CAPÍTULO 21

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Sus labios, comenzaron a moverse sobre los míos, lentamente. Eran fríos y sin sentimientos.

No sentía nada.

Nada que no fuese su respiración chocar con la mía. Nada que no fuese su aliento mezclarse con el mío.

De pronto, más de lo que esperaba, sus labios se alejaron de mí. ¿Acaso no le habrá gustado mi beso?. Tal vez no sintió nada, como yo.

Tal vez no fue ese beso que tanto esperaba.

Abrí mis ojos lentamente, armandome de valor, para encontrarme con lo que sería la desilusión de su mirada.

Pero no lo vi.

No estaba en frente de mí.

¿Se habrá ido?.

Baje la vista, encontrándome con el señor Aren en el suelo, pero... lo que más llamó mi atención,fue la persona que estaba sobre él, golpeandolo sin piedad alguna.

Ivar.

-¡para!- grité,acercándome a ellos -¡ivar! ¡PARA! ¡LO VAS A MATAR!- volví a gritarle para llamar su atención.

Cosa que no logré.

Mi pecho se oprimio al ver sangre salir de la nariz del señor Aren. Lo iba a matar.

Ivar parecía fuera de sí.

Cada golpe que daba parecía ser más fuerte que el anterior. Sus nudillos sangraban, pero aún así,no se detenía.

-¡POR FAVOR!- grité con todas mis fuerzas, sintiendo como mis ojos picaban debido a la angustia -¡DETENTE! ¡IVAR!-

Y mis palabras tuvieron efecto en él, deteniendolo.

Agarró del cuello al señor Aren. Furioso. Pero al menos, dejó de golpearlo.

-si la vuelves a besar.... si la vuelves a tocar o mirar- habló, con voz fuerte y amenazante -te mataré- aseguró.

Se puso de pié, limpiandose la cara con sus manos. Yo,sin dudarlo, me acerqué al señor Aren que parecía estar cerca de su funeral. Aún no podía creer toda la furia que poseía el señor ivar. Jamás lo había visto así.

Y me daba miedo.

-¿se encuentra bien?- le pregunté al señor Aren,ayudándolo a que se sentará.

-si.... No se preocupé. Estoy bien- soltó haciendo muecas de dolor mientras se sentaba.

Por todos los dioses. Este hombre debería de ser muy fuerte o estar acostumbrado a los golpes del señor ivar para poder sentarse sin quejarse demasiado.

Estaba por mirar,para luego curar, las heridas del señor Aren, cuando una fuertes brazos me levantaron del suelo, y comenzaron a tirar de mí para alejarme. No necesitaba levantar la vista para saber de quién se trataba.

-para....- le pedí.

Pero al parecer no me escuchó o me ignoró porque seguía tirando de mí.

Voltee para mirar detrás de mí, comprobando que nos alejabamos más y más del señor Aren. Hasta que luego de unos pasos más,lo perdí de vista.

-¡detente! ¡el señor Aren esta herido y necesita de mi ayuda!- le grité, mientras trataba de zafarme de su agarre.

Traté de quitar su mano de mi muñeca. Pero fue en vano. Su fuerza era mayor que la mía. Pero al menos,logré que se detuviera y me enfrentara con la mirada.

- Eyra... ¡ese hombre te estaba besando!- soltó molestó mientras que su dedo señalaba detrás de mí.

Traté,un vez más,zafarme de él, pero al no lograrlo, me di por vencida y lo miré.

-Yo no me opuse a que me besara- levanté mis cejas. Desafiandolo.

Lo único que deseaba en esté momento era zafarme de su agarre para salir corriendo a ayudar al pobre señor Aren. Pero algo me decía que el señor ivar se opondrá.

- Eyra...- suavizo su tono de voz -No me digas eso...- suplicó.

Se acercó más, tratando de que su respiración se regularizara debido al enfrentamiento y la explosión de ira que experimentó hace unos instantes atrás.

Me aleje.

-sueltame- le pedí.

Y toda la armonía que había logrado reunir se esfumó para dar paso a la furia. Sus ojos detellaban enojó. Su mandíbula estaba tan apretada que por un momento pensé que se le partiría. Sus labios formaron una mueca de disgusto y su agarre se volvió más fuerte. Ahora si que no podía escapar.

-¿¡Es para irte con ese idiota!? ¿¡eso es lo que quieres!?- Estalló.

La furia comenzó a apoderarse de mí. Ahora éramos dos los que estábamos enojados.

¿¡Qué se piensa que es para tratarme así!?. Ya tenía suficiente con soportar los gritos de mi padre, para que ahora sea él quién me grite.

Sin una razón.

-¿¡Por qué no me quieres dejar ir!?. ¡No ves que es ridículo el echo de que te hayas enfrentado así al señor Aren!. ¡EL SÓLO ME ESTABA BESANDO Y YO LE CORRESPONDÍ!- estalle.

Su enojó aumentó.

-¡MALDICIÓN EYRA!- gritó -¡YO,TE AMO!-

¿Qué?.

¿Amor?.

Y el silencio se mezcló con nuestras respiraciones agitadas. Su vista se clavó en el suelo,mientras que su ceño se apretaba en muestra de un debate consigo mismo.

Yo, estaba tan confundida.

Una parte de mí me gritaba que lo besé allí mismo. Pero... la parte más racional, me decía que era mentira. No podía amarme.

Los mujeriegos no aman.

¿Acaso se piensa que soy tan idiota para creerle,cuando estaba besándose con Lena?. No, si él me amara,jamás hubiera besado a Lena.

- No...- llamé su atención nuevamente hacia mí -Tú, no me amas- negué varias veces con mi cabeza -Ivar, te vi besando a la señorita Lena. No puedes decirme que me amas, cuando....- dije,pero sus cálidas manos sobre mis mejillas, me dejaron sin palabras.

- No, cariño....- soltó, adolorido. Mientras su frente chocaba contra la mía -yo no la besé,creeme- suplicó -necesito que tú,me creas-

-Ivar....- susurre. Confundída.

Cerré mis ojos, percibiendo su fragancia. Aquella que lo delata. Percibí el calor de su respiración chocar contra mi rostro.

Sus palabras impulsaron los latidos desbocados que mi corazón daba.

Quería creerle.

Pero la falta de confianza, me provocaba esa inseguridad que me hacía rechazarlo.

Estaba tan confundida.

No estaba segura de su amor por mi, por más de que me lo haya confesado.

Él beso que presencié, era motivo de esa desconfianza. Por más que él haya afirmado que no la besó. No sabía si era verdad o no. Yo no estaba allí cuando eso sucedió.

Mis manos se posicionaron sobre sus manos,para tratar de alejarlas.

Debía alejarlo de mí.

Su cercanía me hace vulnerable.

Pero sus manos, se mantuvieron fijas sobre mí rostro. No quería alejarse.

- No....Por favor, Eyra- suplicó una vez más - No me rechaces. No soportare el echo de que tú, me rechaces- susurró, buscando mis labios para adueñarse de ellos.

Pero jamás lo hizo.

Me aleje de él, encontrándome con su cara de dolor. Tenía su ceño apretado y sus ojos me miraban con angustia.

Con derrota.

Me encontré con un ivar que jamás vi en mi vida.

Me encontré con un mujeriego, con corazón.

IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora