Capítulo 21.- No te rindas

355 47 16
                                    

"Y CUANDO LA OSCURIDAD LLEGÓ A MI VIDA, APRENDÍ QUE ES MEJOR VIVIR HERIDO, A NO VIVIR NADA"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Y CUANDO LA OSCURIDAD LLEGÓ A MI VIDA, APRENDÍ QUE ES MEJOR VIVIR HERIDO, A NO VIVIR NADA"

"Y CUANDO LA OSCURIDAD LLEGÓ A MI VIDA, APRENDÍ QUE ES MEJOR VIVIR HERIDO, A NO VIVIR NADA"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Alondra!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Alondra!

El doctor Solís entró en pánico al encontrar a la joven en un charco de sangre en el suelo, apenas entreabría los ojos, se quitó inmediatamente la bata blanca que traía puesta y la utilizó para ejercer presión sobre la herida en el estómago de la chica.

—¡Resiste, Alondra!

Ella intentó hablar pero no pudo hacerlo, no pudo emitir ni una palabra y perdió el conocimiento.

—¡Alondra! ¡¿Pero qué pasó?!

Vic recién entraba, angustiado por no haber llegado a tiempo para evitar que Alondra resultara herida.

—¡No lo sé, acabo de llegar y ella estaba así!

—¡Ese desgraciado infeliz de Julio! ¡Va a pagar por todo lo que le ha hecho, no voy a descansar hasta que ese hijo de puta reciba su castigo!

Solís iba a pedirle a Vic, que se calmara porque eso no ayudaba en nada a Alondra, pero recordó en ese momento a un pequeño angelito que no lograba ver cerca de ellos. El pánico heló su sangre y le costó un momento poder encontrar su voz para hablar.

Me niego a morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora