CAPÍTULO 3
Nathan esperó agazapado a que sus padres se encerraran en la habitación para discutir.
Desde el sábado no paraban de hacerlo y llevaban una semana de eso, por norma general jamás peleaban frente al menor.
A una parte de Nathan aquello le parecía ridículo. No tenía 5 años como para que lo engañaran, las cosas en la familia Harrel estaban tensas, no era como si pudiera disimularse facilmente el clima frío que había reinado toda la semana entre aquellas paredes.
Sin ir más lejos, esa misma mañana Jack se había ido al trabajo en su propio coche, lo que era ridículo considerado que Bill y él trabajaban juntos.
Tenían una constructora, su padre Jack era ingeniero civil, mientras que Bill era el joven estudiante de arquitectura del que se había enamorado en sus primeros años como profesor de universidad.
En lo personal, Nathan no había convivido demasiado con sus padres en sus primeros años, sin embargo en los 11 años que llevaba viviendo con ellos, jamás había visto una pelea tan grande entre la pareja y sospechaba que gran parte de todo el asunto era su culpa.
¿Y si sus padres se separaban?
Sintió un nudo estrujar su estómago.
No quería que sus padres se separaran. Que por muchos celos que pudiera tener de la relación de sus padres, no quería arruinar su matrimonio. Aunque nunca lo admitiera en voz alta y soltara algún que otro cometario ácido cuando se ponían en plan cariñoso, a Nathan le gustaba verlos siendo melosos el uno con el otro. Ellos resplandecían juntos, parecían especialmente hechos el uno para el otro y todo eso ... Nathan siempre los había visto como el gold standard de los matrimonios.
No, definitivamente no podía imaginarse a sus padres pelando.
Hasta pensó en disculparse, aunque no estaba muy seguro de por donde debía empezar.
Esa mañana había fingido beber el café que Billy le preparó mientras observaba las ojeras en el pelirrojo.
Bill le había sonreído haciendo que aquellas pequeñas arruguitas que comenzaban a marcarle el rostro aún jovial se hicieran más notorias.
El joven arquitecto intentaba tranquilizarlo y por muy ridículo que sonara, eso hacía que todas las alarmas de Nathan se encendieran.
Tal vez, solo tal vez sí se hubiera pasado de la raya esa vez...
Esperó a oir los primeros cuchicheos y salió por la ventana de su cuarto usando la enredadera como escalera.
No era la primera vez que huía de un primer piso, por norma general le gustaba meterse en más problemas de los que era capaz de salir.Era algo así como una energía por encima de él que lo obligaba a hacer estupideces de las que después se arrepentía.
Suspiró.
Para esa época del año en las calles de Chicago comenzaba a levantarse el aire de otoño y por la noche hacía frío, se subió la capucha de su cazadora y se calzó los auriculares dejando que la música compitiera con el ruido de su cabeza.
Casi sin darse cuenta, sus pasos lo llevaron hasta la casa de Joe.
Su mejor amigo vivía en la típica casa americana de la verja blanca, lo único que le faltaba era el golden en la puerta hasta tenía una bandera apostada cerca de la puerta.
Típico y estúpido chico americano. Nathan estaba molesto. Muy molesto de hecho. Joe lo había ignorado toda la semana, después de huir de su casa, apenas si le había dejado un mensaje y no había hecho ningún otro intento por comunicarse con él. Volvió sus ojos a la fachada de la casa. Las luces a esa hora aún estaban encendidas y no pudo evitar preguntarse qué demonios estaría haciendo.

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D.R.E.A.M (Gay +18)
Roman pour AdolescentsNathan es un chico con un pasado traumático que desea olvidar, su vida está turbada por las pesadillas, su carácter autolesivo y su adicción a las drogas. Joe está enamorado de su problemático mejor amigo. Nathan no es bueno para él, ambos lo sa...