Me encontraba sentada en medio del bosque como la mayoría de las veces. Era como un refugio para mí.
Suspire,cansada,de pensar tanto en el señor ivar.
Como lo he pensado en estos últimos días.
Tenía miles de preguntas.... miles de dudas.
Quería saber cuál fue el motivo de su alejamiento.
Quería saber si estuvo con alguna otra mujer en estos largos días.
Quería saber porque estaba tan enojado conmigo cuando en realidad soy yo la que debe de estar enojada con él.
Quería saber porque me prometió amor para luego salir huyendo.
-vaya....¿A que se debe esa tristeza?- preguntó esa voz que me ha acompañado en estos duros meses.
Alce mi vista, encontrandome con su cálida mirada.
-Aren....- susurre.
Se sentó a mi lado, mirando un punto lejano.
-¿me lo dirás?- insistió.
Sonreí.
- Es por la cosecha- mentí.
-¿sabéis lo difícil que es que luego de un largo viaje, llegué hasta aquí y te encuentre así en lugar de una gran sonrisa en tu rostro?- sonrió.
Baje la vista, mirando el suelo.
Aren tuvo que viajar por unas largas semanas hacía sus tierras, al parecer algunas cosas no iban bien.
-Lo siento....- me disculpe.
Sus manos se envolvieron alrededor de mi espalda, para luego acercarme a su cuerpo. Se que estaba haciendo todo lo posible para que me encuentre bien, pero no lo estaba logrando.
Una parte dentro de mi se sentía vacia. Como si alguien se hubiera ido dejando un gran ahujero dentro de mí. Y ese alguien era ivar.
-¿Qué dirías si te invitará a una fiesta?- me preguntó.
Levanté mi vista, encontrandome con su gran sonrisa.
-prometo que no son como las de tu padre. Es una fiesta de un amigo que ha regresado de un gran viaje,al parecer ha saqueado muchas cosas valiosas- comentó.
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-¿vamos?- preguntó Aren, tendiendo su mano.
Miré por detrás de él, observando una gran fiesta. Dicha fiesta, estaba muy alejada de mis tierras, tuvimos que viajar por todo un día completo.
Mis ojos viajaron hasta detenerse en la mano de Aren, que aún aguardaba por mí.
Asenti.
Quería sentirme bien por una vez en mi vida. Quería disfrutar de algo y quería que está amargura desaparezca de mi corazón.
Pero algo me decía que eso era imposible.
Aren no me mintió, la fiesta era distinta a las que solía realizar mi padre. Era más decente y alegré. Conocí a algunos de sus amigos, pude establecer una conversación con algunas mujeres y hasta una pequeña sonrisa se plantó en mis labios.
Estaba hablando con un grupo de mujeres, pero no estaba escuchando la conversación, mis ojos estaban fijos en Aren. Estaba sonriendo mientras hablaba con sus amigos.
Y en ese instante.... sucedió lo que más temía. El rostro de Aren se transformó en el atractivo rostro de ivar. Estaba sonriendo, con esa gran sonrisa que sólo él posee.... luego, su mirada se cruzó con la mía, penetrando mis ojos con la intensidad de los suyos.
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IVAR: Un mujeriego con corazón
Romantizmél, tenía el corazón roto ella, no pensaba que tuviera uno él, sentimental ella, fría como la nieve dos polos opuesto un amor que florecera