CAPÍTULO 24

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Un mes después.....

-¡Eyra!- entró Einar un poco agitado a mi tienda.

Eso sólo significaba una cosa: problemas.

-¿Qué sucede?- pregunté, poniéndome de pié.

-hay un animal dentro de la cosecha- informó.

Maldición.

Lo único que faltaba.

Con lo difícil que fue cosechar, ahora hay un animal dentro de ella, comiéndose todo.

-Lo iré a sacar- salí de mi tienda.

-Eyra, llamaré algunos hombres para que la ayuden- salió corriendo Einar hacia el lado opuesto.

Caminé, dando grandes zancadas, en dirección a la cosecha. Con lo difícil que fue lograr que creciera algo, ahora resulta que hay un animal destrozando todo.

Así es.... tenía una gran cosecha, con la que esperaba obtener grandes beneficios de ella. Las personas de la aldea, ya no tenían tanta hambre. Se encontraban más fuerte y sanos.

Desde la muerte de mi padre, todo cambió.

Mi vida cambió.

La aldea cambió.

Ya no se hacían fiestas como las que mi padre solía hacer. La esposa de mi padre, se fue con el primer idiota que se le cruzó,y ese fue,el señor Gilsi. Ahora entendía porque jamás me iba a pedir que me casé con él. Eran tal para cual.

La aldea, volvió a ser la que era, antes de que mi madre falleciera. Las personas se encontraban felices. Había niños corriendo y jugando. Algunos artesanos volvieron a abrir sus tiendas, los herreros volvieron a trabajar y los guerreros volvieron a practicar.

Se podía decir que todo era perfecto. Sólo faltaba una cosa.

Mi felicidad.

La que nunca logré hallar. Por más que lo intentará.

Y algo me dice que jamás la obtendre.

Cuando mi padre falleció, una parte de mi se alegró tanto, que temí por esos pensamientos.

Se que no fue el padre perfecto.

Jamás lo fue.

Pero era mi padre, y por más cosas malas que haya echo, lo seguía siendo.  Así que me dolió su muerte.

Empecé a caminar entre el maíz, buscando al endemoniado animal. Sólo esperaba que no haya dañado al maíz. Porque de lo contrario, mataría a ese animal.

Me tropecé con algo que había en el suelo, terminando por estrellarme en el suelo.

-¡maldición!- grité.

Me volví a poner de pié, limpiando mi vestido.

Caminé nuevamente,hasta toparme con el animal.

Apreté mis manos, llena de odio, al verlo que estaba disfrutando de mi maíz.

Juró que lo mataré.

-¡allá!- gritó uno de los hombres señalando al animal.

Y en tan sólo unos instantes, varias personas salieron corriendo en dirección al animal para agarrarlo.

-se molestará más si le digo a quién le pertence- murmuro Einar a mi lado.

-de seguro que es de Aren....- murmure. Molesta.

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Tiré y tiré del animal para llevarlo de vuelta a donde debe de estar.

IVAR: Un mujeriego con corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora