"Voy mejor solo..." Nathan repitió esas palabras un par de veces en su cabeza.
Aquello era cierto, ¿no?
Caminó hasta el viejo despacho del director, donde Morgan McGraw lo miraba con ese aire cansado de quien odia su trabajo. No era un mal hombre, que va, Nathan sabía que no quería castigarlo, de hecho, el hombre era conocido por hacer la vista gorda a casi todo lo que pasaba.
-Un inicio de clases movido. -Comentó viendo el expediente del muchacho.
Vaya que sí. No se hacía una idea, pensó Nathan, ni siquiera se molestó en sentarse en el banco frente al escritorio del mayor, lo conocía lo suficiente para saber que ninguna de sus "intervenciones" duraban más de unos pocos segundos.
Nathan se encogió de hombros, pero no dijo nada, la única regla para salir rápido de aquel cuarto era mantener la boca cerrada. Había pasado tantas veces por aquello que ya se sabía de memoria el libreto.
El viejo director abrió un cajón de actas y tras anotar un par de cosas, lo giró para que el castaño firmara.
Segundo llamado de atención en lo que iba del cursado y castigo, luego venía suspensión.
Hasta entonces había conseguido que lo expulsaran de dos colegios antes de establecerse en Corliss, la primera estaba seguro de que no se la había merecido, la segunda... puede que sí se lo mereciera, pero en cualquier caso, la falta de empeño en sus actividades por parte del director de Corliss le había supuesto cierta estabilidad académica que se había esforzado por mantener.
Ser bueno en deportes también le había valido de inmunidad ante sus pequeños "deslices" con las autoridades del colegio, pero ahora que había conseguido que lo expulsen del equipo, dudaba que al hombre le importara darle una patada en el trasero y mandarlo a la china.
-tienes que ir a ver a la orientadora. -Le dijo sin levantar la vista.
Nathan ya lo sabía.
20 minutos después se encontraba parado frente a la puerta de la psicopedagoga del colegio, al entrar lo recibió una pequeña oficina acogedora, llena de panfletos sobre el bullying, universidades, sexo seguro y todas esas mierdas que creen pueden meter en la cabeza de los adolescentes a base de poster pegados en las paredes que nadie lee.
Detrás del escritorio estaba aquella mujer, no era que se sorprendiera de ver a la "sra. Roger", que Vic ya se lo había advertido, pero verla en postura profesional no era lo mismo que verla en cuatro sobre su cama, y demonios que la prefería de la segunda forma.
Carol Roger, ese día iba con una pollera tubo en lavanda y una camisa holgada blanca con tres botones desprendidos que dejaban a la vista parte de sus pechos, el cabello cenizo cayendo en pequeñas volandas alrededor de su rostro le daban un aire fresco y juvenil, la mujer era hermosa y vaya, no tenía nada que ver con su fijación con las mujeres mayores, pero esa mujer le gustaba, tenía algo que no sabía descifrar que era, algo que le había gustado desde que la vio. De hecho, de día le seguía pareciendo tan atractiva como aquella noche a principio de semestre cuando después de unos tragos terminó en su cama.
-Nathaniel por favor, toma asiento. -Dijo la mujer con las mejillas enrojecidas al ver la manera en la que el muchacho la miraba.
Nathan obedeció y se dejó caer sobre el cómodo asiento de cuerina verde oliva frente al escritorio de la mujer.
-Sé que el último año es un momento de gran estrés, la universidad, tomar decisiones, cambios ¿Has pensado en que universidad aplicar..?- la mujer jugueteaba de forma nerviosa con un par de folletos en las manos mientras recitaba aquellas palabras que tan bien parecía haberse memorizado.

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D.R.E.A.M (Gay +18)
Ficção AdolescenteNathan es un chico con un pasado traumático que desea olvidar, su vida está turbada por las pesadillas, su carácter autolesivo y su adicción a las drogas. Joe está enamorado de su problemático mejor amigo. Nathan no es bueno para él, ambos lo sa...