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Sintió como Jimin se acercaba más a él y sus pechos se rozaban entre sí, haciéndole mirar hacia arriba con sus ojos fijos. El delicado aliento de Jimin chocaba contra sus labios y un suave aroma a jugo de naranja mezclado con el ligero olor a sudor de las sábanas junto con el detergente y el característico olor del verano, la sal y el mar se colaban por sus fosas nasales. Los ojos suaves y delicados de Jimin, el polvo de las estrellas y la ternura brillan en ellos, haciendo que el pecho de Jungkook se contrajese al igual que su corazón, el cual se apretaba casi de manera dolorosa. Aquellos voluptuosos labios se rozaban contra los suyos de una forma delicada, como si se tratase de plumas, como nubes bailando en el cielo, como el viento rozando su piel. 

—No me agradezcas, Jungkook —exhaló—. Sólo quiero que seas feliz.

Jungkook cerró la distancia entre sus bocas con cierta prisa y necesidad, empujando a Jimin sobre su espalda, el labio inferior atrapado entre los suyos. Los dedos de Jimin se hundieron inmediatamente en su desordenada y oscura cabellera acercándolo hacia sí, mientras Jungkook rodaba sobre él, con sus nariz chocando y los párpados de ambos cerrándose. Un pequeño gemido escapó de la boca de Jimin, que fue tragado por Jungkook, a la vez que su lengua rozaba y lamía con delicadeza la de Jimin, quien parecía volverse cada vez más flexible bajo él.

Se besaron perezosamente contra el colchón con sus manos unidas y los dedos de sus pies encorvándose. El ventilador seguía soplando aire frío contra sus piernas, por lo que sus pieles se hallaban erizadas, aunque tal vez no era por la diferencia de temperatura. Sus lenguas bailaban una contra otra, rozándose y frotándose, de una forma caliente y húmeda. Las manos de Jungkook bajaron para adentrarse bajo la camiseta de Jimin, encontrando la piel lisa, bronceada y delicada de su estómago. Dejó que su pulgar acariciara la piel, dibujando círculos justo por encima de la cadera, haciendo que Jimin se retorciera bajo él.

Sus labios abandonaron los del rubio, para dejar suaves besos a lo largo de su pómulo, hasta llegar la curvatura de su mandíbula, donde se dedicó a morder cariñosamente la piel y lamerla antes de succionar con ligereza. Los dedos de Jimin permanecieron en su pelo, tirando de él y empujándolo hacia abajo al mismo tiempo, mientras pequeños y casi silenciosos gemidos escapaban de su boca.

Cuando el pulgar de Jungkook se sumergió bajo la cintura de los pantalones de Jimin, con las uñas rascando delicadamente la  piel, éste empujó ligeramente contra su hombro, gimiendo. 

—J-Jungkook —jadeó, dejando escapar una bocanada de aire caliente de sus labios y notando su pecho palpitar.

—¿Sí, bebé? —murmuró contra la piel de su mandíbula de una forma que hizo gemir a Jimin. 

—Mi abuela... —exhaló y Jungkook entendió a lo que se refería. Su pulgar detuvo las caricias en la piel caliente del más bajo y sus labios dejaron su mandíbula, para elevarse sobre sus antebrazos, admirando lo que había provocado. La piel de Jimin brillaba, cubierta de una fina capa de sudor, sus ojos se encontraban cerrados y su respiración rápidamente abandonaba sus labios rojos, brillantes y besables, con sus mejillas rosadas e hinchadas y un chupetón cubriendo el lienzo en blanco de su cuello.

Jungkook dejó que Jimin se calmara, su respiración volvía a un patrón normal y sus ojos finalmente se abrieron. Se lamió los labios, casi saboreando a Jungkook en ellos. Lo miró a través de sus ojos que lo miraban fijamente. El flequillo castaño caía impecablemente sobre ellos. El rubio sintió como su estómago se contraía, la necesidad, la comezón de acercarse a Jungkook, de besarlo, de devorarlo.

Deslizó una mano por la mejilla de Jungkook, quien se inclinó hacia aquel tacto sin que el contacto visual se rompiera. Su pulgar acarició ligeramente su mejilla, deslizándose hacia su labio inferior, mirando fijamente hacia él. Jungkook se percató del cambio en la expresión de Jimin, sus ojos ahora estaban enfocados en sus labios, sintiendo el delicado roce de la piel del rubio contra la suya, sus labios abriéndose por sí solos.

Pink Lemonades, Tattoos and I Love You's - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora