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-le prometí que iba a cuidarla

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-le prometí que iba a cuidarla.-le dijo a Joe que en esos momentos veía con preocupación como su novio arrastraba la comida en su plato antes de apartarla.

Lucía ojeroso y con la piel un poco más pegada a los huesos, claramente llevaba días sin dormir.

Lo había visto cabeceando un par de veces entre clases y había rechazado casi todas las comidas esa semana.

Joe se había enterado de lo de Garra, y por pura empatía no pudo evitar sentirse ligeramente molesto con los padres de su novio.

Sí, normalmente reconocía que Nathan era bastante, a ojos de Joe, injusto con sus padres, que posiblemente los suyos propios no le hubieran permitido ni la mitad de las escenas que el castaño les montaba a la pareja, pero ver a Nathan en ese estado le preocupaba demasiado como para empatizar con los mayores.

¿qué les costaba conservar al animal?

Que en tres meses ni siquiera lo habían notado.

Joe estaba tan indagando con toda la situación que hasta había sido un poco borde con Billy echándoselo en cara.

cuando se dio cuenta de lo que hacía se había disculpado claro, pero había sido pura educación porque en el fondo no se arrepentía de nada de lo que le dijo.

-Hiciste lo que pudiste. Ya no dependía de ti. Le diste un par de meses de buena vida.-Intentó consolarlo apoyando su mano en el hombro del castaño.

¿Qué demonios iba a decirle?

Había pasado una semana de que se habían llevado a Garra y el castaño lucía terrible.

-Le fallé. Como a todos. -Dijo levantándose antes de marchar a su siguiente clase dejando atrás a un preocupado Joe.

Tocaba deportes en ese momento y apenas pisar el gimnasio el castaño sintió un ligero dolor de cabezas que se decidió a ignorar mientras se ponía los pantalones negros del uniforme.

-Oye ¿Estas bien? -El castaño alzó la vista sorprendido al ver a Lincon con el ceño fruncido frente a él. -Te ves como si debieras estar en la enfermería y no aquí.

-Estoy bien. -Dijo irguiéndose una vez más y el mareo lo obligó a sentarse. Diablos. -Creo que me bajó el azúcar o algo.

-ya, espera aquí. Toma. -Le dijo entregándole su botella de agua para que bebiera. -No te muevas. Iré a traerte algo de comer.

Nathan estaba por decirle que no era necesario, pero diablos. De pronto se sentía demasiado cansado, y el mareo le entorpecía los sentidos. Varios chicos se voltearon a verlo.

-¿Ustedes que miran? - Les gruñó y se apoyó por la pared ¿Cuándo había sido la última vez que había comido? Maldito imbécil, se recriminó a sí mismo y cerró con los ojos.

Un ligero murmullo lo obligó a volver a abrirlos y sorprendentemente se encontró rodeado de varias piernas masculinas en pantalones de deporte.

¿Qué demonios hacían todos sus compañeros mirándolo?

D.R.E.A.M (Gay +18)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora