pesado se volvió más liviano. Hasta que el señor Aren terminó de pie.

Mire al costado, encontrándome con el señor ivar y con el brazo de Aren alrededor de su cuello.

Me había ayudado.

Sus ojos se encontraron con los míos. Penetrandome con ese verde fugaz de su mirada.

- Si piensas que te dejaré a solas con este aprovechado, estas equivocada- recalcó cada una de sus palabras.

Y sin decir una palabra más, comenzamos a avanzar por el bosque con el pobre señor Aren herido.

Mi cabeza parecía que iba a explotar.

Él silencio que ocupó el espacio entre los dos, desató miles de preguntas.

Miles de confusiones.

¿ivar enamorado de mi?. ¿Cómo puede ser?. ¿será mentira?. ¿Será uno de sus trucos mujeriegos?.

¡Por todos los dioses!. Todo era tan confuso.

Jamás esperé despertar el amor en el corazón de un mujeriego como lo es el señor Ivar. ¿Cómo quiere que le crea cuando lo he visto con mujeres distintas?. ¿Es verdad que me ama?.

Luego de unos instantes. Dejamos al señor Aren sobre la cama de ivar. Ya que él mismo se ofreció en curar al señor Aren. Sabía perfectamente que lo hacia para no dejarme a solas con el señor Aren.

Estaba celoso.

-¡ayyy!- se quejó el señor Aren al depositarlo sobre la cama.

-buscare algo para curarlo- advirtió ivar, desapareciendo.

Yo,ayudé al señor Aren a sentarse sobre la cama.

-diablos....Me duele todo el cuerpo- se quejó.

-lo siento, todo fue mi culpa- lo miré.

- no es verdad,señorita. La culpa fue del señor ivar. Fue él quién nos interrumpió- me miró - no sabía que ustedes eran... algo-

- No somos nada- aclaré, una vez más.

Los ojos del señor Aren, recorrieron mi rostro de un lado hacia el otro, buscando indicios de que le estaba mintiendo.

-la forma en la que el señor Ivar reaccionó, me demuestra lo contrario. Señorita- confesó.

- Está usted equivocado- negué - El señor ivar y yo, no somos nada- me puse de pié. Ofendida.

-lo siento.... no quise dudar de su palabra- se lamentó -la verdad es que jamás vi así al señor ivar por una mujer.... es por eso que creí que había algo entre ustedes...-

No lo hay.

¿o si?.

Estaba tan confundida que ya no sabía que pensar.

IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora